67 Los domingos, cavilar
Estado de corrupción
Fernando Merodio
25-08-2019
“La mudanza de Medio Ambiente del PSOE al PRC genera confianza en Santander Coated" (Francisco Martín. El Delirio Montañés 18.08.19)
"Tenemos la experiencia de la legislatura pasada: presentamos once parques eólicos y Medio Ambiente nos los tiró todos abajo" (Idem)
"Corrupción. 4. Der. En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las personas y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores" (Diccionario de la Lengua de la RAE)
Me amonesta amable y tímido: “Debieras bajar el pistón, tener cuidado con la líquida PSOE y la derechona, incluido Revilla, más imprevisibles que Franco. Ya no hay PCE, Podemos está como está, Arca y Ecologistas en Acción pactan y se fotografían con el peor PRC sobre el PROT y el caos eólico,...", me remuevo, le freno y contesto: "El PCE estará mientras algunos estemos, Podemos, como siempre, no es nada, sabes qué pienso de las grandes ONGs sufragadas y, sin Gonzalo, Arca no es Arca. No nos queda otra cosa que remover el estiércol y ver si con el mal olor...".
Discutíamos un titular -y el pasmoso y largo texto de una entrevista- dominical en el delirante pasquín que (des)informa a diario, pavoroso síntoma de degradación moral y política, implícita en entrevistado, entrevistador y medio, incluso en la sociedad que lo acepte sin queja, anuncio de más corrupción, de tiempos que -empeorando el pasado- no valorarán la Ley como medio de defensa de la posición del débil.
Quien miente sin recato en dos largas y caras páginas, ¡vaya amigos tiene!, sentado en un bolardo/noray del puerto, con pantalón santanderino rojo/pijo, dando la espalda a los entrañables "raqueros" de Puertochico, es Francisco Martín, peón de brega de Revilluca, consejero de industria y antes de medio ambiente, acumulador de fracasos en el largo trapaceo del peor poder del capital con políticos venales para destruir por dinero, con dañinos, innecesarios e ilegales aerogeneradores gigantes, líneas de muy alta tensión, subestaciones, desmontes, acero, hormigón armado,... nuestro territorio común, nuestro mejor bien; derrotado, no como dice, por ocultos francotiradores, sino por el querer de unos cuantos, conocidos, aferrados a Ley, Justicia, sentido común, carácter,...
Francisco Martín, consejero de Industria.
El Diario Montañés 18.08.19
Quien, cómo su parlanchín líder, va de descalabro en descalabro e igual que él recibe el premio de un inmerecido puesto público, un buen sueldo y barra libre en los medios, alardea inmoral de que, al ser el PRC -en especial, Blanco, cofrade del farsante sin sustancia- quien "controle" nuestro medio ambiente, Santander Coated y los del caótico destrozo eólico estarán contentos, pues todo irá más rápido y, supongo, tendrán lo que pidan, pues la rapidez, sola, no es nada para el capital; "Coated", se traduce cubierto, revestido, saburral o lengua sucia y unido a "Santander", vaya usted a saber qué sugiere, más evidente es lo de la filial de Capital Energy, fondo saudí y de Florentino Pérez, que pretende ocupar -para arrasar- nuestro territorio común, cuando, con mucha, muchísima cara mezcla poder, capital y verde, Green Capital Power.
Para despistados, expreso a continuación dónde está el escándalo que, a igual nivel, me generan Francisco Martín y, con sus formas y titulares de siempre, El Delirio Montañés: que un -dicen que- político afirme y un boletín parroquial difunda sin rubor, a toda página que la evaluación del impacto ambiental va a cambiar al trocar el partido político que la tase y que, además, se hará sin tocar la ley que ellos imponen ni depurar, represaliar, expulsar a los funcionarios y técnicos que informaron lo que no gusta al frustrado, a Santander Coated, a Capital Energy,... significa, ni más ni menos, que aquellos que firmen nuevas resoluciones contrarias a las anteriores prevaricarán, serán corruptos, pues tales resoluciones vulnerarían -si no se modifica a la fuerza- el criterio técnico/jurídico sabiéndolo los firmantes, por lo que serán venales; Martín, dice el copista del libelo, lo llama "posibilismo" y es evidente ejemplo de corrupción a favor de intereses distintos a los de todos.
Rupert Murdoch, del que Aznar es asalariado, sus medios de (in)comunicación, con altavoces aquí -de momento ABC, La Razón,... y al final todos-, empieza a atosigar a Greta Thunberg con titulares diciendo que sirve a -el texto solo expresa que abusan de lo que hace y dice la niña sueca- los grandes lobbies; ya tardaba mucho en comenzar la cacería. Martín el fracasado, más burdo, acusa de que ésta "es una de las pocas regiones que no tiene aerogeneradores", pues, ¡pásmense!, "hay determinados grupos de presión que tratan de que aquí no ocurra nada, (...) una postura egoísta de grupos ultraconservadores (...) Normalmente esos francotiradores disparan desde un buen puesto de trabajo y boicotean el poder crear actividad económica y empleo en la región" ¿Desde qué puesto revolucionario y precario habla él y cuantos empleos quedarán tras plantar los ogros de 6 Mw que anuncia... y 200 m. de altura que oculta?
Al tiempo, preocupados asistimos a un viejo peligro, asociaciones estatales y locales, grandes y pequeñas, se reúnen con los causantes del caos, industria, medio ambiente, urbanismo,... cruzándose "apoyos" -¿cómo apoyarán los políticos a las asociaciones?- para que -"conditio sine qua non"- continúe el -nefasto e indefinido- "desarrollo", reuniones que, para seguridad de todos, exigen luz, taquígrafos, acuerdos, firmas y también una total transparencia en las cuentas, no palabras huecas y fotos; cualquier otra forma de pacto entre desiguales encierra, sin duda, el riesgo de daños.
Giorgio Agamben, filósofo italiano muy preocupado por Auschwitz, dice en "Medios sin fin. Notas sobre la política" que "cuando intentes hablar no puedes servirte de algunas palabras gratas al oído; libertad, progreso, Estado de derecho, democracia, derechos del hombre,... Tendrás que describir lo intolerable sin disponer de nada para hacerlo" y añade para retratar la dura situación actual que "los partidos que se denominan 'progresistas' y las llamadas coaliciones 'de izquierda'" sorprenden con "su obsesiva preocupación por presentarse como 'establishment' para tranquilizar a cualquier precio a los potentados económicos, políticos y religiosos", y por ello anima a no temer la derrota, pues no es lo mismo "derrota" que "deshonra" y es "deshonrosa" la "derrota" cuando se origina en el vergonzoso proceso conclusivo de una involución producto de la "transigencia" de todos.
Denuncia Agamben, aplicable a lo que ahora aquí está pasando, que a rastras del llamado "progresismo", "principio en cuyo nombre se ha cumplido el proceso de transigir", la revolución transigió con su mayor enemigo, el capital y, a partir de ello, el "progresismo", creyendo, infantil, que avanza hacia el poder, nos lleva a la errada maña de que "es preciso ceder en todo, conciliar todo con su contrario, la inteligencia con la televisión y la publicidad, la clase obrera con el capital, la libertad de expresión con el Estado espectacular, el medio ambiente con el desarrollo industrial, la ciencia con la opinión, la democracia con la maquinaria electoral -¡todos a votar!-, la mala conciencia y la abjuración con la memoria y la fidelidad", además de acatar cándidos que son lo mismo medios e información. Y así nos va.
Sé que lo que explico, siendo cierto, es muy desagradable, que los que lo ven como yo -y además lo dicen- cada día están más solos, pero también sé que no debemos consentir, sin denunciarla, la nítida corrupción que oculta la demagógica verborrea del sindicalista vertical Revilla, lo que, burdo, nos prepara con su deshinibida guardia de corps en industria, urbanismo, medio ambiente,...., Martín, Gochicoa, Blanco,..., ni la complicidad de -en la práctica- todos los medios de comunicación y, para no despeñarnos aún más, también intentar impedir que se consolide una oscura línea de conveniencias entre políticos -con trazas de- venales y organizaciones que cada día son más gubernamentales, aceptando que, por poco que nos importe, el estado de corrupción en que hoy vivimos es aquí evidente.