domingo, 20 de noviembre de 2022

246 Los domingos cavilar La PSOE del 82 Fernando Merodio 20/11/2022

246 Los domingos cavilar

La PSOE del 82

Fernando Merodio

20/11/2022

“¡El que se mueva no sale en la foto! (Alfonso Guerra, antiguo apparátchik de la PSOE)

Apparátchik.- 1. (in communist country) m. Miembro de la organización del partido comunista. 2. (in organization) m/f. Funcionario/funcionaria. Burócrata.” (Collins English Dictionary)

En 1976, en la primera asamblea a la que acudí cabíamos todos en el despacho de Jaime Blanco y teníamos el objetivo visceral del anticomunismo” y “Al PSOE nunca le ha ido bien con los comunistas (…)” (Jesús Cabezón y Rosa Inés García. El Deliro Montañés. ‘El PSOE que nació con el felipismo 13.11.20022).

Es triste y, por afectar al núcleo duro de todo lo ocurrido, no da risa sino pena y es metáfora que falsea la realidad el hecho de que El Delirio Montañés, 13.11.2022, edite la fotografía y dialogo con solo una parte, Jesús Cabezón, Ángeles Ruiz Tagle, Enrique Ambrosio, Rosa Inés García y Miguel Ángel Palacio y diga que son “históricos dirigentes” quienes solo son una suma de años sorbiendo sin virtud el mejor zumo del río de lo público, exhibición de una clase que, sin pudor y tras casi 40 años de cobarde silencio ante Franco, (re)nacía como resto resiliente de un -moribundo- PSOE, reavivado por la CIA que, junto a otras cosas horribles, acababa de asesinar a Allende en Chile y por la corrupta sociopolítica del SPD alemán, todos ellos alentados por la predecible, inmediata muerte del decrépito tirano -hecho polvo- en la cama, una clase ajena a la solitaria lucha de 40 años mantenida por las ideas de Karl Marx, -casi- solo con el apoyo, muchas veces heroico, del PCE; la realidad fue, pues, muy distinta a los gestos y palabras actuales de los renacidos fósiles del 82 que, con jolgorio, cuentan su -falsa- versión del inicio de lo que somos hoy y está en los documentos y en libros como los de Joan E. Garcés, con prólogo de Mario Benedetti, “Soberanos e intervenidos. Estrategias globales, americanos y españoles” y Alfredo Grimaldos, “La CIA en España. Espionaje, intrigas y política al servicio de Washington” o en la memoria de quienes, yo mismo, dos dedos de frente y cierta edad vivíamos entonces.

Solidez de tarugo en el 82

Lo más sabido y público, alejado de los cuentos que cuentan los cinco ancianos -de mis años- se expresa gráfico -con recelosa aprensión, casi asco- en la conocida viñeta de Ricardo y Nacho, que en un mitin de González y Guerra, puro en mano y con un gran sombrero de copa alto muestra a alguien, sin duda un capitalista que, excitado, arenga: “¡Dales caña, Arfonso”, petición dirigida -para estupor de muy pocos- a ese Arfonso que en el balcón ¡del hotel Palace! -lujo psoecialista- levantaba la mano abierta, no el puño de su compinche Felipe, era hermano del Juan que, incluso más pillo y cutre que él, en 1988 (man)tenía un chiringuito permitido en la delegación del gobierno en Sevilla, el Arfonso que también ejercía de feroz apparátchik -contra quien se moviera- en la totalitaria armazón de la en 1982 mero nasciturus y hoy afianzada mercantil PSOE, cuyo origen, con solidez de tarugo, define Jesús Cabezón, funcionario de base ascendido a eurodiputado y senador con -muy- alta pensión, al explicar cómo, ya  muerto el -hoy- denostado por ellos dictador, “la primera asamblea a que acudo, en verano del 76, se celebró en casa de Jaime Blanco y cabíamos todos en su despacho”, siendo lo que “nos unía un objetivo visceral: el anticomunismo”.

Unidos en el anticomunismo

Alardea Cabezón, propagandista torpe, de que, igual que hoy, entonces no unía a aquellos cuatro gatos el anticapitalismo ni, menos aún, el antifranquismo, sino un anticomunismo que, con tan pocos, lacios y raros militantes y tras imponer pretores en los territorios -aquí tocó Jaime Blanco, (de)formado en Sevilla por “los de la tortilla”- en la campaña de 1977, con dinero de la CIA manchado de sangre y del -muy- sucio SPD alemán, hicieron trampa al pagar, entre otras cosas, sus -muy- caros, coloridos y grandes carteles publicitarios y a la empresa que se los pegaba -no tenían militantes- tapando con ellos los, sin tanto colorín y menores, del PCE y así -casi- superar en diputados su mínimo número de híbridos militantes, llegando en 1982, con tan sucios medios, a la mayoría absoluta tras haber confinado a Rodolfo Llopis en el rincón más oscuro del “socialismo histórico”, al tiempo, antes o tras haber traicionado a Marx y procreado lo de la OTAN… de entrada no, el GAL, la guerra -más torpe que- sucia, los secuestros, la cal viva, Filesa, Malesa, Time Export, Flick… y Flock, la fundación Friedrich Ebert, Roldán y su guardia (in)civil, Mariano Rubio y el banco de España, Carmen Salanueva y el BOE,… corrupción en las instituciones, ministros imputados, encarcelados, desfalco/destrucción de las cajas de ahorro,… y aquí “lo de Laredo”, todo “mérito” de los de la ventana del Palace, precursores/posibilitadores/forjadores de la PSOE transversal del gótico de la zeta o la ceja con “arte” y el cimbreante Sánchez, cruel jefe de planta que, al tiempo que ofrece gas natural a toda Europa, ¡ay, la emergencia climática!, alardea de pactar, ahora junto a esa cosa desorejada que decía poder y alguna espurriadura náufraga de aquel PCE, lo que sea, incluso con el peor enemigo -nuestro- y, así, conseguir -él- lo que le convenga.

En noviembre de 1974, cumplido solo medio año de Revolución de los claveles en la Portugal del PCP de Álvaro Cunhal, sin partido socialista y con Mario Soares como hombre de la CIA desde 1960, a un año de que se produjera la muerte de nuestro “caudillo” Cambio16 publicaba “Que viene la CIA”, calculando la entrada de “más de 200 agentes en la península en los últimos meses”, cuando solo había pasado un mes desde que en Suresnes, al oeste del área metropolitana de Paris, sin Rodolfo Llopis, su secretario general, se reunía el que llamaron XIII congreso del PSOE, poco más que una sigla, al que Felipe, con el ridículo alias “ilegal” de “Isidoro”, Guerra, Redondo, Múgica, Castellanos,… asistían con pasaporte -y algo más- del Servicio Central de Documentación, SECED, que había creado en 1972 Carrero Blanco, muerto por ETA en 1973, un salvoconducto negociado, entre otros, por Enrique Múgica, ex-militante del PCE que, tras una detención suya coincidente con una gran -y anómala- “caída” comunista, ingresaba en la PSOE y ocupaba cargos, interviniendo por el SECED los entonces -y en “la transición”- activos Fernández Monzón, Casinello,  Faura o Manuel Ballesteros, quien manifestaba a Pilar Urbano que “a los socialistas no se les detenía, a los comunistas sí (…) orden de los mandos”, de lo que fue consecuencia dura, criminal que, en 1977, el fascismo asesinara en Atocha a 5 abogados comunistas e hiriera muy graves a otros 4, a lo que el PCE, político, respondía… con generosidad.

Ya entonces, la dirigencia de la PSOE, como hoy, pensaba en lo mercantil y se apoyaba en la deslealtad y el anticomunismo -sin duda, por mala conciencia hacia quien, al contrario que él, no se escondió cuando pintaban bastos-, lo que, con la pétrea simpleza del -solo- preocupado por trepar, Jesús Cabezón señala aquí como único “objetivo visceral”, en el momento del -inesperado, injusto- aluvión PSOE, al que solo incumbía recoger -codicioso y sin militancia seria- la fruta del árbol que -el dinero ajeno más sucio y la sanguinaria CIA- otros le movían y frenar, como fuera, la gratitud que, por su trabajo contra Franco, pudiera atraer el PCE, anticomunismo que era ilícita pulsión que, casi medio siglo después, sigue viva, como muestra la chusca alarma de que una jueza de lo contencioso-administrativo en Madrid, a solicitud de “abogados cristianos”, haya mantenido por un breve lapso tiempo cautelarmente suspendida la emisión -¡que tuvo que pedir “el partido”!- del sello del centenario del legal PCE, mientras, imagino, la PSOE reiría cual perro pulgoso la triste noticia que, por cierto, en -muy- pequeño daba El País, medio “progresista”, sin el menor comentario crítico.

Aquellos polvos trajeron estos lodos

Coda con dos -serias- preguntas de difícil respuesta.- ¿Qué dirían Hipócrates y Galeno si vieran que, de 580.000 ciudadanos totales, a 45.000 enfermos -aquí- se les ha negado consulta de Atención Primaria por una huelga de (des)organizados médicos con un salario bruto medio anual de 67.000 €? y, siendo feminista, ¿cómo explica el inseguro e ignaro -que ni sabe redactar inusuales leyes- ministerio de igualdad -para desiguales- la anomalía de que al jefe de planta Sánchez le acompañe su mujer, tan solo por serlo, en sus viajes oficiales y sea la plebe quien le pague los gastos?

¿Qué diría Hipócrates?

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