89 Los domingos, cavilar
Neoliberales, todos
Fernando Merodio
26-01-2020
"Había soñado con un tipo de integridad, un tipo de pureza cabal, había hallado compromiso y la desviación violenta de la trivialidad. Se le había concedido la sabiduría y al cabo de largos años había encontrado ignorancia ¿Y qué más?, pensó. ¿Qué más?, ¿Qué esperabas?, se preguntó." ("Stoner" de John Williams)
"Por ello, serán los promotores quienes decidan que instalaciones quieren construir; tecnología, ubicación, potencia,..." (De la respuesta del Ministerio para la Transición Ecológica a una queja de la Plataforma para la Defensa del Sur sobre el caos eólico. 10/01/2020).
Neoliberalismo es el modo actual en que, tras la caída del muro de Berlín, el capital ejerce su dominación, subjetividad sometida a él, política económica contra el interés humano que evita referirse a las relaciones de producción impuestas por ese capital, mínima minoría, que niega el conflicto, obvio, con su contrario, el trabajo, la mayoría.
Se ha defendido tan ilógica creencia -cuestión de fe, no ciencia- negando que exista una teoría ideológica sobre la que se levante el mito y afirmando que el trabajo -en todas sus formas- no es esencial fuente de la riqueza que generan las mercancías, alimento del capital que, con el beneficio como meta, genera más empleos y, asentado en la ficción que es la "autorregulación del mercado", fija -a la baja- los salarios, inventa la "flexibilidad laboral" y crea los "trabajadores pobres", el trabajo precario, temporal, inseguro, mediante su Ley -suya- que impone los "contratos basura".
El capital, sus aparatos de poder político militar, policial, social, judicial ,... y la propaganda de sus medios de comunicación, sostienen el mito y, magnánimos, ceden nimias reformas no estructurales, negociadas con dúctiles "progresistas" y sindicatos flácidos, todos subvencionados, solidificando la injusta concentración económica y la desigualdad social que destruye el mundo a partir de la riqueza que acumulan unos pocos mediante transferencias de abajo arriba, aumentando la pobreza y propiciando el control de las decisiones estratégicas por el capital como, impúdicamente, exhibe en la contestación de arriba a nuestra Plataforma el engañoso trampantojo que es el Ministerio para la Transición Ecológica, revelando que las políticas “progresistas” no afectan a tan injusto/irracional orden socioeconómico, pues ellos, negociadores sumisos, se pliegan en la lucha contra los evidentes daños que causa el capitalismo.
Lo que Freud denominó "principio de realidad" es el modo en que se regula y reprime el acceso a los caminos más lógicos para satisfacer las demandas -sexuales, sociales, culturales, económicas,...- del ser humano, llevándolo por los vericuetos del poder, haciéndole actuar contra las más razonables demandas psíquicas y sufrir las diversas formas de la represión, social, religiosa, económica, de los aparatos del Estado,..., apoyadas en los medios de comunicación de masas, propiedad del capital.
Es cierto que algunos dicen, que en general, los humanos somos más ricos, más sanos, más altos, más libres, con más movilidad y -lo que llaman- ocio que en ningún otro período, debiéndose argumentar frente a ello que ocurre solo en una pequeña parte del mundo y, además, es exigencia para generar la productividad que conviene a la minoría que acapara los beneficios del capital, siendo, por otro lado, evidente que, como dice Terry Eagleton, "el hecho de que el comercio y la prosperidad hayan ido de la mano de la esclavitud, los sweetshops, el despotismo político y el genocidio comercial se pasa maliciosamente por alto".
La caída del muro de Berlín, el egoísta neoliberalismo de rapiña que el derrumbe generó y la levedad de las ideas de lo que quedó de la izquierda, desde los restos del naufragio hasta la hoy declinante/casposa socialdemocracia, empresa familiar, pago de sueldos, hasta el horrísono vacío del grito hueco de los populismos de chalet, ha generado la tenebrosa situación de caos en que -en todos los aspectos- nos hallamos, situación que no es preciso describir, pues cualquiera con diez minutos diarios de lectura más o menos seria, dos dedos de frente y un miligramo de honradez personal puede diagnosticarla con mucha mayor precisión que la de cualquiera de los peritos en tertulias que, sin pudor, nos engañan haciendo negocio con su cloqueo diario.
EL ROTO 25-01-2020
Y siendo cierto que la crisis financiera no sirvió para que nuestros gobernantes, no ya nosotros, reaccionaran ante el mal funcionamiento del mercado neoliberal salvaje, por lo que se ve, tampoco la crisis climática está sirviendo para que intentemos evitar, al menos frenar, el fin de la civilización humana para lo que una niña sueca nos exige, taxativa: "¡Hay que cambiar el sistema!"; evidentemente hay que decelerar, disminuir la generación y el consumo, pese a lo cual escuchamos cómo nuestros políticos, muy "progresistas" ellos, se alarman ante el freno -(in)voluntario- en el crecimiento patrio y nos intentan tranquilizar diciendo que es coyuntural, que ellos harán que volvamos a crecer. El nacionalismo cutre y pequeño fue germen del nazismo, pese a lo cual "el progreso" se pliega ante los peores y más egoístas caprichos de nuestros xenófobos, políticamente golpistas, desestabilizadores del resto. El primer feminismo, radical, real constata que mientras en los USA "el #Metoo se ha vuelto un mecanismo estalinista", el de aquí ahora "solo aplaude los logros acordes a sus consignas" de instaladas y que se prive a una mitad de la población, los hombres, de su presunción de inocencia. El Instituto de Actuarios, tozudos objetivos números, advierten que el actual sistema de pensiones es insostenible y pone en riesgo su futuro, pese a lo cual los "progres" deciden subírselas a tan nutrido saco de votantes... y el que venga detrás que arree. Hay que sanear, fortalecer lo público y, por ejemplo, quien es secretario general de la sucursal que aquí tiene la mercantil PSOE tuvo en su corta etapa de colocado en la delegación del gobierno un jefe de gabinete -que, quizás, cobrando del erario público dirigió su campaña electoral- y, al menos, tres personas "de confianza", ¿amigos?, muy bien pagados por todos y al marcharse a otra poltrona, la vicepresidencia de aquí, dejó atornillados a su sueldo en la delegación a sus íntimos..., lastre para Echevarría. Alardean de que en Parayas va a haber más dañinos vuelos a Budapest, vital destino. La "tecnología, ubicación, potencia,..." de la muy agresiva e insostenible generación masiva, industrial eólica la deciden -Transición Ecológica dixit- los causantes del caos, Iberdrola, Endesa, Gas Natural, Viesgo, Capital Energy,..., no nosotros, los dueños del territorio,..., ni siquiera ellos, nuestros "progresistas" venidos a neoliberales conversos. Etc., etc., etc.,
PERIDIS 23-01-2020
El presidente vendedor y las ministras de economía y transición ecológica han asistido a un curso acelerado en Davos, "Our planet: our business", Suiza ¿dónde si no?, han sido buenos alumnos y, titular de El País, "El mercado ha comprado -sí, comprado- bien este gobierno", pues así lo ha certificado Morgan Stanley a Sánchez; los "progresistas", ¡menos mal!, han pasado el duro examen y ya somos, otra vez y de pleno derecho, neoliberales, aunque, como dibuja incisivo Ansola, la del chalet con piscina insostenible, llena de agua, sigue teniendo un problema: "La mayoría de las familias monoparentales están formadas por la madre y su descendencia, deben llamarse, por tanto, 'monomarentales"; es cierto y sería un imaginativo gran avance.
En una situación de gravísima vergüenza y riesgo para el género humano, Zalmen Gradowski moría en Auschwitz tras dejar dentro de una lata una crónica que, años después, permitiera formarse una ligera imagen de "lo que allí ocurrió" y Primo Levi escribió en "Si esto es un hombre" que "es hombre quien mata, es hombre quien comete o sufre injusticias; no es hombre quien, perdido todo recato, comparte cama con un cadáver" y, pido perdón por la licencia, la incierta y posible apariencia de falta de sentimientos hacia ellos, para decir que aquí ahora, en momentos muy graves para el género humano, con su futuro en juego, el ciego egoísmo neoliberal rampante de todos me está empezando a hacer sentir algo parecido a lo que sintieron aquellos; una metafórica sensación de dormir con cadáveres,... demasiados cadáveres.