domingo, 2 de octubre de 2022

239 Los domingos cavilar Lo dicen giro a la izquierda Fernando Merodio 02/10/2022

 239 Los domingos cavilar

Lo dicen giro a la izquierda

Fernando Merodio

02/10/2022

“Sánchez promueve un impuesto a las grandes fortunas, se declara con Boric heredero de Allende y trata de situar al PP como el partido de los ricos’. (El País, biblia neoliberal de la “izquierda”. 25.09.2022).

Tras la caída del muro de Berlín y el patético final de los regímenes comunistas, la izquierda en todos los países ha quedado desconcertada. Algunos afirman que ya no puede hablarse de izquierda ni derecha y que sólo cabe un pragmatismo político universal” (Comentario de Fernando Savater a Diestra e sinistra. Derecha e izquierda, de Norberto Bobbio)

Tiene un riesgo y el estirado -su mayor mérito- jefe de planta de la mercantil PSOE lo sabe, sus rivales le van a arrebatar el chollo al que, hábil en las distancias cortas, se acercó tras culebrear en su empresa, para consolidarlo más tarde engañando a gente ajena que, menos lista que él, cae en la trampa de intentar un imposible, acertar bajo qué cubilete está el inexistente guisante, o lo que es igual, tras observar a los partidos que se exhiben falsos en la pasarela, elegir al de apariencia -inexistente también- más fiable, por lo que, sin escrúpulos, hará cuanto sea preciso para, en las inmediatas elecciones clónicas, evitar que le quiten el chollo; siempre en su auxilio, El Pais, biblia “neoliberal progresista”, propiedad desde 2010 del, ¿también progresista”?, fondo de inversiones USA Liberty Acquisition Holding, titulaba a toda plana el pasado domingo sobre él: “El giro a la izquierda se ahonda”, giro que el útil arúspice, criatura de Fraga, Polanco y Cebrián, tres cofrades de Revilla en “los viejos tiempos”, infería de dos falacias y una necedad del prócer: 1) que va a promover un impuesto a las “grandes fortunas”, como si la “inmensa riqueza” no estuviera oculta en sociedades y paraísos fiscales para tributar lo que quiere, 2) que es, junto a Boric, heredero de Allende, asesinado cuando él tenía un año y 3) que va a situar al PP como partido de los ricos, anunciadas las tres en un viaje publicitario/pagado por todos a New York, junto a -¿por qué razón?- su esposa, sin que al menos, ¡uff!, tratara de ocultar, como hizo el deslavado, aciago Zapatero, a dos hijas “góticas”, tres memeces que el profético medio convierte en “un giro a la izquierda” desde el “progresismo”, exigiendo cavilar.

EL ROTO 18/03/2017

Para empezar, ya que en las primeras entradas del Diccionario de la RAE “fortuna” es “encadenamiento de sucesos, considerado como fortuito”, “circunstancia casual de personas y cosas” o “suerte favorable”, lo de “grandes fortunas” está próximo a mera perversión del lenguaje o, peor, doloso camuflaje de la perenne, insufrible desigualdad con la que el “progresismo” ni se plantea acabar sino, como mucho, pedir al desigual de muy arriba que -simule un poco y- le pague una dádiva y pues, además, 1) el -con el débil- severo capataz de gran superficie, evidente trilero, no identifica al real “gran afortunado”, ni aflora lo negro, ni fija una cuantía lógica para el óbolo individual, ni la suma de todos, ni lo analiza, otra vez practica el truco del guisante y los tres cubiletes, 2) lo de Allende y Chile es ofensivo, insensible insulto a Historia y pensamiento, no le imagino acribillado a balazos en su querida -y ahora peliculera- Moncloa, enfrentado a alguien para defenderme y 3) lo de “situar al PP como partido de los ricos”, en realidad es ponerlo, lo sabemos, junto a la mercantil PSOE y, si en eso consiste el “giro a la izquierda”, ¿a quién puede extrañar que en Italia -o aquí- avance la extrema derecha?

EL ROTO 25/03 2017

Explica, acertado, Norberto Bobbio que “derecha e izquierda no son conceptos absolutos sino históricamente relativos, ‘dos modos de catalogar distintos arquetipos políticos’” que, no siendo “ni únicos ni siquiera los más relevantes”, ayudan a saber de qué hablan las empresas privadas hoy llamadas partidos y estudiar el trato que cada una da a las dudas generadas por la oposición dialéctica entre 1) libertad, de la que nuestros “progresistas se apropian y dicen defender, no con cultura, con la “ley mordaza” por ellos endurecida, y autoridad, que esa “izquierda” identifica con represiva ley y abuso de ignaras policías y burócratas fieles, ajenos a auctoritas, incluso a potestas, o 2) bienestar de unos pocos, y la hoy necesaria austeridad que definió Berlinguer, justa, distributiva, o 3) progreso, que es retroceso, e ideal artesano, que nos lleva a lo mejor de siempre, o 4) igualdad a que abrieron la puerta revolucionarios franceses, e injusta desigualdad, por la que nos matamos hoy, o 5) …, instrumentos todos ellos que, dice Bobbio, “hay que promover o rechazar según contribuyan a fortalecer la -peor- tradición o la emancipación frente a privilegios”.

Otra manifestación de “giro a la izquierda” ajeno al Estado de Derecho es insistir, sin pudor ni duelo, en lo de los tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial que al vigilarse -dicen- se limitan y cimientan tal Estado, pese a saber que legislativo y ejecutivo son uno único y se encarna en la endogamia mercantil, ni izquierda ni derecha, que dicen partidos, en la que “liberales” o “progresistas” pastelean con el salvaje -sí, salvaje- egoísmo nazionalista -sí, con “z”- opuesto al contrato social y afín a violencia diversa, al tiempo que el -poco valorado- judicial es judicatura culturalmente -casi- nada exigida, afecta a leyes impuestas ad hoc y a reprimir para conservar lo que hay, que sólo se queja del ilegal interés partidista que frena “lo suyo” en el barro político, para (im)poner una cúpula judicial a su gusto, “conservadora” o “progresista”, no jurídica y humanamente capaz, que les permita tener un control -aún mayor- de tal tercer poder. 

EL ROTO 23/02/2017

Tony Judt introduce su magnífica “Postguerra. Una historia de Europa desde 1945” con una cita de “La montaña mágica”, Thomas Mann, “Pero el carácter antiguo de una historia, ¿no es tanto más profundo, más completo y legendario, cuando se desarrolla más inmediatamente antes de ahora”, animando a hacerlo y en su prólogo explica que Europa, 5,5 millones de km2 sin Rusia y Turquía, es dos tercios de Brasil, algo más de la mitad de China o los USA o un 30% de Rusia, pequeña, sí, pero en su último recuento, Judt fija en 46 los países que le conformaban, así como que, “en la intensidad de sus diferencias y contrastes internos, Europa es única”, aplicable a esta España de castellanos, asturianos, gallegos, extremeños, valencianos, catalanes, andaluces, vascos,…, onceava parte de Europa,

 pero una historia, lejana o inmediata, a la que se ofende simplemente al pensar que la PSOE, con la pegatina PodemosERCCiU o como se llame ahora, PNVBildu,… es la “izquierda”, ofendiendo al John Berger que en “El tamaño de una bolsa” advierte que “resistir no significa solo negarse a aceptar la absurda imagen del mundo que se nos da, sino también denunciarla. Y cuando el infierno es denunciado desde dentro deja de ser infierno (...)”; izquierda, lo sé, no es querer medrar a cualquier precio como Sánchez, sino así resistir.

Sin duda es recuerdo de otros tiempos -¡ay, la nostalgia!- y pese a presidentes como Díaz Ayuso, Cifuentes, Ignacio González, Aguirre, Ruiz Gallardón, el paisano Leguina, o el mentiroso compulsivo Tierno Galván que, ¡es cierto!, fue alcalde, desde que fui a vivir allí, en 1962, siempre identifiqué la izquierda con el resiliente pueblo de Madrid, robusta aleación entonces de España entera, sin zafias diferencias, un pueblo tan bien descrito en “Telefónica” por Ilsa Kulksar, mujer de Arturo Barea, “La forja de un rebelde”, censora de la prensa extrajera en 1937/38, que -de milagro- escapó de un “paseo” anarquista -los hubo también comunistas, fascistas,…- y escribe sin ira de la venerada república que, con su huida a Valencia, abandonó al, ese sí, loable pueblo madrileño que, al contrario de otros, resistió a Franco y sus moros hasta el final, 1939: “¿Aviones de maniobras o la fuerza aérea? Aquí tienen tiempo de formar a los pilotos, Madrid (…) no se rindió hace dos años y medio”. Resistieron, fueron la izquierda.

La vieja e ilustrada Europa -a la que, ignaros, hicimos la guerra de la independencia- se hunde tras su enésimo choque con la cavernaria armada y, entre los restos del naufragio, no quedan casi obreros que, fatigados, se enfrenten a las -muy- injustas, pactadas reglas de política/capital y solo algunos denuncian tal pacto y practican la “reconciliación por aniquilamiento de ese adversario” que quiere plantar miles de hormigonados molinos gigantes de acero y fibra, generar más energía concentrada y, además, lucrarse con el caos climático; resistir con Marx, repito, eso es la izquierda.

EL ROTO 09/02/2017

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