80 Los
domingos, cavilar
Delirio de autoconsumo
Fernando Merodio
24-11-2019
"El delirio tiene como primera función reconstruir la significación del mundo con ideas
del tipo 'hay una explicación a todo esto que está pasando' y, además, asegura
al sujeto una cierta identificación con el lugar que le dan en el mundo" (Sobre Sigmund
Freud)
El delirio es una alteración generadora de ideas
que afectan a nuestra conciencia sobre el entorno; por diversas causas, articula
de modo atípico el juicio e impide discriminar entre él y lo definido como
realidad, desconecta palabra y objeto; en lo individual, es una peculiaridad,
por diversos causas, de mentes ajenas a lo que se dice común, una vida distinta
a lo que se considera normal.
En el ámbito de lo general la cosa varía, el
delirio colectivo daña al mundo y exige vigilar a quien lo causa con interés
espurio; caso obvio fue Hitler y sus exabruptos que dañaron al mundo o, a otro
nivel, aquí está, dañino insano, El
Delirio Montañés, primero hoja
parroquial del obispado franquista, luego regalado trebejo de prohombres del
"régimen", entonces
devenidos a UCD y ahora juguete roto -además de "negocio"- en manos
del capital vasco, entre otros de la muy dañina y falaz Iberdrola del Galán
que, en su avaricia, usó -como BBVA, ¡moderno y desleal nacionalismo, en este
caso vasco!- al comisario Villarejo incluso contra su colega Florentino Pérez,
capital vasco que elimina el adjetivo "Español"
de "El Correo", pero sortea
a "Corocota" Revilluca y
deja "El Delirio" como
"montañés", no "cántabro".
Ejemplo de delirio que pretende enajenar a los
despistados es el modo en que el pasado martes un redactor de deportes, parece
que de bolos, sin siquiera ir a la rueda de prensa, deformaba lo dicho por la Plataforma para la Defensa del Sur de
Cantabria sobre los engaños, ocultaciones, agresión,... que el gobierno de
Revilla y el capital eléctrico quieren perpetrar en nuestro territorio
tramitando lúgubres al menos 43 parques eólicos, más de 500 molinos de hasta
200 metros de altura y 1500 Mw, al equiparar, sin más, los datos contrastados
de aquella -que, titule como titule El Delirio, no es ecologista, sino
radical defensora sin subvención del territorio de todos- con los inventos exprés
de Francisco Martín, "el Incumplidor",
que habla de, "más o menos"
20 ó 22, -ni sabe cuántos-, asegurando que el consejero actúa con "rigor en la evaluación ambiental"
estratégica... que ni siquiera tramita; de un lado están la
denuncia de la Plataforma, la lista detallada de Parques industriales eólicos y el mapa de Cantabria en
el que se recogen los agresivos parques que la Consejería pretende ocultar y
del otro Martín y su ilegal nada lobbysta cuajada de fracasos.
También es delirio pretender que agresivos,
dañinos, gigantescos parques eólicos industriales, molinos de hasta 200 metros,
líneas de altísima tensión, subestaciones, pistas de rodadura, toneladas de acero,
lantánidos, miles de metros cúbicos de hormigón armado,... para generar energía
eléctrica a cientos, miles de kms. de donde será consumida son ecológicos,
cuando ni siquiera -salvo su fuente, el viento- son sostenibles, y que
colaborarán a frenar el cambio climático; en realidad, todo ello es el mejor
camino hacia la evidente e inmediata destrucción del planeta que habitamos si,
como ellos y la política pretenden, dejamos la generación eléctrica en manos de
Viesgo, Iberdrola, Endesa, Gas Natural, Florentino Pérez,..., nuestros benefactores.
Ahora, dan un paso más y -pésimos- legisladores
intentan que cuaje la simiente de un nuevo delirio que llaman autoconsumo
energético y algún optimista publicita como poco menos que revolucionaria
oportunidad alternativa al caos actual en el consumo y -sobre todo- la
generación de energía eléctrica; una alternativa que, en realidad, hoy es un
oxímoron, posibilidad imposible a tenor de la -falta de- voluntad de quienes
tienen el poder económico y de los que, al servicio de estos, administran el
político y legislan; todos ellos, incluidos los que, perennes adolescentes
fósiles con coleta, se hipotecan -esa cosa tan capitalista- para comprar una
gran parcela con insolidario chalet e insostenible piscina individual. Sin
voluntad política y económica -que, nadie dude, habría que imponer por lo civil
o por lo criminal-, el autoconsumo renovable pasará muy poco de ser lo que hoy
es, los ridículos 350/400 Mw/año previstos para 2019, un 0,66 % de los 60.000
Mw/año (eólicos, hidroeléctricos y fotovoltaicos) que, según el gran negocio
que es REE, genera en dañina masa el oligopolio. Con tal dato, ¿qué es el
autoconsumo, revolucionaria alternativa o simple acompañante ridículo?
Detengámonos un momento en el oxímoron de la
-hoy- imposible posibilidad del autoconsumo como revolucionaria alternativa al
injusto caos que tenemos y partamos de que tal concepto es el uso por un agente
económico -el consumidor de electricidad en este caso- de servicios o bienes que
él mismo ha generado, utilizándolos, total o parcialmente, para su subsistencia,
cediendo en diversas formas, como es lógico, el sobrante de lo producido; sería,
en efecto, revolucionario luchar de tal modo contra el destructivo cambio
climático causado por el actual sistema de generación -dañino todo él y no
renovable- y llegar a que, ajenos al oligopolio eléctrico, el resto produzcamos,
no en pequeños porcentajes, de forma masiva, a escala humana y por medios de
verdad renovables toda la energía que -nosotros- decidamos consumir y que,
además, el sistema eléctrico que todos hemos financiado y opera REE nos facilite la venta a un precio
justo de los excedentes, limitando la intervención del actual oligopolio a
complementar las carencias y deficiencias que, en su caso, se pudieran producir
en las necesidades de suministro global. Eso sí sería eficazmente revolucionario.
Constituyen otro delirio que nos desvía del
camino hacia la justicia energética tanto las falacias de la "transición ecológica", inane invento
de la empresa familiar que es la PSOE,
como el precio más barato que reivindica, queriendo engañarnos, la populista
demagogia impotente de Podemos y,
salvo alguna excepción, las cooperativas de consumo eléctrico, que compran -lo
más barata posible- energía a las grandes empresas que concentran la generación
en sus manos, fijan los precios y agravan los impactos de sus infraestructuras
de generación en lugares muy alejados de los de consumo con dañinas líneas,
subestaciones,..., lo que, sea cual sea la fuente de generación -sol, viento,
agua,...- no resuelve la injusticia energética, ni tampoco el más urgente
problema de nuestro planeta: lograr el equilibrio que frene su destrucción.
Salvo casos necesarios concretos, procuro no señalar,
pero como mejor se explica es con ejemplos, aquí tenemos ahora el de una publicitada
cooperativa de consumo eléctrico que, con irreal jactancia, afirma en sus
anuncios estar constituida "con la
finalidad de cambiar el actual modelo energético por otro más democrático,
social, distribuido y sostenible", lo que es inexacto, pues su
excesiva vinculación al -solo formalmente- denostado oligopolio, a través, por
ejemplo, de su relación con Agustín Valcarce, ignoro a qué nivel "su mejor y último fichaje", que es -o
al menos fue- presidente de la Asociación
Eólica de Cantabria, pull de todas las grandes eléctricas implicadas en la
ilegalidad salvaje del anulado "Concurso
Eólico", representante también de Biocantaber
(Iberdrola y Ocyener), promotora del monstruoso parque del Escudo, 36 molinos y
151,2 Mw, y de Teycan, empresa de
energía solar, todas ellas, como la cooperativa, con igual domicilio en Boo de
Piélagos, es ilógico sostener que la generación súper-concentrada de la Asociación Eólica, Iberdrola, Biocantaber,...,
el actual insostenible y, en especial, injusto modelo energético nos lleve a otro "más social, democrático, distribuido y sostenible", siendo que
a lo más, entiendo, que puede aspirar tal cooperativa, si es bien gerenciada,
es a conseguir para sus socios buenos precios dentro del actual e irrespirable
mercado.
No hay que delirar, no habrá cambio
"revolucionario" de modelo energético con unas décimas porcentuales de
autoconsumo en el del enorme y pútrido pastel que es la generación eólica,
hidráulica, solar,... actual, ni tampoco con cooperativas que compren la dañina
energía que genera el oligopolio, será precisa, sin duda, una activa, dura
lucha social que rompa las ataduras
económicas que ligan a política y capital.