domingo, 14 de agosto de 2022

232 Los domingos cavilar Auschwitz y las bolsas Fernando Merodio 14/08/2022

232 Los domingos cavilar

Auschwitz y las bolsas

Fernando Merodio

14/08/2022

“¿Qué es un campo? ¿Cuál es su estructura jurídico-política, la que (lo) hizo posible (…)? (…) no (es) un simple hecho histórico o una anomalía del pasado (…), sino, en algún modo, la matriz oculta (…) del espacio político en que aún vivimos”. (Giorgio Agamben. “Medios sin fin.”)

“Resistir no es solo negarse a aceptar la absurda imagen del mundo que nos ofrecen, también denunciarla. Y cuando el infierno se denuncia desde dentro, deja de ser infierno. (...) El carácter armado de los indígenas zapatistas no molesta (un poco de plomo acabaría con su “imprudente” desafío), (...) asusta que existan.”. (John Berger. “El tamaño de una bolsa”)

La pasada semana miraba hacia atrás cavilando sobre cuestiones básicas, actuales, dañinas para mí… y para el resto, pese a que, lo tengo dicho, critican que me refiera a lo propio, pues lo ven vacuo, narcisista, peligroso y, pese a que tienen algo de razón, lo cierto es que hacerlo me ayuda -al menos- a desahogarme; hoy salgo de mí y cavilo sobre Auschwitz -“no hace mucho, no muy lejos”- y la idea de Agamben de que el lager, “eventualmente sigue estando presente” y nos rodean los que, como sus kapos ´-prisioneros con autoridad sobre otros presos-, hacen de la maldad cotidiana el “sucio oficio de todos los días” que denunció Primo Levi; cavilo sobre el campo de exterminio y la ficción -insisto, ficción- motivadora del estado de excepción que, en interés de unos cuantos y sin apoyo en Justicia o Derecho común, imponía una custodia protectora (en alemán Schutzhaft), una actuación preventiva de interés -decían que- general frente a algo concreto molesto para una facción que, al imponer una cruel estructura jurídico-política, lograba que lo que ocurriera en el campo/lager, por ilegal, abusivo, incluso inhumano que fuera, pudiera y debiera ser visto inteligible, legal, humano, un muy sencillo mecanismo egoísta, cómodo para habilitar arbitrariedad ajena a la ley, permisiva de una iniquidad habitual de apariencia aceptable, necesaria incluso, permisividad a la carta que usa la ignara secta/pacto de aquí ahora, síntoma, al exprimir el funesto ras que facilitó la útil alarma del Covid19 extirpando derechos fundamentales, incluso carnales, y reprimiendo a quien no acata el ordeno y mando de quienes pastorean a los codiciosos que -ayer- decían “poder” y a la “progresía” reaccionaria que, con decretos-leyes, nos machaca, evita legislar y crea dañina inseguridad jurídica, agravada al recomendar una arbitraria interpretación “flexible”.

EL ROTO 21/07/2018

A partir de una situación similar, Giorgio Agamben, filósofo, afirma que el análisis del riesgo de exterminio, para ser serio, no debe limitarse al estado de excepción extremo, campo de concentración, lager y, para ello, crea el concepto genérico de “campo, que no es solo “el lugar en que se ha desarrollado la más absoluta conditio inhumana”, sino la “matriz oculta” que lo posibilita, con la norma actual, en “el espacio político en que vivimos”, descrito como “espacio que se abre cuando el estado de excepción se convierte en regla”, de lo que son ejemplos Auschwitz, Guantánamo, Yugoslavia, el gulag, el terrorismo de Estado,…, o, difusos, “la útil alarma del Covid19”, la generación de energía, la inflación canalla y más daños que, antes de Agamben, valoró Primo Levi tras sufrir lo extremo en Auschwitz, afirmando desde convicciones personales vividas que en el origen de la barbarie está la idea de que quien piensa distinto es extranjero, enemigo de nuestros privilegios y, a partir de ello, el lager es “producto de un concepto del mundo llevado a sus últimas consecuencias con una coherencia rigurosa”, advirtiendo que mientras el concepto subsista, las consecuencias amenazan”.

Michel Foucault y Octavio Paz, entre otros, explican que la opresión se ejerce hoy desde el lenguaje perverso del capital, manoseado por el odioso poder mediático, del que dice Chomsky que, usada por sus propietarios, “su propaganda es a la democracia lo que la cachiporra al estado totalitario”, un poder espurio -que dicen libertad de expresión e información- robado por unos pocos para crear una forma suave, moderna, aceptada del lager, sin la explícita violencia nazional-socialista pero anuncio de algo peor, peligrosa, extensa, con codazos para cobrar los represivos sueldos de kapo y la evidencia de que, hoy igual que entonces lo describió Primo Levi, quienes sufren la experiencia cruel, callan o hablan de ella, guardando silencio por el serio malestar que Levi llamaba “vergüenza” -hoy controlado por el imperio de los media que define, arbitrario, lo vergonzoso o, por contra, lo decoroso, noble- o hablando pese al dolor que causa, sabiendo que la herida de lo vivido, por malo que haya sido, les trasciende y narrar su causa es relevante para el futuro del resto, siendo inteligente ejemplo, en 1938, la sabia advertencia de Brecht en ”Primavera” (“Poemas del lugar y la circunstancia”), avisando que “Al gorjeo de los estorninos / se mezcla el trueno lejano / de los cañones de las maniobras navales / del Tercer Reich”.

EL ROTO 02/06/2012

John Berger, marxista experto en arte, autor de “Puerca tierra”, primera parte de la trilogía “De sus fatigas”, en otro hermoso, sensible, muy estimable libro, se (pre)ocupa analizando lo que, críptico, llama “El tamaño de una bolsa” y, para lectores ansiosos, ya en su contraportada aclara que “la bolsa en cuestión es una pequeña bolsa de resistentes que “se forma cuando dos o más personas se ponen de acuerdo y se unen” para hablar de cosas importantes, del poder, de historia, de arte, de sexo, de la vida,..., “intercambio que refuerza inesperadamente la convicción de que lo que está sucediendo hoy en el mundo es perverso y las explicaciones que se nos suelen ofrecer al respecto son un montón de mentiras”, enfatizando que escribe -motivos le sobran- con la “mayor sensación de urgencia” y, para captar resistentes, reflexiona, escribe/dialoga sobre cuestiones diversas de apariencia hermética, sugerentes pienso, sobre Miquel Barceló y las ausencias de la verdadera pintura, Miguel Ángel y lo opuesto a un nacimiento, Rembrandt y los abrazos, Van Gogh, su corta vida y el riesgo de perderse, Brancusi  y sus “besos”, ¡cuánta verdad vivida en el sugerente, monolítico y áspero “beso” de su tumba en Montparnasse!, Frida Kahlo y su aventura amorosa con Trotski, Diego Rivera y el comunismo, “Viva La Vida”, último cuadro de Frida,…; lucha contra la gran derrota del mundo, cruza ideas escritas con el subcomandante Marcos, explica que la del águila y la garza, el campesino europeo que se resiste a ser absorbido y el indígena latinoamericano rebelde a ser asesinado, la pausa en el vuelo de sus letras y la resistencia armada de Marcos,… son reflexiones con apariencia hermética que, al compartirse, hacen que la serpiente se estremezca en la caverna, tema por su mañana, pues en la caverna no hay hombres, ni mujeres, ni inteligencia humana, ni sexo libre y feliz, ni cultura que no controlen sus fundaciones sin impuestos, ni águilas, ni garzas, ni campesinos, ni indígenas, ni poetas,..., hay capital, ríos de dinero robado, inútil, improductivo, cuentas de resultados, absorciones, fusiones, compras de otros, negocios delictivos, daño al resto, guerra, desigualdad, paro, hambre,... y aquí ahora, está -de nuevo lengua perversa- la alta tensión, turbinas gigantes, subestaciones,..., daño ambiental, destrucción del futuro de nuestros hijos y, si llegaran, de los hijos y nietos de estos,…, caos climático que llaman progreso.

La vieja y culta Europa se ha rendido a la caverna, las caducas estructuras obreras, partidos, sindicatos, gobiernos,…, sumisas, gestionan migajas e ineptas, se rinden al banco y sus siniestras hipotecas, el capital las pasó por encima, las aplastó, laminó y al resto nos hizo convictos, sumisos productores baratos y felices consumidores caros ¿La alternativa?, difícil, muy difícil, Sartre y Hoederer, revolucionarios con las “manos sucias”, apuntan que “la revolución no es asunto de mérito, sino de eficacia, y no hay cielo”, defienden la militancia obligatoria, la inevitable oposición fines-medios, no el diálogo sino la “reconciliación por aniquilamiento del adversario”, hay que leer con calma a Berger o, para empezar más suave, disfrutar de la lucidez de John Ford, que hizo cine y, ya viejo, dijo que “una obra maestra es el resultado de un trabajo colectivo, no un proyecto o intención”, pensar en el águila y la garza, los campesinos europeos y los indígenas del mundo, las palabras y las armas, el arte, el sexo, la serpiente y su caverna, decidir qué queremos y, con prisa sin pausa, reunirnos, hablar, hacer crecer bolsas de resistentes que alberguen esos pensares y quereres, ya es urgente.

En ambos lados, podíamos ser nosotros

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