128 Los domingos, cavilar
43 Covilación
Abascal vs Iglesias
Fernando Merodio
25/10/2020
“La crisis es general, no solamente del Estado-partido del Este, también del Estado-partidos del Oeste”
(Alain Badiou. "El despertar de la
historia")
Se mire cómo y desde dónde se quiera, esto no parece tener solución; con
dispares muecas y simulacros de ideas, la acomodada derecha, el pactismo “progre” y, en especial, la inculta insolvencia
que hoy son los extremos que, uno al otro y viceversa, se alimentan, mientras
el individuo en pánico que es solo lo que posee y lo teme perder, o el bovino
cobarde que nada tiene, o el ignaro optimista que cree que esto no puede empeorar,
en múltiples -hoy deshumanizados- lugares, el demediado tajo, un triste bar, un
juzgado envilecido, una tertulia de listillos, una oficina repleta de dañinos trastos
informáticos, un campo de fútbol vacío, un asilo que asusta, un banco para no
sentarse, una junta de accionistas que, salvo para atropar dinero, no acciona,…,
otean el riesgo, congreso, gobierno, jueces, partidos, sindicatos,…, no quieren
gestionar la explosión, silban, se hacen los tontos y, un éxito, tienen aspecto
de serlo.
La vieja y culta -un lastre para lograr lo que aquí dicen “progreso”- Europa parece haber bajado
los brazos para rendirse; los obreros, sus burocracias caducas, los sumisos partidos
de gobiernos que, sumisos, administran migajas, la injusta Justicia, el callado
Parlamento,… se muestran incapaces de regar y defender el fértil legado de la
Ilustración y las Revoluciones, al tiempo que el banco, sus artificiales, tétricas
hipotecas, las eléctricas y su abusivo control de la vida cotidiana,... y,
ahora, el pequeño bicho, nos han pasado por encima, laminado,…, dejándonos con pocos
puestos, más horas de trabajo y menos salario, deslocalizados, esperando el populista
falso maná de una “renta mínima”, con
el calentamiento global ennegreciendo el futuro mediante el abuso energético,
hologramas, algoritmos, hambre, desigualdad,…, sin ética personal, pacto
social, sexo,..., sin nada que, usado en libertad, permita hacer frente a esta bancarrota ética, acabar
con las satrapías.
Ya en 1998, Alain Badiou, filósofo marxista, definía la crisis como
global, “general, no solamente del
Estado-partido del Este, también del Estado-partidos del Oeste”, pues el
cataclismo que fue la caída del monstruoso comunismo de Estado soviético “arrastró y privó de vida a toda subjetividad
política que, sea bajo la idea revolucionaria o la del derecho, intente aparear
la coacción estatal con la universalidad liberadora” o, dicho de otro modo,
que a partir del descalabro, “la historia
de la política comienza” en todas partes de nuevo, marcada por “el descrédito” que supone hacer un planteamiento estatal; se nos ha acabado algo
y renacer a otra cosa exige fatiga, debiendo tener en cuenta el sabio consejo
de Rimbaud, “tenir le pas gagné”,
conservar lo ganado y, como él explica, “dotar
de un cuerpo al pensamiento que, colectivamente, ha sabido encontrar el gesto social
de la insumisión que lo fundamenta” y, si así queremos, si nos libramos
feroces del sabido lastre de sinvergüenzas e ineptos, empezar a vivir el
apasionante intento de reiniciar la historia de la política.
Decía el abate de
Sieyes, revolucionario, que, como aquí ocurre, “toda sociedad en la que la garantía de los derechos
no está asegurada y la división de poderes no está determinada, no posee
Constitución”, aclarando Badiou, dos siglos después, que la noción del Hombre sometido
a la Constitución varía en la forma que quiere el poder, al imponerle una ética
que es simple suma de normas “naturales” que alejan el uso del pensamiento afiliándolo, aquí ahora,
sumiso, a la política del capital, la democracia partidista, y separándolo de
la idea griega de la ética como búsqueda de “una buena manera de ser” o “sabiduría de la acción”, viva, ligada a los actos del
hombre que sea, por ello, incumbencia exclusiva
de cada uno, no pudiendo haber “una ética general”, sino una de las verdades singulares, de las situaciones
concretas, de las relaciones tramadas y sus consecuencias, siendo, por ello,
preciso derribar la idea impuesta de no estar legitimados para criticar la
esencia del corrupto sistema, hábil invento que, guarida de la ortodoxia insana
del poder del capital frente al querer del individuo que piensa, es voceada y
aplaudida desde "su
política y medios", la fachada democrática.
En la situación de
aquí -caos institucional, calentamiento global, desigualdad, paro,... y, ahora,
el pequeño, útil virus- hemos asistido a una escena del peor pasado que -los que
lucharon los 40 opresivos años no bélicos en primera línea- aconsejaron
olvidar, (in)útilmente reconstruido en interés de los extremos -mozalbetes codiciosos,
palabrería sin política, ni proyecto publicable,...- que, pues se suman, se nutren
mutuamente, por un lado, los herederos de los del "bigotito", profesores de "formación del espíritu nacional" que, junto a
cosas peores, reñían en la escuela, la universidad, el tajo, la calle, la
playa,..., aquel fascio que publicitaron Girón... y Revilla como -incierta- base
del poder del bajito general rechoncho de voz atiplada, que en realidad,
siempre se apoyó en el capital patrio, europeo, de los USA,..., y, por otra
parte, los que vocean lo contrario, ¿dónde está el sugerente Manifiesto-Programa de aquel PCE?, lo que gusta a la otra mitad de
la siempre trivial, retorcida "mayoría silenciosa", el "trío de la bencina": "Evita" Iglesias, oscura ambición populista sin sustancia, Rufián, desleal,
pésimo, anacrónico independentismo y Otegi, bestial espuma de sangre que, a favor
de otros, agitó el árbol vasco, tres toscos "intelectuales orgánicos" con un inquietante peso en las
cuentas "interruptus" del Sánchez al
que, en esta ocasión, los del “bigotito” han hecho el favor de regalarle una “agresiva” moción de censura, ¡de
broma!
El peor enemigo de ese
pueblo al que los extremos -cada uno a su modo- presumen de defender es el control
del injusto y cruel capital por pocos, el banco, los oligopolios, en especial
el energético, sus cuentas, el injusto saqueo de las plusvalías, el blanqueo del
dinero de la corrupción, el narcotráfico, la mafia,…, impidiendo que renazca la
política, callando a sabios que, “como
Platón y Aristóteles, identifican la vida que se adecúa a la razón como la más
feliz y más digna”, sustituyendo el pensar, las vitales Letras por lo que
dicen ciencia, informática, empresa, marketing, ingenierías diversas,… a su servicio
y, desde Franco, estudiamos Derecho y el resto de carreras del pensamiento los peores
de cada casa y de ahí salen abogados, jueces, fiscales, notarios,
legisladores,…, por lo que así nos va; no hay que ser ilusos, ¿por qué el
insano poder que nos desiguala, coloniza, contamina, esteriliza,… tierra, mar y
aire, va a respetar, sin beneficiarse él, lo Justo y Razonable, la Verdad o la
Justicia?; es iluso pensar que el egoísta capital se va a detener a las puertas
de una Universidad que no le sirva, sin intentar rentabilizar para él la Verdad
sin hacerla dejar de serlo o, aún más, creyera en el Estado de Derecho y no lo
violaría para dejarlo, eso sí, “en estado”.
Contra Abascal y sus ideas, hoy triste anécdota, cuando era duro dije e
hice más de lo que se me puede exigir y, por ello, me duele más el monstruo que
está creando el “liberalismo” con los
codiciosos logreros Rufián, Otegi y, sobre todo, “Evita” Iglesias, del que, aquí cerca, Expresso, revista afín al PS portugués, dice -suave- que su grupo, Podemos, manejado “con mano de hierro”, “se ha
transformado, en media docena de años, en aquello que tanto criticaba”, al
tiempo que él ya es uno de esos “políticos
que viven en chalets y no saben lo que es coger el transporte público”,
anécdotas que no le identifican, pues lo de verdad grave es que, un ejemplo, el
28 de enero de 2017, escribiera sobre el “Control
público de las eléctricas” con demagógica falta de saber, insultante para
quienes, de verdad, quieren cambiar esto, sin sentirse ahora obligado a explicar
que, por ejemplo, Iberdrola, capo del
oligopolio español, una de las más fuertes organizaciones en el mercado USA,
con un beneficio neto de 2.681 millones € en los últimos 9 meses, pese -¿o
gracias a?- el virus, quiera pactar ¡con los sindicatos! una reducción de plantilla
del 15% aquí, 1.500 asalariados, lo que junto al alborozo de El País y el Foro Económico Mundial, WEF, porque “en 2025 -mañana- las máquinas
harán el 50% de las labores”, le exigirá redoblar, con una dotación 10
veces mayor, la promesa a sus útiles “descamisados”
de la -hoy olvidada- “renta mínima vital”.