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sábado, 11 de marzo de 2023

262 Los domingos cavilar Interés público Fernando Merodio 12/03/2023

262 Los domingos cavilar

Interés público

Fernando Merodio

12/03/2023

“El gobierno cántabro declara el ‘interés general’ del proyecto para esquivar la oposición de parte de las juntas vecinales, que se oponían a la instalación de molinos en fincas de su propiedad. (El Delirio Montañés, P.E. El Escudo, 03.03.2023).

”¡Pedimos el librecambio en interés de la clase obrera! ¡En interés de la clase obrera pedimos aranceles protectores! ¡Pedimos prisiones celulares en interés de la clase trabajadora! Hemos dado, por fin, con la única y seria aspiración del socialismo burgués. Todo el socialismo de la burguesía se reduce, en efecto, a una tesis, y es que los burgueses lo son y deben seguir siéndolo… en interés de la clase trabajadora”  (Marx-Engels. “El manifiesto comunista”)

Oculto tras un ladino uso de la fácilmente maleable idea del “interés público”, el poco fiable gobierno del viejo fascista Revilla pretende regalar -¿a cambio de qué?- a Iberdrola, agresivo gigante ahora disfrazado de molino, lo mejor de nuestras familiares, vividas montañas, muy protegido bien demanial propiedad de los Concejos Abiertos.

EL ROTO 06/03/2023
"Versión actualizada de El Quijote"

Razona el “Manifiesto comunista” que los primitivos solo producían lo preciso para sobrevivir, que la propiedad del territorio y los -escasos- medios de producción era colectiva y la relación entre los miembros de la sociedad era de colaboración, siendo causa del reparto justo, igualitario que, simplificando, defiende la teoría socialista, comunista desde Marx y Engels, cuyos escritos analizan la realidad de 1847, su tiempo, preguntándose cómo es posible que, siendo tantos los que utilizan la fuerza de su trabajo para arrancar riqueza de la naturaleza y, con ella, generar más riqueza, hoy, casi todo lo generado esté en las manos, bolsillos, bancos,… de unos pocos, no los que la generan, otros, razonando en su respuesta que la causa está en que la propiedad de los medios de producción es privada, no colectiva y el trabajador no es propietario de la fuerza de su trabajo, que explotan unos pocos, los capitalistas.

Aclaran Marx y Engels que capital no es lo mismo que dinero y no es capitalista quien simplemente ha acumulado una cantidad de aquel, pues solo es capital el dinero que se emplea para comprar medios de producción y fuerza de trabajo ajena, siendo capitalista quien, ilícito poseedor de ello, lo usa con el fin de apropiarse de la odiosa, abusiva plusvalía, que es diferencia entre el dinero empleado en la compra de medios de producción y fuerza de trabajo, repito que ajena, y el valor de lo que generan esos medios y fuerza al desarrollar trabajo, intentando, además hacer lo mismo de modo permanente, reproducirlo, dinero, más dinero, compra de medios y más medios de producción y fuerza de trabajo, más plusvalía,… una espiral eterna, un voraz, obsesivo proceso de explotación de lo ajeno, que perpetra el hombre contra otros hombres, tan agobiante que acaba generando enfrentamientos, lucha entre los explotadores capitalistas y los explotados trabajadores asalariados, dos clases en lucha, abierta o latente, siendo innegable que acabar con explotación y necesidad de lucha exige, además de liberar del abuso a los trabajadores, emancipar -para siempre- a la sociedad entera, a todos.; son datos innegables, ciertos que, analizados y bien explicados, pueden ayudar a que incluso niños pequeños piensen en ello, simplificado y esquemático, sin duda, pero muy próximo a la realidad inmensamente compleja.

Frente a la explotación, generada siempre por la fuerza, la emancipación solo se logrará en debida forma si, además de ayudarnos de ella -por mucho que muchas veces la violencia sea imprescindible-, nunca es suficiente y la emancipación real, firme y profunda solo llegará cuando, sólida, se funde en la razón, la justicia, la igualdad, la cultura,.., algo de lo que aquí ahora el -que dicen- progresismo socialista nos aleja con vacuas (pre)ocupaciones, la mayoría transversales, ajenas a lo urgente real y lo agravan apoyándose en, divisores sociales, entes identitarios que, para fascinar, engañar a ilusos -dicen- pluriculturales, cuyo paradigma personal ayer fueron Arzallus y Pujol, hoy Otegui y Rufián y, ridículo cutre, siempre Revilla.

Ni su interés partidista, la seguridad –solo- de ellos, las migajas de poder que, mercantiles, gerencian desde la oscura caverna evita que aquí afuera estemos el resto, las dudas del pensamiento, las luces y las sombras, el animal complejo,… y ahora, situados a la derecha de la derecha, han puesto de moda estudiar, igual que ellos, materias tan dúctiles como el “interés general”, que llaman economía, sicología, sociología, mercadotecnia, marketing, dirección de empresas,…., reductos de un capitalismo de bolsillo para elucubrar sin pensar, pues Descartes no tenía razón, ni la pancarta de algunos filósofos, “Pienso, luego molesto”, soy un estorbo, no existo, logrando que Eugenio Trías se llegara a preguntar si el “progresista” partido que se dice socialista odia la filosofía, pues le gusta un peligroso pensamiento cautivo.

"Ferrovial y BS, gigantes impulsando nuestra tierra... hacia ellos"

Los que aseguraban poder tienen un concepto procesal, normativa, represora de la democracia, opuesta a Max Gallo, autor de la hace años muy leída “Historia de la España franquista”, que alentaba una oposición republicana a la Constitución Europea y a que una democracia “de apariencia, oligárquica que aprueba y acepta pasiva no poder decir no”, nos niegue la capacidad de pensar, al tiempo que una rigurosa encuesta de Gallup, realizada entre cincuenta mil ciudadanos de sesenta países, evidenciaba que solamente uno de cada diez encuestados pensaba que su país está gobernado por la voluntad del pueblo, siendo dudoso que ahora aquí haya alguno; casi al tiempo, Francisco Umbral, nada sospechoso y casi olvidado, definía a Rodríguez Zapatero -anuncio del disolvente desastre que es el ridículo actual jefe de planta- como “socialista convencional, chico de los frailes, traidor por indecisión, ambicioso que secretea en la sombra, eterno adolescente de la política, líder ligeramente cursi” e, igual que su sociedad, toda, un “parlamentario de peluquería”, periodística, exacta definición del de la ceja o la zeta, loado entonces en un vomitivo reportaje en papel couché por Juan José Millás; tesis la de Umbral que hoy suscribo y actualizo salvo en lo de socialista, que incluso adjetivado de traidor, ambicioso, cursi,…, no les aplico.

Cierro la simplificación del inicio viendo cómo hoy el capitalismo es (con)fusión del capital industrial, propietario privado de los medios de producción y explotador de la fuerza del trabajo ajeno con el capital financiero, dinero que engendra más dinero, la oligarquía financiera, núcleo duro del 1% que lo exprime todo, dos formas que, contradictorias, parecen enfrentadas pero se entrelazan para macerar el capital y a las que, por la puerta de servicio se unen ahorradores mínimos, asalariados con la vana, desleal pretensión de sorber -lo poco que les dejen de- la plusvalía que ellos mismos generan, afiliándose a esa cosa rara que dicen “Bolsa” y en España no tiene nada que ver con la de 1831, que facilitaba al Gobierno un instrumento adecuado con la Deuda pública, hoy solo especulación, oscuras finanzas que enriquecer -más- al capitalismo del 1%, un poco al mediano y pequeño y -con migajas- a esos lóbregos traidores a su clase que, tétrica imitación, sueñan enriquecerse a costa de otros… sin hacer nada

Coda a un -supuesto- “interés público”.- Revilla es continua ofensa a la autoestima de los ciudadanos próximos, incluso a la de los que, ignaros, le oyen bovinos en la televisión -redundemos- basura y, tras el turbador circo de la corrupción rampante que lastima las -siempre golosas- carreteras, lejos de dimitir, marcharse de una vez por todas, rinde pleitesía al -cuando menos- inepto/corrupto que -de modo voluntario y con un buen estipendio- las debía gestionar con eficacia legal y en “interés público”, el mismo interés que, zafio, sigue intentando manipular al servicio, aquí ahora, de eso que dicen molinos y, al contrario de los del ingenioso hidalgo, son codiciosos, dañinos gigantes capitalistas a los que, en nuestra vieja onda, un guiño de El Roto adhiere esta semana un aclaratorio adjetivo, “financieros”, adoptando el purriego, alumno de Girón de Velasco, el totalitario, ilegal, nulo de total nulidad acuerdo de declarar tan capital atropello de “interés público” y, sin consultar, decir defender lo sólo alcanzable en un proceso libre con toda la información y participación de los afectados. ¡Váyase a la…!    

EL ROTO 07/03/2023
"Revilla lo tiene claro, clarísimo"

domingo, 22 de enero de 2023

255 Los domingos cavilar Comunistas transversales Fernando Merodio 22/01/2023

255 Los domingos cavilar

Comunistas transversales

Fernando Merodio

22/01/2023

Sumar -comunista, Yolanda Díaz- integra al exdiputado del PP Jesús López-Medel (…) en el grupo sectorial dedicado a elaborar propuestas en materia de justicia” (El Delirio Montañés)

Aunque las condiciones hayan cambiado mucho en los últimos veinticinco años, los principios
generales expuestos en este Manifiesto conservan en conjunto todavía la mayor exactitud. (…), el Manifiesto es un documento histórico que no tenemos derecho a modificar (…)
” (Prologo de Karl Marx y Friedrich Engels a la Edición alemana de1872 del Manifiesto Comunista de 1848).

Los medios de comunicación, controlados solo, exclusivamente por el -real- poder actual, el económico, nos presentan dos mundos distintos, ajenos, en Davos, nuestro “progresista” jefe planta pavonea ridículo sus entallados, mal cortados ternos invitado por los organizadores a, bobalicón -y dañino para nosotros, el resto- coincidir con “ellos”, con la demagógica, “progresista” Ana (Patricia) Botín y la -cutre- parte española del 1% en la explicación de que seguirán repartiéndose dos tercios de los beneficios mundiales pero controlarán mejor el reparto -más igualitario- del tercio restante entre el 99%, que, perplejo, sedado por sus medios de comunicación, -me alarmaron explicándolo, el jueves en la SER, un siniestro autómata de la economía del capital, Javier Díaz y un tal Aroca, trampantojo a sueldo de viejo nosequé, hablando de lo bien que cae el psoecialista Sánchez con su grotesco inglés, y no Núñez Feijóo, a la plutocracia-, al tiempo que en esta España nuestra, “Sumar -o sea, la ‘comunista’ Yolanda Díaz- integra al exdiputado del PP Jesús López-Medel (…) en el grupo sectorial dedicado a elaborar propuestas en materia de justicia”, un pepero histórico fijando a los nuevos ‘comunistas’ su política represiva en la superestructura jurídica, mientras la SER, El País y el paisano Tezanos, ¡el CIS y los medios del “pogreso”!, cada día más peligrosos, narcóticos, dañinos, se afanan en mantener a la sociedad encelada -¡cuidado, solo sí es sí y, además, nos amenazan la pandemia, la guerra,…!- en aparentar, ¡qué risa!, una PSOE insumisa, fuerte y derivarnos al superado, -para la mayoría- viejuno debate sobre algo trasnochado y mejorable, la mala gestión pública liberal-progresista, evidente lacra producto esencial de mala educación, del aborto.

Karl Marx y Friedrich Engels redactaron, atendiendo a un acuerdo adoptado por la internacional clandestina Liga Comunista en su Congreso de Londres de 1847, el histórico, influyente “Manifiesto Comunista” que, al tiempo que daba a conocer al partido, era un “detallado programa teórico y práctico” que, dado su gran interés para los oprimidos, tuvo desde el principio numerosas traducciones  y ediciones y, en 1872, poco antes de la muerte de Marx, sus propios autores le atribuían, como tiempo y mundo han ratificado después, carácter de “documento histórico”, advirtiendo que, tal es la profunda solidez de sus constataciones, no tenemos derecho a modificarlo.

"Leer y pensar, ¡uf!"

Hoy, casi 200 años después, como entonces decían Marx y Engels, “por mucho que hayan cambiado las circunstancias de hecho y los principios generales desarrollados en este Manifiesto siguen siendo sustancialmente exactos”, lo que, para ser útil, exige simplemente leves -o más serias- adaptaciones a la realidad actual, sabiendo siempre que, lo explica “Trabajo asalariado y capital”, artículo editorial publicado, a partir de Marx, en 1849, en la Neue Rheinische Zeitung, “el capital no consiste en que el trabajo acumulado sirva al trabajo vivo como medio para nueva producción; consiste en que el trabajo vivo sirva al trabajo acumulado como medio para conservar y aumentar su valor de cambio” o, más claro, que el trabajo cotidiano, vivo, la actividad concreta del asalariad que -casi- todos realizamos o -hemos realizado- a cambio de menos de lo que vale sirva al capital generado por esa explotación de la fuerza del trabajo acumulado de todos los trabajadores, producto de una determinada relación social que, en el concreto caso de la industria, es generado por la auto-expansión de un valor base en beneficio de quien controla la propiedad de los medios de producción, a través de una -cada día más evidente- explotación de una clase por otra.

 
"Trabajo, asalariado capital, salario, precio, ganancia,..."

Muerto Marx en marzo, Engels señalaba en junio, en el Prefacio II de una edición alemana del Manifiesto, de 1883, como idea “fundamental e íntima” del crucial Manifiesto que “la producción económica y la estructura social resultante de ella son indefectiblemente, en cada época histórica, la base política e intelectual de esa época y, por ello (…) toda la historia ha sido la de luchas de clases, luchas entre las clases explotadas y explotadoras, (…)”, en las que, en 1883, la clase explotada y oprimida -el proletariado- no puede emanciparse de la clase que la explota y oprime sin emancipar al tiempo, y para siempre, a toda la sociedad de la explotación, recalcando Engels que tan relevante idea “pertenece única y exclusivamente a Marx” y no hay que ser muy observador y sensible para constatar cómo en 2023 las diferencias y la obligación de luchar se han acentuado, pues hoy la clase explotadora, opresora, el 1% de la humanidad, (ab)usa codiciosa de todos los avances tecnológicos y científicos con lo que exacerba y consolida la desigualdad mediante su abusivo control de dinero, tecnología, decisión y generación energética,… llegando en 2023 a que, en la plutocrática, tóxica cumbre que, cada doce meses, escenifican en Davos, el dañino majadero que hoy es nuestro “progresista” jefe de planta, desvergonzado y orgulloso se siente con ellos para, mientras se ríen a carcajadas de sus mezquinas medidas fiscales, otorgan tenues, sarcásticos elogios -que SER y El País , liberal-progresismo, amplifican- a los leves reparos formales con que, no pienso que simplemente ignaro, finge oponerse a sus mortíferos atropellos.

EL ROTO 21/01/2023
"Ya lo dijo Orwell"

Siendo muy consciente de que, tres trileros atrás, “Isidoro”, la CIA y el dinero de la corrupta socialdemocracia alemana borraron el marxismo del mapa psoecialista español y que, ahora, un abogado del Estado del PP, con la -mala- idea de que lo apadrinen y defiendan los “nuevos comunistas” de Evita/Yolanda, va a edulcorar la dura superestructura represora jurídica que aquí nos controla y oprime, como siempre a favor de los cuatro gatos de Davos, si se tiene algún conocimiento y confianza en los sólidos, inteligentes, humanos planteamientos de Marx -sé un poco, muy poco y confío mucho- y, además, se tiene la -inmensa- fortuna que he tenido yo de haber disfrutado de la confianza y el aprecio de algún viejo comunista, algún auténtico, ejemplar hombre de aquellos que, para que luego no los votara nadie, cuando Franco hacía lo que quería y la PSOE vacaba 40 años, recibían torturas, eran encarcelados media vida -conozco alguno, aún vivo, que lo estuvo más de 8 años-, incluso asesinados,… solo por defender -aunque, acaso, no los conocieran todo lo deseable, los intuían, sentían- los liberadores planteamientos de Karl Heinrich Marx, judío alemán, no se puede sentir sino asco por lo que, mientras “los de Davos” sobrevuelan como moscas alrededor de la “mierda” de los 350.000 millones de todos nosotros que la -corrupta- UE quiere “movilizar” para, más de lo mismo, “su industria energética verde”, la misma de siempre, y acabar de asfaltar la terrible, terminal ruta hacia el corazón de las tinieblas que es la emergencia climática que, si no somos radicales, rápidos, lo bastante crueles con “ellos”, si, frente a lo que dice la pequeña, ejemplar -esa sí- feminista Greta Thunberg, no hacemos lo preciso para “cambiar el sistema”, aniquilará al masivo/pasivo 99% de los que -sin que, como hacen con Sánchez, se rían, en su cara, de ellos- nadie invita a Davos.

Coda recopilatoria.- Marx y Engels enseñaban y razonaban con saña cómo, aunque las condiciones cambian con el tiempo, las ideas generales del Manifiesto Comunista, mérito en especial de Marx, sobreviven actuales en un documento histórico que, si acaso, se debiera adaptar, mientras aquí hoy, Evita/Yolanda, a la luz del día, hace carantoñas a viejos desperdicios peperos y aun peor, un simple y estirado jefe de planta con méritos de cabo chusquero y macarrónico ingles viaja -con gastos pagados- en -contaminante- avión a Davos, la “progresista/obrera” Suiza a, despreciado entre chanzas por Sánchez Galán, darse besitos con Ana Patricia Botín.

"Evita transversal"

domingo, 15 de enero de 2023

254 Los domingos cavilar Sobre la crisis de aquí ahora Fernando Merodio 15/01/2023

254 Los domingos cavilar

Sobre la crisis de aquí ahora

Fernando Merodio

15/01/2023

No nos libraremos del capitalismo depredador y su cultura sádica con unas míseras migajas concedidas por el Gobierno” (Chris Hedges. Premio Pulitzer. Prólogo a “”Esclavos Unidos”).

 “Hasta que no se reintegre la gente en la sociedad y no se elimine el control corporativo y oligárquico de nuestro sistema educativo, político y mediático, hasta que no recuperemos la ética del bien común no habrá esperanza de restablecer los vínculos sociales. (…), hasta que un aterrorizado Joe Biden y los oligarcas a los que sirve no vean ante ellos un mar de horcas y tridentes, no lograremos poner freno a la cultura del sadismo que han urdido” (Idem)  

Parto de lo más grave de la actual crisis, la persistente desigualdad dolorosa y la mortal emergencia climática que genera el capitalismo, reclamo la unidad del resto -“el género humano es la Internacional”- y sé que, para acercarnos y evaluar lo que hoy aquí ocurre, debemos conocer lo que nos vincula al pasado y aclarar si somos afines, o no, a la cultura del “contrato social”, así que, para centrarme en lo troncal, analizo los datos objetivos que enmarcan el vigente, sellado el 6 de diciembre de 1978, tres años después de morir Franco en la cama, por los que quisieron hacerlo de los -que decían- españoles de más de dieciocho años, electoralmente censados, todos ellos citados a, con un “”, un “no” o una activa o pasiva abstención, responder a una vinculante, sencilla pregunta, “¿Aprueba el proyecto de Constitución”, un proyecto elaborado por cinco ponentes de centro-derecha, Cisneros, Herrero y Pérez Llorca, UCD, Fraga, AP y Roca, Minoría Catalana, uno de centro-izquierda Peces-Barba, PSOE y otro de izquierdas, Solé Turá, PCE, proyecto que fue votado en el Congreso a favor por 325 diputados (94,20%), en contra por 6 -5 AP y 1 EE- (1,75%) y 14 abstenciones -3 AP, 7 PNV, 2 UCD y 2 Minoría Catalana- (4,05%), muy similar al voto popular, 87,9% síes, 7,8% noes y 4,2% abstenciones/nulos, siendo llamativo que, con participación similar, en la Cataluña que hoy nos atorra con su insufrible “proces” los síes al “contrato social español” fueron un 90,5% y los noes un 4,6%, en la jacobina Cantabria, votaba sí un 83,5% y no ¡un 12,5%! y en toda España un 87,9% y un 7,8%, respectivamente y, al haber sido el trámite pulcramente legal, el mamotreto aprobado obliga, son las reglas del juego, incluso a quienes no votaron o a quienes, tajantes, dijimos no; repito para que quede claro, en 1978 dijeron si a la constitución,  contrato social español un 87,9% de los votantes, un 83,5% de los cántabros y un ¡90,5% de los catalanes!

Adelantado a la poderosa concentración de -egoístas- fuerzas que hoy es el Estado, el Abate Sieyès, pésimo orador que, quizás por ello, no llegó a dirigente revolucionario como debió ser, explicaba en el panfleto “¿Qué es el Tercer Estado?”, 1789, que la soberanía reside en la nación, conjunto de ciudadanos, bajo una misma Ley, sin castas, estamentos, privilegios,…, legitimando al Estado Llano, el Tercer Estado, casi todos, el 95% de pobres urbanos, campesinos, burgueses, profesionales, artesanos, mercaderes,…, -casi- sin derechos pero obligados a tributar, para acabar, por sí solo, con la teocrática institución de la monarquía absoluta, apoyando la ortodoxia social y política de que “toda sociedad en que la garantía de los derechos no está asegurada y la división de poderes no está determinada, no posee constitución”, a partir de lo cual, abandonadas vacías retóricas y centrados en los hechos es innegable que, como con claridad -y sorna que imita a los más egoístas cazurros actuales- hace días me escribía un amigo carmoniegu,  los más serios derechos teóricos -paz, humanidad, libertad, solidaridad, unión,…- son mala literatura formal, cuando las corruptas burocracias partidistas alimentadas por el capital han fagocitado a los tres poderes, siendo lógico concluir que lo aprobado en 1978, aquí ahora, no es constitución

"Denuncia de un cuento chino"

Definía Sieyès la nación como concepto subjetivo objeto hoy de discusión interesada y lo vinculaba, repito, al pueblo, al ciudadano, al Tercer Estado, ámbito en que se aplica la norma común convertida en pacto social, por lo que parece razonable construir hoy el debate sobre la nuestra y las normas que de ella emanan a partir del compromiso previo de, al menos, intentar ponernos de acuerdo en lo que es nación, nuclear concepto que, con muy sucio interés y con simpleza, a partir del peligroso insolvente de la Z o la Ceja hemos dado en considerar “discutido y discutible”; un siglo después del abate, 1882, Ernest Renan, historiador francés, decía en el no superado discurso “¿Qué es una nación?”, que “el hombre (…) sólo se pertenece a sí mismo, porque es un ser libre, un ser moral” y, por ello, excluía del serio -y muy manipulado- debate sobre la idea de nación tanto egoístas referencias a raza, sangre, territorio, identidad, religión, lengua,…, abstracciones teológicas que consideran la nación “un alma, un principio espiritual”, estableciendo como su himno abreviado el canto de Esparta: “Somos lo que fuisteis; seremos lo que sois”, pues siendo evidente que la existencia del individuo es una afirmación perpetua de la vida, Renan defendía que “la de una nación es (si se me permiten la metáfora) un plebiscito cotidiano”, propio del día a día, lo que exige abandonar declaraciones que parecen trascendentes y aferrarnos a la más modestas solución empírica de “saber, en ciertas ocasiones, resignarse a no seguir la moda”, ni menos aún, añado yo, la conveniencia.

En 1847, a medio camino entre los tiempos del Abate Sieyès y Renan, Marx y Engels escribían para la Liga de los Comunistas, grupo obrero clandestino, el “Manifiesto”, germen del socialismo científico, anunciando que un poderoso fantasma el comunismo, recorría y recorrería el mundo, explicando, además, algo tan cierto como que “la historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases” o, aún más claro, que “opresores y oprimidos se enfrentan siempre”, junto a un lógico hato de ideas acalladas -sólo- por cobardías y egoísmos, pero que permiten que, en el día a día, quien piense se posicione hoy frente al aburrido raca raca del diario plebiscito a que nos someten -pequeños y grandes- nacionalismos patrios y, apoyándose en Sieyès, Renan, Marx, Engels y tantos otros, compruebe la egoísta falta de rigor con que, de forma insensata y cruenta, se debate sobre naciones, territorios, identidades, sangre,…, así que, para anular tan repetitivo tostón, hace -muchos- años me obligué a no olvidar, ni un solo momento, al hombre, al ciudadano, al pueblo y, en especial, a la clase más indefensa y débil, que llamaban proletariado, hacer un esfuerzo y, para acabar con el tedioso, onanista debate -solo- entre políticos, llamo a todo constitución, incluyendo los pequeños, codiciosos estatuts, o, más eficaz incluso, a veces llamo estatut a nuestra constitución, ¡daría lo mismo!, y, para ser menos inútil, intento que mis discusiones, al menos, versen sobre algo nuevo.

"Mercadotecnia"
 Viñeta de Miguel Brieva  

Recorrido, sin duda, un -ya largo- tramo de la crisis final, en busca de -cierta- precisión lógica sobre conceptos, acudo a los que antes pensaron y veo que crisis, del griego, es “desenlace o momento resolutivo en el cual se configura el curso de un nuevo futuro”, que las crisis “no destruyen más que lo muerto que arrastramos como un lastre” y, tras ellas, todo renace, a partir de lo cual Marx, incapaz de dar de comer o cuidar en la enfermedad a su familia, tan actual como ajeno al hoy llamado socialismo, dice en sus Grundisse, elementos para la crítica de la economía política previos a El Capital, que las crisis “son soluciones violentas que restablecen pasajeramente el equilibrio roto”, pues “en la Historia, como en la Naturaleza, la podredumbre es el laboratorio de la vida”, siendo, pues, vital que en nuestro caldo de crisis final, cocinado c’¡on desigualdad y emergencia climática, elijamos bien al muerto que es lastre o, al menos, impidamos que, como hoy ocurre, quien elija sea el lastre, el propio muerto.

Coda didáctica para platónicos del capital.- El País, neoliberal-progresismo, tira una plana para explicar -sin conclusiones- que ExxonMobil, gigante, combustibles fósiles a mansalva, el capitalismo,… y con él, su corte de empresas del automóvil, bancos,…, en 1977 ya “tenían una evaluación del riesgo muy sofisticada, cuantitativamente precisa” y “ninguno de sus modelos sugería que no se produciría el cambio climático” ¿Qué hacemos con ellos en lugar de lo transversal? ¿Quién es el lastre muerto?

"¿Qué es lo nuestro?"
 Viñeta de Miguel Brieva 

domingo, 7 de febrero de 2021

153 Los domingos, cavilar ¡Accionistas de todos los países, uníos! Fernando Merodio 07/02/2021

153 Los domingos, cavilar

¡Accionistas de todos los países, uníos!

Fernando Merodio

07/02/2021

“¡Proletarios de todos los países, uníos!” (Llamamiento final deEl manifiesto comunista)

"Al principio era dinero, ahora se trata de destruir (...) Estoy preparado para perder lo invertido; en este punto es casi una guerra de clases" (Pequeño inversor en Wall Street)

El 17 de mayo de 2005, hace 15 años, reflexionaba en voz alta en Alerta sobre ideas del espectro que, según Marx y Engels, en 1847 recorría Europa y, al hilo de su final, “¡Proletarios de todos los países, uníos!”, tejía una ilusión que, aliviando el agobio de hoy defendiendo, frente a la especulación rampante, el Hospital Militar napoleónico de Santoña o luchando contra políticos lobbystas y corporaciones empeñados en sembrar las montañas de montajes industriales eólicos, con leves matices de estilo, lleno de actualidad por la ilusa -y dudosa- revuelta de pequeños en Wall Street, cómodo, calco.

Dicen los autores del “Manifiesto comunista” que los pueblos primitivos producían sólo para sobrevivir, que la propiedad de los medios de producción, escasos, era colectiva y que las relaciones entre los miembros de la sociedad, de colaboración, concluían en un reparto igualitario, justo. Sea o no cierto todo ello, algo así pretenden los teóricos del sistema que denominan socialista/comunista. Simplifico y explico.

Analizaban Marx y Engels la realidad de 1847, su tiempo, y se preguntaban cómo era posible que, siendo tantos los trabajadores que arrancan riquezas de la naturaleza y producen nuevas riquezas, la mayor parte de ellas vayan siempre a parar a manos de unos pocos. Otros. Siempre. Razonaban que el motivo está en que la propiedad de los medios de producción no es colectiva y el trabajador no es realmente propietario de su fuerza de trabajo; todo es de unos pocos, los capitalistas.

Aclaraban que capital no es lo mismo que dinero y que no es capitalista cualquiera que haya juntado una cierta cantidad de aquel. Capital es dinero empleado en comprar medios de producción y fuerza de trabajo de otros; capitalista es el poseedor de dinero que, en el uso de ese dinero, tiene como único fin apropiarse de lo que Marx denomina plusvalía: diferencia entre el dinero empleado en comprar medios de producción y fuerza de trabajo de otros y el valor de lo que genera la fuerza de trabajo del trabajador; además, el capitalista quiere hacer siempre lo mismo: más dinero, comprar más medios de producción y fuerza de trabajo, más plusvalía,… Una espiral eterna.

Lo llamaban explotación del hombre por el hombre, afirmaban que tanta opresión generaba lucha entre explotadores (capitalistas) y explotados (trabajadores), lucha de clases; abierta unas veces, otras latente. Concluían que para acabar con la explotación y la necesidad de lucha no basta con liberar a los trabajadores explotados, es preciso emancipar, al tiempo y para siempre, a la sociedad entera. A todos. Me parecen datos ciertos que, bien explicados, pudieran incluso ayudar a que los niños, desde pequeños, piensen. Es muy simplificado y esquemático, de acuerdo, pero sé que la realidad, con su inmensa complejidad, no está muy lejos.

Al contrario de la explotación, siempre impuesta por la fuerza, la emancipación no se consolidará debidamente si solo viene apoyada en la violencia… Por mucho que en ocasiones la fuerza física parezca necesaria, no es suficiente. La emancipación de verdad, firme y profunda, llegará como y cuando pueda, pero sólo será sólida si se basa en la razón, la inteligencia, la cultura.

Aquí ahora, lo que dicen socialismo, progresismo, nos aleja; empeñado en separar a los niños, desde la escuela, del hábito de pensar, reduce al mínimo el aprendizaje de la filosofía, la historia, la música,… Pretende justificar su ansia de cultura con la lectura anual y pública del Quijote y creando nacionalidades y naciones pluriculturales sin límite; interés partidista, seguridad, ¡de ellos!, que están en lo oscuro de la caverna, sus migajas de poder; saben que ahí afuera están las dudas del pensamiento, las luces y las sombras del hombre complejo y obligan a estudiar lo que ellos, situados a la derecha de la derecha, manden -economía, mercadotecnia, marketing, dirección de empresa,…, leer prensa salmón, ser aprendices cutres del capitalismo de bolsillo. No pensar. Descartes se equivocaba e, inteligentes, hay filósofos que lo expresan en una pancarta: “Pienso, luego molesto”, soy un estorbo, no existo. Eugenio Trías -era 2005- se llega a preguntar incluso si el partido que se llama socialista, progresista, odia la filosofía. Tiempos peligrosos, de pensamiento cautivo.

Hoy -insisto, 2005- prima una concepción formal o procesal de la democracia. Max Gallo, argumenta su oposición republicana a la llamada Constitución Europea y razona contra la negación de la capacidad de pensar que se ha instalado en nuestra sociedad afirmando que tenemos una democracia “de apariencia, una democracia oligárquica, de aprobación: se sobreentiende que no se puede decir no”. Una rigurosa encuesta de Gallup Internacional, realizada en 1999 entre cincuenta mil personas de sesenta países, evidenció que solamente uno de cada diez encuestados pensaba que su país está gobernado por la voluntad del pueblo. Aquí ahora -2005- serían menos.

Francisco Umbral define –en 2005, repito- a Rodríguez Zapatero, modelo de progresista y lenguaje pervertido, como “un socialista convencional, un chico de los frailes, un traidor por indecisión, un ambicioso que secretea en la sombra, un eterno adolescente de la política, un líder ligeramente cursi”; reflejo de la sociedad toda, un “parlamentario de peluquería”. Periodística, gráfica definición del personaje y de la situación; salvo en lo de socialista -ni adjetivado de convencional lo acepto-, estoy de acuerdo en todo.

Acabemos con la simplificación del inicio. Hoy vemos que el capitalismo propicia la (con)fusión del capital industrial, directamente vinculado a la propiedad privada de los medios de producción y la compra de fuerza de trabajo, con el capital financiero, que obtiene dinero del dinero y se agrupa en la denominada oligarquía financiera. También vemos que entre ambas manifestaciones del capitalismo existen contradicciones evidentes y, a consecuencia de ellas, importantes enfrentamientos. Permanentes. Sin necesidad de hilar fino, vemos que la Bolsa no es en España la de 1831, cuando fue creada y facilitaba al Gobierno un instrumento adecuado para manejar la Deuda pública; hoy el dinero que el capitalismo financiero usa en Bolsa, en las grandes sociedades, en las multinacionales,… es suyo, de pocos, capitalistas grandes, medianos o pequeños, pero también, sobre todo, de muchos ahorradores, asalariados que, contradictorios, invierten lo que les dejan quienes se llevan la tajada del león, la plusvalía; son trabajadores odiosos –a los que desprecio-, con la vana, desleal idea de extraer plusvalía de otros, que se pliegan, permiten que quienes aportan una ínfima parte del capital total, los auténticos capitalistas, les manipulen y les roben.

Seria reflexión final con apariencia de broma. Hace ya tiempo, para mover el mundo Arquímedes pedía un punto de apoyo para mover el mundo; hoy, para moverlo o cambiarlo bastaría que los muchos pequeños accionistas de las grandes sociedades utilizaran como punto de apoyo el inmenso poder de su número y derecho de representación en las juntas; si hubiera socialistas y se ocuparan de lo serio, en los países que se dicen avanzados hoy añadirían al “¡Proletarios del mundo, uníos!” que cierra el Manifiesto de Marx el sencillo y lógico: ¡Accionistas del mundo, uníos!

Cavilado en 2005, ilusa mente, hoy lo uno a la "rebelión de inversores aficionados contra fondos buitres, amenaza -dicen- de cambiar las reglas de la Bolsa", lo repito y, también contra nocivas idioteces pequeñoburguesas de Evita Iglesias e Irene Montero, leo a Catherine Millet, feminista, afirmar que hoy "hay una regresión en la forma de vivir la sexualidad femenina" o a El Roto, siempre, avisar que "propusieron sustituir los puntos cardinales por la orientación sexual, la iniciativa tuvo una gran acogida…".



EL ROTO 06/02/2021

domingo, 6 de septiembre de 2020

121 Los domingos, cavilar 36 Covilación Ibex 35 Fernando Merodio 06/09/2020

 121 Los domingos, cavilar

36 Covilación

Ibex 35

Fernando Merodio

06/09/2020

” ¡Pedimos el librecambio en interés de la clase obrera! ¡En interés de la clase obrera pedimos aranceles protectores! ¡Pedimos prisiones en interés de la clase trabajadora! Hemos dado, por fin, con la única y seria aspiración del socialismo burgués (...) reducido a una única tesis, que los burgueses lo son y deben seguir siéndolo… en interés de la clase trabajadora”  (Marx-Engels. “El manifiesto comunista”)

"No ha sido el virus sino la respuesta lo que ha provocado un empobrecimiento en España; no puede ser casual que seamos los primeros en mortalidad y repercusión económica (…) Tienen que ser técnicos de los de verdad, que no tengan ningún peaje político ni económico que pagar –quienes lo analicen- para no prostituir los resultados". (Dr. Pedro Cavadas)


EL ROTO 02/09/2020

Me resulta ajeno, pero creo -solo es fe- que el cabalístico Ibex 35 es un índice que refleja -dicen- la evolución del valor de 35 empresas -¿las más importantes?- en las bolsas españolas -Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia- y su evolución respecto a una base que -a finales de 1989- quien podía fijó en 3000 puntos, por lo que -más fe-, al estar hoy en unos 7000 puntos, las acciones del selecto, preseleccionado -lo cambian semestralmente con opaco criterio- grupo valdrían más del doble que en aquel 1989.

Quienes forman el Ibex 35 no son, pues, siempre los mismos, varían a criterio de un grupito que -periódicamente- decide quienes forman tan intrigante selecto clan, cuyos valores -a tenor de su negocio, su free float o volumen de acciones que cada uno ofrece al mercado y otros factores- cambian con el tiempo, siendo opaco -al menos para mí- qué factores reales, además de los evidentes para todos, definen -y si es de modo fiable, no turbio- qué acciones se contratan y cuan alto sea su valor -¿o, acaso, su precio?- en cada momento, indicando además -dicen- el riesgo que puede suponer su compra o la negociación de ciertos artefactos financieros urdidos a partir de tan, opaco valor; los más crédulos de la sociedad, junto a quienes se enriquecen con el insólito, poco fiable invento de la brujería humana, llegan a afirmar -y mienten- que el artificio se basa en una limpia ley de oferta y demanda y además es, pásmense, buen indicador de la evolución/marcha de la economía española.

Pues bien, fue la -poco fiable, detestable- gente de ese Ibex 35 la que, ratificando lo que Marx y Engels denunciaban en la cita de arriba en su “Manifiesto”, abría el curso político que debiera hacer frente al calentamiento global, el -para ellos, capital y políticos, útil- virus, la ruina social, la rotura de las relaciones humanas, la quiebra del Estado -no social- de Derecho,… en un publicitado, elegante, fino -o sea, repugnante- acto público con el grupo mercantil que hoy son, “progresistas”, Sánchez, Iglesias & Co, incluso peores que los “socialistas burgueses” a que, en 1848, criticaran Marx y Engels; debe quedar claro que, a modo de tiesto con flores ajadas, estuvieron quienes degradan la historia, muchas veces admirable y heroica, de aquellas Comisiones Obreras y la -muy- vieja, agotada UGT ¡Cómo se echa en falta el debate de ideas en torno al espectro que, decían Marx y Engels, se cernía entonces sobre Europa.

A mediados del siglo XIX, hace 170 años, explicaba ese “Manifiesto comunista” que los pueblos primitivos producían para sobrevivir, siendo la propiedad de los, escasos, medios de producción colectiva y las relaciones entre sus miembros, de colaboración que concluía en un reparto igualitario, justo; tal era lo que, sea o no cierto, pretendían Marx y Engels al teorizar sobre el socialismo/comunismo; analizaban la realidad de su tiempo, 1848, y se preguntaban cómo era posible que, siendo tantos los trabajadores que extraían riqueza de la naturaleza para producir más y nuevas riquezas, la mayor parte de estas cayeran siempre en manos de otros, unos pocos, respondiendo que era debido a que la propiedad de los medios para producir no era colectiva y, además, el trabajador no era propietario de su fuerza de trabajo, que era de unos pocos, los capitalistas, aclarando además que capital no era igual a dinero y capitalista no era quien simplemente hubiera reunido una cierta cantidad de éste; capital era dinero empleado en comprar medios de producción y fuerza de trabajo ajena y capitalista quien poseía dinero y lo usaba para apropiarse de lo que el socialismo/comunismo -no confundan con Sánchez, Iglesias & Co- llamaba plusvalía o diferencia entre el dinero empleado en comprar medios de producción y fuerza de trabajo ajena y el valor de lo generado por la fuerza de trabajo del trabajador, intentando hacer lo mismo siempre, más dinero, más compra de medios de producción y fuerza de trabajo, más plusvalía, más…, destructivo bucle. Lo llamaron explotación del hombre por el hombre, explicaron que genera lucha entre explotadores -capital- y explotados -trabajo-, lucha de clases, y dejaron claro que para poner fin a tal explotación no basta con liberar al trabajador individual, siendo necesario emancipar, educar a toda la sociedad, pues, a diferencia de la explotación, impuesta y mantenida por la fuerza, la emancipación, que llegará cómo y cuando pueda, no se puede consolidar solo con la violencia y para ser verdadera deberá estar siempre cimentada en la razón, la inteligencia culta.

Lo que aquí ahora dice/hace el “progresismo” burgués nos aleja de ello al eliminar en la escuela el hábito de pensar, o dividirnos en nacionalidades y naciones -dicen que- pluriculturales, o reducir al mínimo el saber de filosofía, historia, música,…, sustituidas por la economía, mercado, marketing, dirección de empresa, sociología,… que le interesan; es su interés partidista, su seguridad, la de ellos, sus migajas de poder, que se asienta en lo más negro de la negra caverna, donde solo hay sombres y no existen las dudas del lógico pensar del hombre complejo, reduciendo el saber a lo que a ellos conviene, cutres aprendices de un capitalismo que -para colmo- es de bolsillo.

Da un paso más y el capitalismo (con)funde el capital industrial, usurpador de medios de producción y fuerza de trabajo ajenos, con el financiero, el Ibex 35 que, sin saber cómo ni por qué, solo mueve  dinero -¿suyo?-, alumbrado por el -falso- brillo del neón de grandes sociedades, artificios siniestros,… y lo mezcla -pese a ser insoluble por esencia- con los ínfimos, sudados ahorros de asalariados que olvidan -¿ignoran?- que el dinero honesto solamente nace del fatigoso trabajo y, alienados ignaros, plegados a la cruel invención de quienes los explotan, compran esas cosas -inactivas- llamadas “acciones” con la obscena intención de -ellos también- robar plusvalía en forma de crueles migajas ficticias de procedencia ignota y que nadie -en especial ellos- lo note; magnífico ejemplo de corrupción moral elevada a la enésima potencia.

Daba asco ver cómo, al tiempo que se perpetra el nuevo latrocinio bancario, CaixaBank-Bankia -que se lleva los miles de millones de Rodrigo Rato-, bendecido por, defensor de la banca pública, “Evita” Iglesias, que -con la boquita pequeña que tan bien usa para engañar a sus “descamisados”- dice que, pese a ser vicepresidente segundo-social del gobierno, no está de acuerdo, al tiempo que de rendir pleitesía al siniestro grupo Ibex 35, tras haber asegurado no hace mucho que nacionalizaría Red Eléctrica, ahora impúdico, se sentaba feliz junto al pseudo “renovable” converso Ignacio Galán -sin José ni Sánchez, acaso vulgares-, repartía carantoñas con la Ana Botín que, “progresista” ella, encabezó la ristra de declaraciones a favor de la histérica, sucia unidad consistente en pactar lo que sea con quien sea, pero siempre a favor de ella en la España de la desigualdad, o no explicaba las causas de por qué aún no se ha empezado a pagar la “renta mínima –al parecer, ya no tan- vital”, o…


EL ROTO 03/09/2020

Grotesca coda final.- El pasado miércoles, para no ser menos que la PSOE-UP, Revilla se reunía en la UIMP, cultureta, con Antoñanzas, de la EDP que se comió a la antigua Viesgo, la Secretaria de Estado de Energía, Sara Aegesen y su lobbysta de cámara, Martín para, con verborrea tipo, aparecer en El Delirio Montañés del jueves, 3, diciendo ”soy optimista con la pandemia, nunca más volveremos a estar encerrados”, al tiempo de que sin -al parecer- informarle, el gobierno que -dice- presidir confinaba a los más 11.000 habitantes de Santoña…, sin darle vergüenza de, por hacer eso, a diferencia de millones de trabajadores serios, cobrar a final de mes.