Lo cotidiano. 33
2024 y lo de Sánchez
(Cuento de terror)
Fernando Merodio
06/12/2024
Ya es 2024 y la historia que nos cuenta(n de) cada uno, en especial la
del que, amorrado a lo público, vive -bien- de tal historia/cuento, la abate Jarvis
Cocker, lúcido miembro del pop inglés de los 90 en una entrevista, al decir que,
casi siempre, “el pasado es mentira.
Todos tenemos una autobiografía oficial completamente falsa que nos contamos a
nosotros y a quien esté dispuesto a escucharnos, que no es más que una patraña”
y, “cuando nos enfrentamos a los hechos
desnudos de un álbum de fotos, un antiguo bloc de notas o un trastero lleno de trastos,
la verdad emerge (….) dolorosa” y, pues lo vital es el futuro, hay que tasar
lo -mucho- que en él pesa el pasado de quien, casi siempre sin la aptitud
precisa, nos intenta manejar.
Si desde tal punto, analizamos a nuestro Sánchez el Malo por sus datos
en la Wikipedia, vemos que,
licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, con un doctorado “sospechoso”, un par de libros con “negra” a los que ni me acerco y el
cuento de su pequeña, muy pequeña historia, no se ha presentado a ninguna oposición,
ni ha trabajado cotizando a la S.S. y se inició lampando -“con ansiedad por el logro de algo”- para la mercantil/partido PSOE, sin que haya datos -del qué, el
por qué y el para qué- en el parlamento europeo y la ONU, para en su treintena,
mediante una de esas sustituciones que tanto usa, iniciar su carrera “política” como concejal, luego diputado
y, tras agrias hostilidades con la dirección y -parte de la- base de su
empresa/partido, refriega que pide un libro informado, aferrarse a la
secretaría general y, con turbia práctica de la “democracia agregativa” con quién y para lo que sea, método
censurado por filósofos como, extenso e intenso, Giorgio Agamben y, aquí, Adela
Cortina, se ha situado donde aspiraba en su lampar, obligando incluso a quien no
le imputa -estricta- la ralea de dictador, tampoco le atribuya la de demócrata cabal
y, ni fú ni fá, le tipifique como tahúr no
fiable.
Por ello, la razón precisa para defendernos parece ponerse en marcha ante
lo que nos quiere hacer el tal Sánchez y, así, José Luis Pardo, también filósofo,
cierra un debate con Márian M. Bascuñán, ortodoxa del orden mediático, sobre el
espíritu de las leyes, en el que se oponía a aplicar la fe -como siempre- a los
dudosos efectos de su amnistía, pues será el tiempo quien muestre, ya
irreversibles, sus dañinas secuelas, por lo que el filósofo opone a la
irracional fe que nos piden la -aquí hoy ausente- práctica de la prudencia
política en la gestión del derecho público, virtud moral de la que, recuerda
Pardo, Kant afirma que “se puede pensar
esa compatibilidad en un ‘político moral’ (…) pero no en un ‘moralista
político’ que se forja una moral a la medida de lo que resulta conveniente para
su provecho”, en un país en que están surgiendo dos símiles partes a ambos
lados de un abismo, al borde de él, que “corren
el riesgo de caer al vacío“ entregadas a -turbias ambas- jugar con el
territorio, que no es esa unidad patriotera que -de nuevo la fe- ambos creen,
sino, como Lenin dice en “Imperialismo:
la fase superior del capitalismo”, medio esencial del que, “esté donde esté y sirviéndose de cualquier
medio” siempre se ha adueñado el capital e, igual que él, aquí hoy evidente,
lo intenta el dañino, bélico egoísmo independentista, enemigo de la lúcida idea
de que solo “el género humano es la
Internacional”.
Por ello era ilógico, y muy cobarde, que quien alentó el escrache como
jarabe democrático se quejara de ser acosado en Galapagar, como lo es que hoy se
vaya a los tribunales para denunciar el horror de una piñata de aspecto humano
apaleada por unos…, no sé cómo llamarlos sin dañar la fina piel de los
transversales, tras haber permitido a “los suyos” quemar la imagen del jefe del
Estado, o la bandera constitucional, o aparecer junto a una guillotina, ¡falta de
respeto a Robespierre!, con la cabeza de Rajoy en el suelo,… Acaso ya sea tarde.
Coda sobre un trasnochado feminismo tóxico.- No lo puedo evitar, lo
pervierten todo en el mismo barrizal, y ofende que un pijo-progre, ya saben, de
El País escriba sobre atletismo, el serio
deporte rey que tanto amo y atribuya a la gran Carmen Valero, 9 años más joven
que yo, la frase “En España tenía que
correr con bombachos, porque correr con braguitas como las que hay ahora solo
podía en el extranjero, dentro estaban mal vistas...”, y lo acompañe de una
fotografía de 1977 con tales “braguitas”,
en una España en que yo, hombre, salía con chándal, no con bombachos, a
preparar mis lentos maratones y tardé tiempo en osar hacerlo con las
inteligentes, cómodas, calientes “mallas”
que compré en mi primer NYC Marathon.
Otro dato. En los años 40/50 del pasado siglo, en Rozadío no tuve
maestro, me enseñó doña Gloria, una maestra a la que no olvidaré mientras viva.
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