Lo cotidiano.96
De la tiranía y quienes la consienten
Fernando
Merodio
23/03/2025
Es urgente apremio, hoy, actuar cómo el Robespierre que, férreo y sabio, dijo que “cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es para el pueblo el más sagrado e indispensable de los deberes”, para que, rápido, el 10 agosto 1792 el pueblo francés, alentado por jóvenes y en el camino marcado por la Ilustración, tomó el palacio de las Tullerías y echó a quien -allí ayer rey/nobleza- le tiranizaba.
EL Roto 01/12/2024
Más a los segundos, son muchos, que a los
primeros, aunque en general malos, muy pocos
Tiranía -si es unipersonal se
llama “autocracia”- es término que proviene
del latín, “tyrannus”, “déspota”, “opresor” y designa la forma de gobierno que, incluso cuando nace en
votación, desprecia la Ley, identificando el Diccionario filosófico de Voltaire al tirano como “déspota que no
conoce más leyes que su capricho” y fijando Locke en sus Dos tratados sobre el gobierno civil que
“donde termina la ley comienza la tiranía”,
siendo, pues, tirano quien, tras imponerse
a otros, los “manda sorteando ley y moral” y, así, las Siete Partidas de Alfonso X, Libro
de las leyes, “enciclopedia humanista”
castellana del siglo XIII, dice que, ¡atentos!, “los reyes son guardados por ciudadanos con sus armas, mientras el
tirano lo es por mercenarios extranjeros” y llama tirano al “Señor, que es apoderado en algún Reyno, o tierra por
fuerza, o por engaño, o por traycion. (…), ama más de facer su pro, maguer sea
daño de la tierra, que la pro comunal de todos (…) y dixeron los Sabios antiguos, que vsa de su poder siempre contra los
del pueblo”, lo que, en castellano actual, lo identifica con quien impone
un poder ilícito en -solo- su interés y usa, con lesa majestad, al Estado contra el pueblo, dejando,
a inicios del XVI, Maquiavelo un magnífico análisis político de él en sus dos sentidos
clásicos: forma de adueñarse del poder y/o modo de ejercer el mismo.
Hoy, la cosa electoral -quien vote- ha hecho que, entre
los más ricos tinglados políticos, el PP, derecha
ufana del opaco Feijóo, se siente en 137 de los 350 escaños del congreso,
mientras, liberal-progresismo y cosas
peores, la PSOE del rozagante se atornilla a 16 menos, 121, pese a lo cual, una
enfermiza aritmética que suma rivales, incluso enemigos -me enseñaron, de niño,
que manzanas y peras no son sumables- ha hecho que éste sea falso ganador, “por
fuerza, o por engaño, o por traycion”,
tras pactar con egoístas, golpistas, amigos no contritos de asesinos, coercitivos
conserjes de su caverna de poder que, con sus pocos votos, están forzando un
ilegal cambio en la estructura estatal, a partir de acuerdos basados en -solo-
espurio interés que, por sus funestas secuelas, repudian -filosófico pensar-
Hegel, el propio Marx o, más cerca, Agamben, Foucault,…, por lo que quien aquí
manda con poder emanado -El Roto explica cómo- del pueblo, lo hace, apestando a
corrupción en su entorno personal y político, imitando, cutre, a Talleyrand/Fouchè,
y su pútrida mezcla de maldad y vicio.
El Roto
El avión podría ser el “Falcon” y las setas, de un país de enanitos
Son rasgos históricos, “quid pro quo“ en su acción política, del
tirano: 1) lograr que “los de su Señorío sean necios e medrosos, porque
quando tales fuessen, non osarían levantarse”, buscar que 2) “(…) ayan
desamor entre si, de guisa que non se fien unos de otros, pues mientras en tal
desacuerdo bivieren, non osaran fazer ninguna fabla contra él, por miedo (…)” y 3) “fazerlos pobres e meterles a tan
grandes fechos, que (…), nunca les venga al corazón (…) fazer cosa que sea
contra su Señorío”, lo que, en castellano actual, significa, todo ello
evidente hoy aquí 1) fomentar la ignorancia cobarde, base de la “tiranía”, 2) dividir la sociedad, mermando
la confianza en el otro y 3) repartir migajas que Evita Tocino -sumadora-
dice igualitarias y son -solo- germen de pordioseros sumisos al Estado tiránico,
por lo que para luchar contra tales rasgos, debemos utilizar la -desusada- fatiga
de: pensar en cómo quien aquí hoy manda es una caduca antigualla que, cierto, hereda
al tripudo de voz aflautada, que provocó la vacación de los suyos, siendo un
mandamás que, fuera de su empresa/partido, no existió ni existe, siendo su
-único- “mérito” verse guapo burgués apolillado, vestir prieto y bambolearse
procaz entre ineptos, para, ¡ay!, a la hora de la verdad, sentarse púdico con
las rodillas juntitas a un lado, siendo estricto modelo jurídico-política- de
tirano.
Es tiempo de rauda destrucción de la Tierra -hoy, hasta
el Manzanares parece río- por nuestro estúpido egoísmo consumista y ese
crecimiento ilimitado que no frenan ni la corrupta economía/política, ni una Justicia
-cobarde o cosas peores- de jueces fijos, poco capaces, ufanos de conocerse, en
un país en el que quien manda -del modo visto-, hace como última aportación
ideológica una lapidaria, veleidosa frase: “Rearme
no me gusta” y exige dar otro nombre a lo evidente que, sin informar a las
Cortes, quiere dotar del estatus de Innombrable
que -“Seré yo, será el silencio, allí donde
estoy, no sé, no lo sabré nunca, en el silencio no se sabe, no puedo seguir,
seguiré”-, absurdo y
claro, detallaba el
premio Nobel Samuel Beckett, siendo lo más grave que, además seguro, ni se
entera quien es incapaz de dotarnos de la esencial ley socio-política, el
presupuesto anual y, además ilógico, alardea de liderar un ilógico, insano,
destructivo crecimiento, sin tener -ni siquiera se le pide- ninguna
responsabilidad en nada de lo que -malo- ocurre -el robo de los bozales lo
perpetraron Ávalos, Koldo, el duque de Feria,
la “cosa” de Ayuso u otros “listos”, las muertes en la Covid19 que, sin pudor ni castigo, burdamente manipularon Salvador
Illa y Fernando Simón, son, todas, culpa de los asilos de Ayuso en que se depositan
viejos, parece que solo en Madrid, no supo nada de la “dana” en Valencia, ni tenía competencias, siendo responsabilidad
únicamente de, inútil/idiota, Mazón,…-, siendo cierto -no excusa- que el Estado
está maniatado por sus insanos egoístas/socios-avalistas, que ya empiezan a fijar
la forma “innominada” en que nuestro
raro país -casi tantas naciones como individuos- quiere afrondar el tétrico final
a que nos conducen -cada día más ególatras e incapaces- quienes mandan en el
mundo, pretendiendo, sin dejar intervenir a nadie que no sea él, hacer mediante -arquetipo de fraude legal- un
decreto-ley, del que esa Constitución que tiene un cancerbero titular, Conde-Pumpido, hábil en buscar urgencias y
extremas necesidades bajo las piedras, dice en su artículo 86 que -exclusivamente-
“en caso de extraordinaria y urgente necesidad, el Gobierno podrá dictar
disposiciones legislativas provisionales que tomarán la forma de Decretos-leyes”, sin rozar
el “ordenamiento de las instituciones
básicas del Estado”, “los derechos, deberes y libertades de los
ciudadanos”,…, por lo que -se diga como se diga- “rearmarnos” es anticonstitucional en el fondo y ultraja al resto, en
especial a las Cortes, en la forma y, siendo pacífica sincronía en que “tyrannus” es déspota sin más ley que su capricho y que donde acaba
la ley se inicia la tiranía, si valoramos
-solo- los muy graves daños que al resto, siervos, causaría el “rearme” que, pervirtiendo -al menos- el
lenguaje, se intenta dotar del disfraz de innominable,
nadie podrá dudar en, lógico, atribuir a quien lo hace la odiosa índole de “tyrannus” para, como tal y, en principio,
solo jurídicamente, tratarle.
El Roto 16/03/2025
El sueño de la razón ¿produce monstruos?
Coda sobre peligrosas
contradicciones.- Dice El Delirio Montañés -y, sin esperanza, desearía
que simplemente fuera uno de sus muchos bulos- que, en un mundo jurídico ajeno
al del -visiblemente impune presunto- tirano “la fiscalía -pero, ¿todavía
hay fiscales?- pide 6 años de cárcel para el acusado de estafar 7.000 €”.
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