sábado, 12 de marzo de 2022

210 Los domingos cavilar De bozales y termostatos Fernando Merodio 13 03 2022

210 Los domingos cavilar

De bozales y termostatos

Fernando Merodio

13/03/2022

Bajen la calefacción para ayudar a cortar el cordón umbilical con Rusia (…) Corten el gas en sus casas, disminuyan la dependencia de quien ataca a Ucrania” (Josep Borrell. Alto Representante de la UE para Política Exterior, en comparecencia ante el Parlamento Europeo).

Yo ya he bajado la calefacción en mi casa a 17 grados” (Ana Botín)

Todo el mundo sabe, y lo hizo poesía Leonard Cohen, que “los dados están cargados” y “todo el mundo los lanza con los dedos cruzados”, saben -los que quieren- también que “la guerra ha terminado” y que, pues “estaba amañada”, en ella “los buenos perdieron“, pero lo olvidamos y, pese a saber igual todos que ”el barco tiene una vía de agua”, que ”el capitán mintió“ y que, por ello como ayer y mañana, hoy la decisión “es ahora o nunca”, pues todo “se está viniendo abajo” y “así es como es”, sabiendo además el animal que piense que así será siempre, pese a lo cual trampeamos la solución a los -para “ellos”- útiles problemas sanitarios -tan graves como les conviene- con métodos del medioevo, máscaras, cuarentenas, distancia social,…, con la ciencia dando palos de ciego al ritmo que -siempre- le marca, desde arriba, el superior interés del capital que paga y nosotros desechando sin pudor derechos conquistados con la sangre, el sudor y las lágrimas de lo mejor de nuestros mayores, al tiempo que si alguien lo ordena, nos ponemos guantes y, tratados cual contagiosas fieras portadoras de la rabia, como solución, nos apretamos un bozal que envenena nuestro aire y dificulta respirar con el que, lo peor, una mayoría se muestra satisfecha en base a un ilógico, infundado miedo cerval disfrazado de falsa fraternidad.

Suenan en lontananza, apariencia de ficticia alegría, tibios, temerosos aplausos porque nosequé variables declaradas importantes por apestosos, ignaros, osados tertulianos dan a entender -el tiempo demostrará que, como casi siempre, no aciertan- que el recurrente, vulgar virus -lo poco o muy- grave que -poco serias, no fiables- las estadísticas nos dicen, en realidad desconocido, vulgar y pequeño aunque, por torpe inoperancia humana, extendido cual macha de aceite, parece ahora retroceder, harto sin duda de vernos siempre ocultos tras el pestilente, prohijado bozal y de que no seamos capaces de reunirnos en grupos con objetivos concretos y hablar con naturalidad, salvo cuando, taumatúrgico milagro, en restaurantes/bares, tras pagar la terapéutica consumición, desaparecen los riesgos de un virus que -sin que nadie sesudo, contundente y creíble lo valore- ha sido -y es- útilmente usado para privarnos de libertades y derechos fundamentales que, en especial, revolucionarios ilustrados franceses pelearon, perpetrar delitos que la Justicia -catatónica en el mejor caso- no persigue, legislar sin control -ni, por supuesto, duelo- contra lo común normas cada día más dañinas que siempre- benefician al capital, limitar inamovible hasta anularla -dada la corrupción institucionalizada de ejecutivo y legislativo, cómplice inactividad de la Fiscalía al servicio del Gobierno y laxitud injusta, de los Tribunales- toda posibilidad de lucha contra la emergencia climática que se agrava día a día y, sin ser catastrofista, sobrecoge, queriendo poner en manos del -eterno, abusivo- capital el concentrado control de la generación, transporte, transformación…de la  energía, suculento negocio generador de poder, que ha enriquecido, enriquece y -mientras seamos pasivos cómplices- enriquecerá al capital…, llevando al género humano a la destrucción.

EL ROTO 10/03/2022

Se ha agravado en tan feo, pestífero tiempo, ahora por esa repugnante cosa que, evidente lucha por controlar el capital, llaman “guerra”, peligrosa corrupción del lenguaje controlado por los medio de comunicación del gran poder real que, dominando al pequeño, político, distrae y desorienta en asuntos preocupantes, que nos afectan de modo muy personal, importante, como, por ejemplo, lo que se refiere a las esenciales, peliagudas,… y placenteras cuestiones del “sexo”, cosa de gametos, óvulos el femenino y espermatozoides el masculino que cada uno crea y el “género”, conformado por funciones, caracteres y posibilidades socialmente definidas por las identidades binarias hombre-mujer, niño-niña,… o las no binarias de quienes no se consideran ni hombre ni mujer, sino ambos, o una combinación de los dos u “otros”, serias cuestiones embarradas por la torpe “nueva política”, sobre la que la izquierda estudiosa explica que si en sexo todos somos binarios, pues producimos esperma u óvulos y no es posible medio-fecundar o medio-gestar, en lo que se refiere al género nuestra identidad la definen influencias biológicas o sociales previas a la consciencia, por lo que la -ahora- tan traída y llevada autodeterminación de género no existe y no se puede elegir como en un supermercado, lo mismo que no podemos decidir la edad que tenemos, por jóvenes o viejos que nos creamos sentir, género y edad son los que son y la idea de que “mi yo” puede imponerse a la aplastante realidad, tan estúpida y “vanguardista” hoy, es simple narcisismo, mera atracción -sin interés ni base- por algo nuevo, irreal que nos distancia y distrae de los problemas reales, por lo que lo transgresor es oponerse, sea cual sea el riesgo, a postura tan oportunista y falsa.

Otra importante corrupción de facto, ésta en el fundamental, garantista ámbito socio-político de lo jurídico, consiste en la utilización torticera, pretendidamente elitista del lenguaje al redactar y aplicar la ley, de modo que Administración y Justicia se hacen ininteligibles para la mayoría de la población, hasta generar, como debiera ocurrir en tantos otros ámbitos sociales, el germen de una “cruzada” contra el uso de una jerigonza administrativa y legal retorcida, llegando a publicar incluso el neoliberal El País en fecha reciente que “varias asociaciones lamentan la falta de claridad de los documentos más importantes para la ciudadanía y piden reescribirlos de forma sencilla“, oscuridad que afecta incluso a artículos fundamentales de la Constitución y, toda vez que “la falta de comprensión significa exclusión”, tal crítica se debería extender a la forma poco -nada- participativa socialmente de elaborar las normas o la oscura y gramaticalmente incorrecta redacción tanto de las propias leyes como, más dañino incluso, las resoluciones administrativas y judiciales, así que, con mayor fuerza que la que se ha empleado -y se emplea- para conseguir la fácil accesibilidad física a edificios institucionales e, incluso, privados, deberemos reivindicar, pues sin duda es de mayor trascendencia social, la accesibilidad lingüística a Administración y Justicia.

Ahora, la guinda la ha puesto la cercana “guerra en Europa”, retrasmitida en directo geográfico y cronológico, trufada por las falsedades que interesan al capital que lo narra, una “guerra” que ha supuesto el vergonzoso, pero risible, “deshielo” de los USA y el seguidismo de “Occidente” con Venezuela e Irán, no para defender la democracia “en peligro”, sino para garantizar petróleo y gas alternativos a los de Rusia, mientras el interés económico de cada uno sobre la energía o las armas quiebra el llamado “bloque occidental”, pues, por ejemplo, Alemania se niega a romper sus relaciones comerciales, económicas con Rusia o enviar aviones a Ucrania de la que, lo mismo que ayer era del imperio austrohúngaro, Polonia, la URSS,…, hoy forma parte Lviv, Lemberg, Lvov o Lwów, ciudad de mil nombres y patrias, símbolo de la locura de lo que ahora llaman democracia, ciudad en la que mientras el nazional-sozialismo pisoteaba derechos y asesinaba seres humanos por su origen, clase, raza, religión, ideas,…, dos juristas serios, Hersch Lauterpacht y Rafael Lemkin, con palabras e ideas definían -y, en especial, castigaban- algo evidente y poco tenido en cuenta salvo con sátrapas del -llamado- tercer mundo, los “crímenes contra la Humanidad”, el ser humano individual como unidad de todo derecho, o el “genocidio”, consideración como delitos internacional de los ataques masivos a grupos sociales religiosos o étnicos.

Coda agradecida a dos benefactores de la Humanidad.- Mientras Borrel, político, propone, cual bozal individual contra la Covid19, acabar con “la guerra”, cortando “el gas en las casas, disminuyendo la dependencia de quien ataca a Ucrania”, Botín, plutócrata, alardea, “yo ya he bajado la calefacción en mi casa a 17 grados”. Gracias por vuestra enternecedora solidaridad Josep María y Anita, los dos en -siniestra- línea.

EL ROTO 08/03/2022

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