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Los domingos, cavilar
Planificar
¡Aquí NO!
Fernando
Merodio
11/04/2021
“Es responsabilidad de
todos, en especial de las administraciones públicas, que el viento se explote
de modo sostenible” (“¿Qué
hacemos con la energía eólica?" Ángel Agudo. Tránsfuga)
"Se está instalando un neofascismo en relación con el cual el antiguo
quedará reducido a forma folklórica (...) coordinación de pequeños miedos,
pequeñas angustias que hacen de nosotros microfascistas encargados de sofocar
el menor gesto, la menor acción, la menor palabra discordante en nuestras
calles, en nuestros barrios "
(Gilles Deleuze "El judío rico").
El depurado individualismo que
evidencian los cuidados muros que, ancestral recelo, compartimentan los valles
pasiegos y hoy agudizan "nuevos vecinos"
que, con el efecto en la calidad y ancestral forma de vida que -solo- el tiempo
dirá, convierten en ruido y furia un grito interesado: ¡Aquí no! queremos polígonos industriales eólicos, gigantes
metálicos anclados al territorio con hormigón armado y el zumbido de dañinas
aspas girando a más de 200 metros de altura, sin que a nadie le preocupe en
dónde sí serían -no ya sostenibles- meramente soportables o a que débil -aun
mas idiota que ellos- se los colocarían, pues, primer dato, políticos, dinosaurios
subvencionadas ambientales y sindicales, egoístas afectados y, of course, el dinero multinacional no
abordan la cuestión esencial en la lucha contra la emergencia climática, Greta
Thunberg dixit, “cambiar el sistema”,
sustituir el tabú de la oligopólica, irracional generación concentrada por la
social, lógica distribuida y, si alguien lo propone, Castañeda, los de "El Delirio" y su “progreso”, Agudo y la mercantil PSOE,
PP, PRC, UP,… le califican, lo había anunciado Ibsen, noruego, como un de
enemigo del pueblo.
Hace tiempo, el 18 de
febrero de 1977 Le Monde publicaba un incorrecto artículo de Gilles
Deleuze titulado El judío rico, en el que éste decía que, usando la
acusación de antisemitismo, se pretendía prohibir -y de hecho se prohibía- una
bella película de Daniel Schmid, "L’Ombre des anges", La
sombra de los ángeles, destruyendo,
así, su espíritu; razonaba el filósofo hace 43 años que, “por
muy poderoso y actual que sea en muchos países, el viejo fascismo ya no es el
problema de nuestro tiempo”, pues “se está instalando un neofascismo en
relación con el cual el antiguo quedará reducido a folklore”, y lo identificaba con la “organización
coordinada de pequeños miedos, pequeñas angustias que hacen de nosotros
microfascistas encargados de sofocar el menor gesto, la menor acción, la menor
palabra discordante en nuestras calles (...)”, tal como hace días ejemplificaban
“las” de Unidas Podemos de Santander al pedir, no educación y cultura, sino
más fuerzas de (des)orden público para que la gente no se junte, hable y, ¡qué
miedo! se contagie, olvidando la -pésima- relación del marxismo histórico con
la peligrosa fuerza abusiva de los aparatos represivos del estado y lejos de la
sabiduría de El Roto, no limitándose a esperar de las distintas policías que,
al menos, no nos roben lo que nos dejen los ladrones; advertía, pues, Deleuze en
el desierto de un peligro “mucho más refinado” que el viejo fascismo, el
de la limitación que impone el miedo, hoy evidente y que en 2004 diseccionaba el
Nobel nigeriano Wole Soyinka en cinco conferencias recopiladas en el libro Clima
de miedo, explicando que son pilares fundamentales del mismo, de un lado la
humillación, que aniquila la dignidad, único dique eficaz frente al amenazante horror
y de otro la seducción que en los necios ejerce el “poder puro”, tipo Juego de Tronos, seducción
que se encarna, evidente, en la “sonrisa íntima de la satisfacción” de
quien, con su mirada, nos dice: “os tengo en mi poder y voy a decidir
vuestra suerte”, algo que, sabido desde niños en el colegio, hace
inexplicable la falta reacción contra ello.
EL ROTO 11/04/2021
Cruel sonrisa que genera miedo, posibilitad por la unión líquida, metafísica casi del que paga y vota y el votado que, por ello, además cobra, unión que de forma a lo que, hoy dúctil y viscoso, dicen política, monopolio de una casta "sin habilidad laboral, saber específico, ni maestría valorable, que no sea parasitar (...)" y hace de su (in)actividad "fuente de vida y perenne privilegio...", evidente en el hecho de que Pablo "Evita" Iglesias, profesor interino, quiera una "renta mínima vital" de 5.316 euros/mes durante 15 meses, muestra de que -casi- todo es falso y nos manda el dios dinero, lo que invita al individuo a blindarse en la acción política extrasistema que le permita vivir en paz con él mismo, mirarse por la mañana en el espejo, olvidar las certezas "que se quedaron entre las gastadas hojas de los libros" y fatigarse en vivir mientras pueda, sabiendo que lo deberá hacer -casi- solo, pues lo que dicen izquierda es labia perversa, legado del viejo fascio transmitido por sujetos como Revilla al microfascismo actual, prueba de que "la experiencia solo sirve para cambiar de errores".
Todo ello entristece y obliga a preguntarse si tan bobos nos verá el
nuevo fascismo con que los listos nos amedrentan, ahora apoyado en un útil
mínimo virus, mientras sólo con nuestro voto derrotan al otro y se perpetúan ocultándonos
que, como explica el “Tractatus politicus” (6/4) del judío Baruch Spinoza,
paz no es “carencia de guerra; sino virtud de la fortaleza de ánimo” y, si no es así, es humillación,
miedo que, repito, explica muy bien Soyinka, por lo que, sabiendo mis -muchos-
límites, acudo a Deleuze y su análisis junto a Foucault de la crueldad del
poder y sus engranajes que, ayudado por estupideces como la de Unidas Podemos, funciona, “en vez de
con represión o ideología, con normas disciplinarias” amplificadas por prensa,
radio, televisión... y el dinero que “infunde confianza”, peligroso fascismo
apoyado -siempre- en el miedo que genera; debiendo saber desde Sacher-Masoch
que el placer regalado anula el deseo, desnuda carencias y niega la posibilidad
de intentarlo y, con Slavoj Zizek, que el marxismo es libertad, no
totalitarismo, política frente a economía canalla, huída del moderno fascismo que
reduce tal lucha a mera crítica social o cultural, no hay que pararse en
teorías, sino pasar a la práctica y reconstruir a Marx.
Nos engañan con infecciosos embustes desde todas partes, Sánchez dice
que hasta el 31 de agosto, 147 días, va a ponernos 85 millones de dosis -si de
verdad tuviera- de vacuna y basta dividir tal cifra por 147 días, luego por 24
horas, por 60 minutos y, finalmente, por 60 segundos para ver que haría falta
inyectar 6,7 dosis cada segundo durante las 24 horas del día, todos los días,
para desmontar la mentira de Sánchez, al tiempo que, en lo que afecta a eólicos
próximos, hemos visto cómo la "santanderina"
CORE
se preocupaba -solo- por su bahía e intentaba alarmar/animar con una infografía
en apoyo de su ¡Aquí no!, más falsa -incluso-
que el interés por el arte y la cultura del dinero que usurpa el nombre de
nuestra ciudad, mientras, con peligro, se le caen las escamas y, ahora, convierte
en caos el tráfico por el centro ciudadano.
¡Aquí no! produce una mezcla
de asco y vergüenza, muestra el peor microfascismo, miedo, egoísmo puro,
pasarle el problema al otro, dejar las cosas -tan mal- como están, ni siquiera
plantearse la posibilidad de, contra el cruel 1% dueño del capital, cambiar
hábitos sociales en economía, trabajo, viajes, consumo,... para evitar la
destrucción de la vida humana en el planeta, usar los débiles mecanismos de lo
que dicen democracia a favor de la mayoría,… y, al contrario, como solución
prodigiosa que lava sucias conciencias,
todos hablan de un Plan que zonificará, milagroso PROT que, sin preocuparse de quién y cómo tomará las esenciales
decisiones previas, si concentrar o distribuir la generación de energía, si
acercarla o alejarla de los lugares de consumo, si perpetuar su control por las
multinacionales que nos destruyen,…; éstas, el protofascismo de Revilla, el microfascismo
actual de izquierda y derecha, caducos,
subvencionados dinosaurios sindicales y ambientales, egoístas afectados,
Castañeda y “El Deliro”, el tránsfuga
Agudo, UGT, CC.OO., EeA, SEO, los del Oso Pardo, la urbanita CORE,…,
nos enseñan sus pezuñas por debajo de la puerta y fingen lavarse las manos con
una planificación multiusos que ordene -¿y mande?- el territorio, limitándose a
hacer real el “¡Aquí no!” para alguno
y el “¡Allí sí!” para otro ¿Es eso lo
que queremos? ¿Así se cambia el sistema? ¿Así se soluciona el problema?
Coda militante.- Sería muy bueno que muchos hubieran disfrutado anoche
en la 2, al tiempo que el Madrid ganaba al Barca, de "La mujer de la montaña", islandesa, y que alguien de esos
muchos hubiera aprendido algo. De verdad
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