domingo, 19 de febrero de 2023

259 Los domingos cavilar La guillotina Fernando Merodio 19/02/2023

259 Los domingos cavilar

La guillotina

Fernando Merodio

19/02/2023

(…) tienen que rodar cabezas” (Miguel Ángel Revilla Roiz)

 “No se puede reinar inocentemente (…) No se puede esperar ningún tipo de prosperidad mientras quede un enemigo de la libertad que respire (…), una vez que el pueblo francés ha manifestado su voluntad, todo lo que se le oponga está fuera del soberano y todo lo que esta fuera de él es enemigo” (Primer discurso de Robespierre en la Convención)..

Revilla no -o sí- es (in)consciente de qué implica pedir que rueden cabezas, pues cuando aquí ello era -más que una- metáfora formaba parte del grupo que las hacía rodar siendo, aún hoy, miembro de la barraca de feria que es la política, reproducción de esenciales aspectos de “Freaks” -en España “La parada de los monstruos“-, didáctico, inquietante film de Tod Browning sobre un asfixiante mundo de deformes físicos que, vistos desde fuera como monstruos, evidencian que la monstruosidad no está en un físico amorfo o una apariencia tullida y donde más cruel se manifiesta es en el interior de esas personas que, sin reparo, hacen lo que sea preciso para alcanzar sus fines, sin importarles el daño que ello pueda causar al resto; Freaks es una película corta que, en 64 minutos, narra la vida de un grupo de fenómenos de circo y una bella trapecista, su relación -real- con el “hércules” y otra -falsa- con un “pequeño” que desencadena la dramática trama que protagonizan el “pequeño” y el resto de los fenómenos, tan polémica que, en los años 30, pese a haberse eliminado varias escenas que la sociedad de la época consideró repugnantes, fue un desastre comercial, marcó el declive de la carrera del genial Browning, director entre otras películas del “Drácula” que interpretó Bela Lugosi y, solo tras su revisión en el Festival de Venecia, poco antes de morir el director en 1962, fue catalogada clásico de culto y protegida, en 1994, en el National Film Registry, por lo que sugiero -feo vicio- su visión para entender que, a partir de ella, se usara el término inglés freak para designar algo o alguien anómalo, extraño, marginal y que la castellanizada palabra friqui se refiera a quien se obsesiona por algo que, sea lo que sea, convierte en el centro de su vida.

 "Vida y espectáculo"

A diferencia de Freaks, circo en que la verdad fue tan relevante, en política no importa decirla o mentir, no se distinguen verdad y mentira, todo es dúctil, maleable, opinable y, al banalizar lo real, se impone la propaganda a la información de hechos que la televisión, Umberto Eco dixit, cuenta en tiempo real, mientras internet y redes sociales lo dotan del doble efecto social de mostrar detalles, ciertos o falsos, invisibles antes para multiplicar la propaganda y agravar todo con populismo letal creciente, de izquierda” o derecha; los hechos, veraces o falsos, importan menos que las corrientes de opinión e, incluso lo más sustancial, admite la opinión de cualquiera, de modo que el estado de opinión sustituye al llamado derecho a la información hasta extremos tan dañinos/dolorosos como la insoportable, irreal, falsa imagen que los talk show han llegado a crear del ridículo/peligroso personaje “Revilla”, elevado por esa “basura” al nivel de la realidad, a -teórico- informativo; en ese mundo espectacular el viejo prime time salta por los aires al irrumpir el infoshow barato, emitido en directo que, tal como en los 60 anunció Guy Debord, “La sociedad del espectáculo”, en  los 80 Umberto Eco, “Apocalípticos e integrados” y a finales de los 90 Pierre Bourdieu, “Sobre la televisión”, con falsos acontecimientos genera la noticia y potencia el crecimiento del destructivo populismo, el reino de lo opinable sobre lo objetivo, usando la vieja fórmula -Hitler, Mussolini, Franco, Perón,…- de la espectacularidad.

Aquí en el circo de Freaks y sus llamativos fenómenos, del Revilla que se explayó durante no bien conocidos -para juzgarlos- años adultos en el verticato fascista, como esforzado valedor de Girón de Velasco, epicentro del rancio totalitarismo español, hemos pasado al de hoy, “pequeño” del circo actual, en 1995-2003 vicepresidente y consejero de vivienda y urbanismo del mínimo territorio que llamó Cantabria y, a partir de entonces, excepto 2011-2015, presidente con perruno apoyo de la PSOE, más la cómplice abstención reciente de esa cosa que decía Poder, tiempo y cargos que le señalan culpable personal, jurídico y político de los cientos de viviendas ilegales que, con repercusiones humanas, familiares debieran ser derribadas, de las que, entre otros datos, su "gobierno cuantifica en 54 millones las indemnizaciones a los afectados" de 363 de ellas, que pretende sean pagados a escote por todos, no por él, sin que se deban olvidar, entre cientos, asuntos tan oscuros como lo del fibroyeso, el Racing, el derribo de la Diputación, único edificio administrativo republicano en Santander, ¡ay, la memoria histórica!, su ignara, dañina autorización del fracking, el TAV, la ruina/fiasco del “proyecto Moneo”, el sucio, millonario despilfarro “universitario” en Comillas, Sodercán  y, aun sin PROT, PSEC, EAE,…, su fracaso como dúctil, ilegal lobbysta del oligopolio que impide que la energía la generemos todos, siendo lo cierto que ni Revilla -repito, “pequeño”- ni nadie es impune si hay dolo irresponsable.

"Hoy pide que rueden cabezas"

Es en ese punto cuando, sin duda, viene a cuento hablar del esperpento del ferrocarril -y pensar si convendría hacerlo, frente a la mafia del transporte por carretera y el criminal vehículo individual, más grande, con otro recorrido o mayores túneles - y lo de “cortar cabezas” que urge –insisto, “pequeño”- Revilla y explicar que la guillotina, artefacto usado para aplicar la pena capital que se asocia popularmente a Francia y la Revolución de 1789, fue utilizado en otros países europeos, Reino Unido , Alemania, Bélgica, Suecia, Italia, Grecia, Suiza,…, para sustituir a la decapitación mediante espada o hacha, consistiendo en dos sólidos montantes verticales unidos en su parte superior por uno horizontal -chapeau-, que sostiene en lo alto una trapezoidal cuchilla de acero lastrada con más de 50 kilos y en la inferior por un cepo de dos medias lunas -fenêtre- de las que la superior no es fija y se desliza por los montantes de modo que, al elevarla, permite situar al “guillotinable”, mirando hacia el suelo, con el cuello sobre la inferior y aprisionarlo al bajar la superior de nuevo, de modo que la violenta caída de la cuchilla lastrada, que acciona el verdugo, provoca la -no se quién dijo- indolora- separación de cabeza y tronco, cayendo aquella en un saco; como espectáculo que es, para facilitar la visión y animar al público, la guillotina debe elevarse sobre una tarima o cadalso y para justificar el esfuerzo de quienes acuden, no se debe limitar a uno los cuellos que cercene su mortífera caída, pues sería poco espectáculo.

¿El fin justifica los medios?

Al contrario que el “pequeño” Revilla, la mortífera eficacia de la cuchilla lastrada y el respeto humano que genera lo expresó, en 1933, hasta Hitler al argumentar "al menos, no hemos establecido una guillotina", falso, pues a partir de 1936, impulsados por Frank Gurtzner, los nazis guillotinaron a 16 500 personas, entre ellas al héroe resistente alemán Willi Graf, irritándome la mera hipótesis de que el “cortar cabezas” de Revilla pueda identificarse con el de Robespierre, figura clave -para todos- en la Revolución, guillotinado -sin juicio- el 28 de julio de 1794, ante una multitud que vitoreaba enloquecida contra el abogado conocido -con razón- como el “incorruptible”, demócrata radical, miembro del Club Jacobino que, tras iniciar su vida política en 1789 representando por Artois al Tercero en los Estados Generales prerrevolucionarios, fue riguroso defensor de las clases bajas utilizó contra el irracional poder venal la única arma posible, la violencia, como explica en sus discursos, hoy de más que recomendable lectura, frente a la monarquía teocrática, la nobleza, la iglesia, el ejército, la burguesía emergente,…, dominando el Comité de Seguridad Pública desde el 5 de septiembre de 1793 hasta su encarcelamiento, tortura y muerte sin juicio, durante el periodo conocido como Reinado del Terror que, al contrario de aquí hoy, en que es posible todo pacto con cualquiera, nos trajo -jacobino molesto para falsos y bien pensantes- la enciclopédica Ilustración y los Derechos del Hombre -que además es- Ciudadano, por lo que, desde los movimientos de clase del siglo XIX, se le rinde homenaje -en Francia y el resto de Europa-, se reimprimen sus discursos y es considerado figura esencial de la Historia Contemporánea, por lo que, todo el mundo en pie, rindamos respeto al uso -correcto, no por los “pequeños”- de la guillotina.

 
 "Leer ayuda a conocer"

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