domingo, 29 de diciembre de 2019

85 Los domingos, cavilar Stille Nacht Fernando Merodio 29/12/2019

85 Los domingos, cavilar 

Stille Nacht 

Fernando Merodio 
29/12/2019 

"Noche silenciosa, noche de amor / Todo duerme en derredor / El niño Jesús en un silencio celestial / Llene la tierra la paz del Señor" (Joseph Mohr. "Stille Nacht"/"Noche de paz"). 

"En tiempos de Franco, las injusticias eran brutales, la represión, asfixiante, las leyes, criminales, pero nadie atendía, en verdad, a los discursos oficiales, (...) lo peor, sin embargo, no eran las leyes y la represión, lo peor era la estulticia que sudaba la vida cotidiana (...), la intolerable sandez de cuanto tenía relación con la vida nacional" (Félix de Azúa. "Stille Nacht"

Stille Nacht, Silent Night, Noche de paz,..., música y letra de los austriacos Franz X. Gruber, organista, y Joseph Mohr, sacerdote, es, quizás, el villancico más escuchado y cantado, el más acorde a su laxante pretensión pero, por fondo y forma, yo elijo Little Drummer Boy, El pequeño tamborilero, de The Jack Halloran Singers, que todos los años, incluido éste, escucho en replay emocionado en la versión del sentimental dueto que nos dejaron Bing Crosby y David Bowie y, entre abandonarme a un pasivo, fiado, cómodo silencio celestial o acercarme a lo que quiera que sea la divinidad asistido por el activo redoble, pa ra pa pa pam, del pequeño útil tambor, no dudo, elijo lo segundo.


En la pesimista columna de que toma título este quebradero dominical, el optimista atento que acostumbra ser Félix de Azúa alerta de cómo la inacabable Stille Nacht que aquí vivimos nos pueda hacer "olvidar la sólida maceta de cactus que nos va a caer sobre el occipucio este próximo año" y avista dos opciones para hacerlo frente: " curda o silencio", sobre las que construye la inteligente duda de "qué es peor, si el silenció pío y culposo de los nórdicos o la -ahora vana y molesta- bulla de los españoles", opciones a las que, aun activo, con Crosby y Bowie intento no entregarme, asilándome en la posibilidad de un redoble, pa ra pa pa pam, la insistente, insolente percusión del, incluso pequeño, útil, tambor, estridencia que, hasta disponer de medio más drástico, intimide y atenúe la laceración que, de no hacer nada, nos causarán maceta y cactus. 

Sin saber bien por qué, quizás sean los años, junto a la plácida melancolía del añejo que quiere hacer cosas, siento lo que podría ser vergüenza, emoción que evidencia cómo, pese a ser finitos, valer lo que valemos, somos capaces de sentir el ultraje de los dichos y hechos de los que, sin mérito alguno, tienen una ilógica autoridad sobre el colectivo y, de modo grave, sin aval o permiso nuestro, ni siquiera en mi caso el inane voto, sin que los miramientos morales los afecten, de modo insufrible cargan sus caprichos sobre nuestras vidas. 

Hoy siento el mismo cenagoso silencio que envolvía, hace muchos años, el cuitado sigilo de mi habitación juvenil, mientras leía El corazón de la tinieblas, Heart of Darkness, cuento largo o novela corta de Joseph Conrad que, con mínimas cesiones a lo literario, reproduce su viaje iniciático al negro interior del río Congo que le permitió conocer el insoportable abuso colonial de las potencias europeas en África y que, prolongado hasta hoy, es origen de la omnipresente desigualdad injusta que hace alborear la antropogénica destrucción del planeta gestada en el nuevo calentamiento global que estamos empezando a vivir con, insisto, destacada influencia (in)humana; el análisis de la esencia del hombre, la locura que infecta el libro, por encima de la crítica del colonialismo precapitalista que se evidencia en su nivel más visible de obra maestra, explota en el grito moribundo de Kurtz, jefe de la explotación de marfil en la que fingía civilización, al que Marlow/Conrad iba a buscar en un terrible viaje al corazón de las tinieblas: "¡El horror!, ¡El horror!", rugido que, hasta ahora, ha alcanzado su más fiera expresión en Auschwitz y que por sí solo muestra, tan preciso como el más fino trabajo de un orfebre, al ser humano en su potencial versión, que estamos obligados a frenar, de afanado en hacer daño al otro y a la naturaleza. 

Si algo torna en especial fatigoso al muy duro viaje al corazón de las tinieblas de la vida vivida es rodearlo de silencio, del ofensivo y doloroso silencio pío y culposo de los nórdicos que, como explica Azúa, los españoles intentamos convertir en lisérgica bulla mediante el evasivo grito de "¡Saca la bota María, que me voy a emborrachar!", convirtiendo la historia en cotidiana mentira que nos priva de toda dignidad vital, pues, siendo perfectos espectadores/conocedores/cómplices de todo lo que ocurre, no es lógico mirar hacia otro lado en frustrado intento de engañar... a nadie. 

La cosa es tan grave para todos que ha llegado el tiempo de que cada cual repique su -pequeño o gran- tambor, rompa los dañinos silencios que impone, desde todos los ámbitos, el poder infame. El planeta se rompe y, pasados cuatro días desde la conclusión de la Cumbre de Madrid, COP25, nadie diría que se ha celebrado, tal es el atronador sigilo del aun no editado "Inventario de ecologistas sobre-subvencionados" Silencio. El fútil Sánchez que, histérico por su caprichosa ansia de poder a cualquier precio, daña la débil abogacía del estado, chantajea a parados y jubilados, busca pactar a cualquier precio con los que quieren dañar al resto, incluido él, nos niega el balance de lo que ha hecho,... Silencio. Es urgente que órganos responsables de los jueces expliquen qué es lo que está mal en la relación España-Europa, a qué son debidos los reiterados, sonoros equívocos y fallidos encuentros que afectan a algo tan fácil como obtener reparación por el daño evidente e injusto que, incumpliendo toda norma de convivencia, causa al resto un pequeño grupo de desleales, egoístas, catetos,... que caminan hacia un muy peligroso nacionalismo fascista. Silencio. Qué está pasando con el territorio que, en 1981, las espurriaduras de Franco llamaron Cantabria y, sin planificación industrial, energética, urbanística, estructural,..., con Revilla al mando coleccionando fracasos -cíteme alguien, por favor, un solo éxito-, con la industria en EREs o ERTEs globales que su inepto y vago gobierno es incapaz de solucionar, con mil versiones sobre el número de parques eólicos que amagan destruir el territorio, sin que Revilla/Martín, cobardes incapaces de aprobar uno, se atrevan a reunirse y explicar a la Plataforma lo que está pasando,... Silencio. Con el ofensivo abuso de El Delirio Montañés que informa en interés del capital vasco, al servicio de Banco Santander, Iberdrola, Viesgo,..., su consejo de administración, sin siquiera un mínimo respeto al legal derecho de réplica a sus noticias falsas. Silencio. 

El ROTO, 29/12/2019

Todos son graves problemas silenciados evidentes que, además del tambor y la voz que avisan, lejos de tiritas y paños calientes, exigen decisión y pericia quirúrgica en el uso del bisturí que abra, detecte y extraiga el mal, debiendo saber, además, cómo estamos y con qué podemos contar. El calentamiento global/cambio climático exige un giro radical -llegar hasta la profundidad en que se alimenta la raíz- del dañino sistema de vida al que nos hemos acomodado; otro modo es perder el tiempo, intentar curar con masajes un cáncer. A Sánchez, digan lo que digan los que aún voten, le cae grande, muy grande, el cargo que le exigen sus -descomunales e injustificadas- ansias de poder y no tiene, además, una partido -la PSOE es ya una empresa familiar- que le frene y module, lo de Iglesias, populismo, finca, chalet, piscina y esposa modelo Perón o Ceacescu, resulta increíble y verlos negociar -estudien los de la Sexta, El Pais, El Delirio, eldiario.es,... y los progres buenistas qué escribe Giogio Agamben, el serio filósofo italiano, sobre ese tipo de acuerdos) con un tal Rufián y su grupo de agresores convictos y confesos, trabucaires muchos de ellos, amenazantes ufanos de no se sabe qué, un insulto para quienes -solamente- miramos y tendremos que sufrir los efectos. De Revilla/Martín, qué quieren que les diga. Nuestra abogacía del estado y los jueces forman parte del colectivo jurídico patrio que, como el de los otros dos pilares del buen funcionamiento colectivo, los filósofos y los economistas, no está constituido por mentes preclaras de nuestra sociedad -similar a la UE y los USA- y, entre otras razones por ello, se legisla y se sentencia tan mal como ahora vemos; pese a ser evidente que somos mediocres, que valemos muy poco, aún así con todo yo daría el paso y, en la stille nacht que estamos viviendo, animaría a todos a hacer sonar sus tambores -pequeños o grandes-, pues peor que lo que tenemos ya no puede ser.           

domingo, 22 de diciembre de 2019

84 Los domingos, cavilar Pues sí, ¡joder, qué tropa! Fernando Merodio 22-12-2019

84 Los domingos, cavilar 

Pues sí, ¡joder, qué tropa! 
Fernando Merodio 
22-12-2019 

"En un sentido corriente, la escritura es letra muerta, es portadora de la muerte, Ahoga la vida" (Jacques Derrida "De Gramatología"

"Nada enaltece tanto la autoridad como el silencio" (Augusto Roa Bastos. "Yo el Supremo"

"Ninguna historia puede ser contada. Ninguna historia que valga la pena ser contada. Más el verdadero lenguaje no nació todavía" (Augusto Roa Bastos. "Yo el Supremo"). 

"Yo el Supremo", 1974, narración que trata de promover una reflexión general sobre la corrupción a partir de acaecimientos reales desde la perspectiva de un dictador, fue escrita en el exilio por Augusto Roa Bastos (1917-2005), premio Cervantes que narra la simbólica historia de José Gaspar Rodríguez de Francia, dictador uruguayo (1814-1840), retratado mientras, en la soledad del poder, redactaba la Circular Perpetua, con la que, auxiliado por Policarpo Patiño, su no siempre fehaciente escriba, y sofocado por la purria que parasitaba su poder absoluto como Supremo, pretendía lograr el texto definitivo que, con gran relevancia pública, le permitiera consolidar tal poder mediante solo la palabra; es una excelente crítica a todo autoritarismo y un colosal monumento al mero discurso como intento de superar la realidad. 

Contradictorio, el Supremo se mostraba, a su vez, descreído del vigor de la escritura, definiéndose "hacedor" y, pues escribir niega la realidad, detiene el movimiento y lo fija, reafirmaba su voluntad de acción política al afirmar "yo no escribo la historia. La hago. Puedo rehacerla según mi voluntad, ajustando, reforzando, enriqueciendo su sentido y verdad", pues "el relato no hace más que relatarse a sí mismo. Lo importante no son las palabras, sino los hechos que no están en las palabras y que precisamente rechazan las palabras", hasta desear "(...) leyes (...) contra los plumíferos de toda laya. Corrompidos corruptores. Vagos. Malentretenidos. Truhanes, rufianes de la letra escrita. Arrancaríase así el peor veneno que padecen los pueblos". 

El narcisista pronombre Yo del título se refiere a quien, en primera persona, dicta su particular perspectiva sobre lo que ocurre, mientras que el adjetivo Supremo -"que tiene el grado más alto o no tiene superior en su especie"- nos sitúa ante alguien o algo desligado y -que, seguro que sin justificación, se considera- por encima del resto. 

En el campo de la Justicia, que emana -dice el artículo 117 Constitución Española- del pueblo y en España se administra -lo dice el mismo artículo CE- por jueces y "magistrados independientes, inamovibles, responsables y sometidos solo al imperio de la ley", nos advierten -artículo 123.1 CE- de que la capacidad para sentenciar por escrito como Yo "superior en todos los órdenes, salvo lo dispuesto en materia de garantías constitucionales" es propiedad -exclusiva- del llamado Tribunal Supremo. 

Pues bien, aunque lo diga la CE, tal cosa no parece cierta y el 1 de julio pasado, con el juicio ya visto para sentencia, ese -nuestro- Yo Supremo que, entre otras, tiene como función esencial garantizar la aplicación uniforme de la ley en el territorio español, antes de escribir -cosa inane para Roa Bastos y su dictador- la sentencia que valoró -jurídicamente- un intento de golpe de Estado -hecho político- que de modo grave afectó, perjudicó a todos los españoles, en base al artículo 276 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, TFUE, formulaba una innecesaria -la doctrina era unánime y favorable al TS- "una petición de cuestión prejudicial" acerca de si un tal Junqueras había adquirido el 13 de junio -día posterior al del final del juicio habido por hechos cometidos meses, incluso años, antes-, la condición de europarlamentario y si, por ello, era o no inmune, inopinada -y tardía- pregunta que evidenciaba una duda impropia y rebaja en un grado -o más- los méritos objetivos para considerar a tal Tribunal como el Yo Supremo en materia de impartir Justicia; pregunta innecesaria que vuelve a facilitar la manipulación por los independentistas, aturdidores mediáticos ante al medroso silencio del gobierno "provisional" de la mercantil PSOE, solo atenta a su continuidad/investidura, lo que podría haberse evitado -por "inmune" que resulte ser el reo Junqueras- habiendo dirigido "a la mayor brevedad", según el propio TJUE, un suplicatorio al parlamento europeo para suspender la inmunidad del forajido, una suspensión que, incluso pedida por la inútil España, hubiera sido imposible denegar. 

Ese TJUE que informa a nuestro Tribunal Supremo, cuya sentencia (¿) solemniza una mínima cuestión incidental de carácter prejudicial -¿sobre qué?- y hace tambalear -¿con razón?- la confianza en la seriedad de nuestros órganos judiciales, es una corte política cuyos 28 miembros -uno por cada Estado de la UE- son designados por los gobiernos, constituyendo paradigma de su -escasa- credibilidad que la juez española, designada en 2014, sea una sobrina de Álvaro Lapuerta, tesorero del PP hoy fallecido, investigado por corrupción en el "caso Bárcenas" o que quien leyó la "opinión política" que rompe con la doctrina aplicada hasta hoy fuera el presidente del TJUE, Koen Lenaerts, belga flamenco con fuertes vínculos independentistas, siendo que, además, sus competencias -fijadas por legisladores europeos, tan malos y/o poco atentos como los españoles- colisionan con las de los distintos Tribunales estatales, generando con ello inseguridad jurídica y, sin duda, numerosas injusticias, lo que, además del escaso rigor al tratar en el juicio del procés tan serio asunto, evidencia, al tiempo de la escasa fiabilidad de tan importante como poco meditado órgano jurisdiccional. el nulo peso político real que nuestro provisional gobierno/empresa tiene en Europa, encelado en negociar con desleales que nos menosprecian y perjudican ante todo el mundo. 

Las cosas con los desleales independentistas van mal, muy mal y habrá que estar atentos a la Sala del procés, presidida por el mismo magistrado que consideró que los trapicheos en los cambios de usos, concesión, edificación,... que permitieron construir en el muelle Albareda y utilizar el edificio al que -con vergüenza y riesgo- se le cae la piel a trozos no eran delictivos, cuando aborde importantes cuestiones relativas a la novedosa opinión del TJUE, en especial cómo aplicar el artículo 9 del Protocolo sobre privilegios (¡) e inmunidades de la UE a la situación procesal del cura trabucaire Junqueras desde el pasado 13 de junio, cuando el juicio sobre hechos suyos de años antes estaba visto para sentencia, y no sería lógico -ni tendría la ejemplaridad que se pide en el castigo a reos mucho menos dañinos que él- que fuera excarcelado, algo que, con razón o sin ella, generaría suspicacia a tenor de su incidencia en los lúgubres tratos que, para que no boquee su negocio, la PSOE tiene con ERC. 

Quede claro que, bajo ningún concepto, las pasmosas pregunta y respuesta sobre la aparentemente "Suprema" inmunidad de un delincuente convicto y confeso, un peligro para el interés general, habilitarían la suspensión de un juicio concluido el día anterior, según la doctrina del TJUE, a que aquel fuera designado eurodiputado y menos aún su absolución, ni su caso resulta equiparable al del trasnochado "monkee" -comparen fotos- Puigdemont, al que con un suplicatorio se podría detener -al menos- en España. 

Tan deprimentes avatares nos impiden preocuparnos aquí ahora del esencial problema del calentamiento global y el radical cambio de sistema que exige intentar aplacarlo, el lacerante paro, la pobreza y las desigualdades, la corrupción rampante, la ruina de las pensiones,..., de una izquierda usurpada por la mercantil familiar PSOE y unos populistas inquietos -no comunistas- que solo quieren -y saben, en masculino y femenino- medrar personalmente y, más cerca, de los desatinos del inepto fascista histórico Revilla, ahora dedicado -me dicen- a humillar a las -dignas- albarcas bailando con ellas puestas, o de los legisladores que no tipifican -clarísimo- lo que ocurre en Cataluña como un muy grave delito,... a lo que, muy reciente, se une un "Supremo" que aparenta no saber solicitar a Europa la entrega de forajidos evidentes o qué es la "inmunidad" europea, siendo todo ello razón sobrada para que, aunque los que -muy bien- viven en lo público atendieran a El Roto y nos dieran su -estúpida- explicación a lo que pasa, deberíamos gritar con Romanones lo evidente y cierto, ¡joder qué tropa!

El Roto, 21-12-2019

domingo, 15 de diciembre de 2019

83 Los domingos, cavilar Lo global y lo local Fernando Merodio 15-12-2019

83 Los domingos, cavilar 
Lo global y lo local 
Fernando Merodio 
15-12-2019 

"Se puede hacer lo que se puede hacer dentro de la limitación que hay, porque luchar contra la tendencia y un problema global es muy complicado desde una región" (Miguel Ángel Revilla) 

"Es un lugar solitario donde tienes que hablar con alguien, y buscar a alguien, hacia el final del día" (John M. Singe. Introducción a "En un lugar solitario", de Dorothy B. Hubhes). 

Miguel Ángel Revilla reconoce no tener "carácter" para luchar contra las "tendencias" y, quizás por ello, en los duros años de Franco, con solo TVE, antes de Bertín, la Sexta y "El hormiguero", cuando había represión, cárcel, muerte para quien luchaba contra las veleidosas "tendencias" del dictador, él se adaptó al fascismo de Girón de Velasco, el peor, para vivir con/de él, algo muy grave que, pienso, le inhabilita para haber sido -y ser- el jefe del (des)gobierno de más de medio millón de víctimas, pero lo es aún mucho más la cobarde aceptación de su incapacidad para, desde la región que se inventó, luchar contra problemas globales, serios, importantes. 

Esta cosa que la corte de rémoras del purriego conocido y no querido en Polaciones llamó Cantabria, territorio de otros muchos en el que él no sabe resolver problemas serios, se está cayendo a pedazos, lo muestran la hace años heroica Naval de Reinosa, ahora con otro nombre, la simbólica Nueva Montaña Quijano, ahora Global Steel Whire o algo así, en la que luchó Cote, pagado con 10 años de cárcel ser de las Comisiones Obreras y comunista, Candemat o Troquelmain XXI, Robert Bosch, con nombre inglés hoy, SEG Automotive, Sniace, Solvay,... y su anuncio de que miles de trabajadores irán a la calle, con Eldorado de la mina de zinc devenido a nuevo bluff del televisivo payaso, los promotores y constructores quejándose de que se les acabó el momio,... y mientras el demodé enviado a hacer el ridículo en Madrid amaga junto a otras piltrafas con crear algo que, ¡impresentables!, pretenden llamar España Plural, él se limita, como siempre pero aún más acabado, a criticar a la oposición y anunciar que, pedigüeño, llamará a Sánchez, magnífico jefe de una planta de mujer en El Corte Inglés que, no contento con poder vender pañuelos, sujetadores, bragas,..., se fatiga, mérito nuestro, intentando saldarnos a todos a cambio de él ser presidente de lo que el bailarín gordito de la PSOE catalana decida que ahora es la vieja España. 

El muy limitado Revilla, egoísta y vago, está como el resto de nosotros, pero él sin enterarse y paralizado, en un lugar solitario en el que se acaba el día y no busca a alguien con quien encontrar soluciones a los problemas globales que no sabe resolver, respecto a los que su contrato como presidente de un grupo social, con gran sueldo y posibilidad de enchufar a muchos parásitos, le obliga a intentar, al menos, intuir las necesidades de quienes le pagan y, si ni de eso es capaz, en lugar de esconderse de los que quieren reunirse con él, para no darles cuentas ni escuchar las ideas que le quieran aportar debiera dimitir ¡ya!; pero ni en eso hay motivos para el optimismo pues, decía Octavio Paz respecto a alguien a quien conocía, "no es un hombre de ideas, sino de ocurrencias"

Soy reacio, ya lo he escrito, a confiar en los científicos, sujetos a las -peores-pasiones y tentaciones humanas, pero, ¡faltaría más!, tengo puestas mis -pocas- esperanzas actuales en la ciencia, que José Manuel Sánchez Ron define como un conjunto de "sistemas lógicos con capacidad predictiva", capacidad que permite hablar del futuro y hace que, según Karl Popper, cuando acaece en concreto eso que solo era venidero, deviene actual y permite analizar la ciencia que lo predijo, "abierta a ser refutada", algo importante que dota de credibilidad a esa ciencia que hoy afirma, sin margen para el error, que incluso si cambiamos nuestros destructivos hábitos vamos al caos planetario, incidiendo nuestra actitud -solo- en el ritmo de la marcha hacia el precipicio. 

Inevitable, regreso a Greta Thunberg, discreta, perspicaz, con liderazgo contrastado, universal, ético que, contundente tras el nuevo fiasco que ha sido la 25ª Conferencia de las Partes para el Cambio Climático -conocida por el acrónimo policial COP25-, tras constatar que los mandamases -económicos y políticos- mundiales ni siquiera parecen ver la urgencia de la grave crisis global que enmascaran como climática, nos echa en cara que, por nuestra incapacidad, ocurra algo tan insostenible como que jóvenes y niños dejen de ir a la escuela para dedicar su importante tiempo a explicarnos qué está pasando y califica esa COP25 policial como "fracaso" y "ocasión perdida" que, en la lucha por un mundo lógico nos deja aún más atrás de donde nos dejaron la Cumbre de París y otras anteriores. 

La ofensiva, insoportable posición dominante que Iberdrola ha adoptado en la cara patochada de Madrid, tan soberbia que, cuando quienes queremos sabemos que en sus abusivas obras en Iberoamérica es habitual que mueran asesinados indígenas, alardee descarada de patrocinadora -económica-, algo que anuncia la siniestra intención del capital de que las multinacionales causantes del caos, los gestores de esas empresas, sean quienes, por encima de la devaluada política, administren a su gusto el futuro -que quede- de esta caótica sociedad, den respuesta -la que a ellos convenga- a los restos sociales y ambientales de estos arduos tiempos, debiendo saber que, vistos los antecedentes, ello significaría, además del asco para el ser humano que sería convivir con ello, la muerte de nuestro -único- planeta; no es, por otra parte, cuestión baladí para amantes de lo local que el capital -más- extranjero sea dueño de las empresas, en especial energéticas, haciendo que en Iberdrola el orgullo vasco sufra un 66% de inversión foránea, en Endesa sea más del 70% y que nuestra querida Viesgo sea australiano/kuwaití, similar a lo del banco que, pese a manchar el nombre de la ciudad de todos, ayuntamiento y Revilla, con colaboración de El Delirio y otros papanatas locales, quieren convertir en icono de agresión urbanística y "cultural". 

Regresa Thomas Piketty que, tras haber revisado a Marx en "El capital del siglo XXI", propone abrir un proceso que supere lo nefando del capitalismo y la propiedad privada, explicando en 1.200 páginas de "Ideología y capital" que los cimientos de la desigualdad, causa/efecto del caos actual, no son económicos o tecnológicos y los construye quien impone su ideología y políticas, pues el hilo conductor de la historia son las ideas y la lucha contra la inhumana lacra deberá apoyarse en la Razón, la Ilustración y la revolucionaria Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, que impulsó Robespierre y aprobó, el 25 de agosto de 1789, la Asamblea Nacional Constituyente francesa, en cuyo artículo primero se afirma que "los hombres nacen y permanecen iguales en derechos" y se concreta que "las distinciones sociales solo pueden fundarse en la utilidad común", a fin de que, como canta La Internacional, sea real el deseo de "no más deberes sin derechos" y "ningún derecho sin deber". 

Para empezar por lo local, que tan poco es para el parlanchín Revilla, planteo que nos acerquemos a la nueva Plataforma para una Transición Ecológica Justa -yo la cambiaría el nombre-, científicos, profesores, catedráticos, pequeñas asociaciones,..., leer, adherirse a su Manifiesto, www.transicionecologicajusta.org , yo lo haré junto a nuestra pequeña/gran Plataforma, conocer a hipertrofiados, subvencionados dinosaurios inanes de un supuesto ecologismo integrado, legitimador del sistema, que está disconforme con aspectos imprescindibles del manifiesto, como oponerse a los megaparques industriales solares y eólicos, que sorprendentemente ¡ellos defienden!, exigir una moratoria para las Evaluaciones de Impacto Ambiental, que los acomodados no quieren, exigir rigor en la aplicación del Principio de Seguridad,..., dar nombres, datos, cifras,... a fin de que al comenzar la inminente y feroz pelea por la igualdad todos sepamos quién es quién y dónde estamos, qué es el autoconsumo y hasta dónde puede llegar, el para qué y el por qué de las cooperativas energéticas, la importancia de la generación distribuida de balance neto,..., partir de lo local, próximo, para hacer frente a lo global y que, caducos, se enteren de algo Revilla y sus socios.

domingo, 8 de diciembre de 2019

82 Los domingos, cavilar La Plataforma y el clima Fernando Merodio 08-12-2019

82 Los domingos, cavilar 
La Plataforma y el clima 
Fernando Merodio 
08-12-2019 

"La pobreza, la soledad o el trabajo no me asustan. Es el viento" (Dorothy Scarborough, 1923. "El viento")

"Despedazado muere el cuerpo y el alma tímida ya pierde pie cuando llega la negra crecida" (D.H. Lawrence "El barco de la muerte")

"Levantadme para que muera de pié y no tumbado como una vaca" (Epitafio de Siward el danés. s. XI. Introducción de "Llega la negra crecida". Margaret Drabble) 

Un significado de la palabra "Plataforma", del francés, plate-forme, remite a un plano superior horizontal que, elevado sobre el suelo, sirve de soporte a personas o cosas. 

Anuladas las vitales organizaciones sociopolíticas de clase -y las propias clases-, con los partidos suplidos por egoístas empresas familiares, los sindicatos -que se reúnen con delincuentes en la cárcel y, torpes, convocan huelga de ferrocarriles en el puente de los días más simbólicos de la lucha contra el cambio climático- venidos a inanes burocracias indolentes, las juntas vecinales y concejos abiertos asolados por la administración municipal, regional y estatal y las organizaciones no gubernamentales convertidas a aljibes subvencionados por el poder económico y político, hay que sustituir a todas ellas por instrumentos leales que vivan los problemas concretos, que es en lo que está la Plataforma para la Defensa de los Valles del Sur, pequeña asociación nacida en Arcera, sin un euro de subvención que, desde hace diez años intenta, como sus abuelos, mantener vivo y bello su territorio, las montañas escenario del fin de las guerras cántabras y su arte románico, patrimonio de la humanidad, su potencial valor para una sostenible actividad ganadera, agrícola, industrial, cultural, turística,..., intenta que sus familias no sufran la zozobra del injusto abuso del capital; sus socios, políticos no adscritos, aman lo eco/lógico, el medio ambiente,..., y, puesto que en España no hay gobierno ni oposición y en Cantabria, como vemos, la corrupción inepta asfixia una sociedad anestesiada por nuevos/viejos populismos que contempla inerte cómo el capital teje dañinos negocios, ahora el cervantino nocivo de molinos gigantes con lo que se apropian del territorio. 

Hace diez años denunciaba la PAC, perversión latente, realidad política de racionar mal el dinero de todos y, por no controlar, dañar el territorio con explotaciones indebidas, luchaba contra el malicioso abuso de ayuntamientos que anulan los Concejos Abiertos, feraz semilla de real democracia, la atrocidad del fracking, que PSOE y PNV, los dos igual de "progresistas", quieren impulsar en Álava, territorio de la "nación vasca", fracking contra el que hace años, pagándose el viaje, informaron en Bruselas, aún sin respuesta, ahora es el atropello eólico,…, la cobardía general frente al abuso. Quien tenga de tiempo y voluntad política puede leer el último "alegato" de la Plataforma, referido a sus razones para oponerse a un parque eólico salvaje. 

La generación eólica industrial concentrada no es, diga lo que diga su publicidad, “energía verde” y, aun siendo menos aparatosa, es tan dañina como el fracking, siendo incierto que haga crecer empleo, tecnología, calidad de vida,…, siendo la verdad que posibilita que el capital 1) se apropie y dañe parte importante del territorio comunal, 2) deprecie el resto hasta un 50%, 3) provoque caídas en los ingresos de las entidades locales menores y 4) perjudique la capacidad de acogida laboral, social, turística,...; predomina en ello su carácter de egoísta actividad de los grandes trusts que les posibilita vender -muy cara y lejos- la energía eléctrica que generan sus elefantiásicas estructuras industriales, a las que la Plataforma se opone pues no son “granjas” o “parques” como, tratan de engañarnos; es ejemplo, gráfica muestra del fraude el trampantojo con que, cínica, lo describe en su anuncio Gas Natural/Naturgy. 


Hemos llegado a tal situación que es necesario exigir que los políticos, cada día más alejados de la sociedad y sus necesidades, se limiten a hacer, sea el que sea, su trabajo y los empresarios, separados, el suyo, pues “al cruzar la raya aparece la corrupción” que aquí ahora se muestra sistémica en los trámites administrativos que regalan al capital 1) una abusiva apropiación del territorio, 2) el uso privativo de lo común y 3) imposibilitar el desarrollo de los usos tradicionales y lógicos, que chocan con sus ilegales infraestructuras, funestas para calidad de vida y medio ambiente, por lo que hay que acabar con oscuros procedimientos superpuestos, toscos e ilegales, ajenos a la eficacia y el interés general, sumisos al poder no electo, con el doloso fin de que, con sus trastos, el capital se adueñe del territorio y arruine su uso eco-lógico. 

Derribado hace años por sentencia un abusivo -y pactado- "concurso", frenado el atropello de sus 1.400 Mw, ahora vuelven a ignorar el Convenio Europeo del Paisaje, a pretender la rotura de una consolidada conectividad ecológica y dañar el alto valor ambiental de nuestros valles al pretender implantar sus mamotretos sin realizar una Evaluación Ambiental Estratégica que intentan sustituir por una inane medición parque a parque del brutal impacto sinérgico,…, evidencia de que ni con su laxa ley ad hoc Martín, Revilla y la PSOE son capaces de tramitar legalmente un solo aerogenerador. 

Los hechos demuestran que, por débil que parezca quien lucha, si se enfrenta al poder que aparenta ser omnímodo y se hace con dignidad, rigor y constancia, no debe sorprender ganarle,..., sea contra la corrupta PAC, el siniestro fracking, el destrozo eólico,…, por lo que con tal convicción deben rechazarse sus nocivas estructuras, además de por ilegales, 1) por su falso disfraz de “verdes”, sostenibles, 2) por el incontrolado poder que regalan a especuladores, multinacionales, bancos,... 3) porque sus ilógicos proyectos son caprichos impuestos sin información ni debate y 4) porque el frackng y la generación eólica exigen recursos no renovables que aniquilan la vida en el territorio y colaboran a incrementar el calentamiento global. 

Primera coda, urgente. Greta Thunberg, notable -pese al afán del poder en falsear cómo es- niña sueca a la que el pasado 3 de marzo dedicaba mi Cavilación 41, que doy por reproducida, está en Madrid con la misma icónica y subversiva pancarta que ella dibujó, sola frente a la catástrofe, sentada en la escalinata -homenaje, sin duda involuntario, a la Odesa de "El acorazado Potemkin"- del parlamento sueco, "Skolstrejk for Klimatef", "Huelga escolar por el clima" y su inteligente y revolucionario comentario de entonces, "si las soluciones dentro del sistema son tan imposibles de encontrar, tal vez deberíamos cambiar el sistema (...)"; radical cambio del sistema, solución que hoy, así de dramática es la situación, se evidencia única. 

Ha venido, ejemplo de coherencia para los que solo hablan, viajando -no haciendo turismo- en los medios de transporte menos contaminantes y dejando, otra vez revolucionaria, ante más de 400 periodistas -que siempre sirven a alguien- una frase pesimista, optimismo que piensa: "Llevamos con la huelga un año y, básicamente, no ha pasado nada", además de la denuncia de que "los líderes -políticos y económicos- mundiales nos están traicionando"; dos constataciones rotundas y ciertas que, además de lo de "cambiar el sistema", no debe olvidar quien se quiera tomar la cosa en serio. 

Segunda coda, científica. Son constantes las referencias de Greta al saber de la ciencia, algo evidente que, por otra parte, debe ser puesto en un prudente stand by, pues la ciencia es cosa de científicos, seres humanos sometidos a tentaciones y cobas del poder y, por ello, puede producir situaciones como que quien en un foro científico "quitó cierto calor" al cambio climático al hacerlo coincidir con otras causas globales, ciertas, sea el mismo que, con un informe acientífico -junto a algún "ecologista" subvencionado- validó para políticos y empresas los 1400 Mw de nuestro ilegal "concurso eólico"; así que prudencia, no vaya a ser que la "ciencia" trate de legitimar que la información de "El País" lleve una faldilla superior de Iberdrola como salvador.

domingo, 1 de diciembre de 2019

81 Los domingos, cavilar ¡Joder, qué tropa! Fernando Merodio 01-12-2019

81 Los domingos, cavilar
¡Joder, qué tropa!
Fernando Merodio
01-12-2019

"Cuando el viento sople por todos los lados, desde el Este, desde el Oeste / ¡Señor no quiero morir en una tormenta!" (Dorothy Scarborough. Espiritual negro en "El viento")
"Sí, señorita, cuando salgo a buscar a un hombre regreso con él, vivo o muerto. Mientras yo sea el sheriff de este condado, aquí no se bromea con la ley" (Dorothy Scarborough "El viento")

Álvaro de Figueroa (1863-1950), conde de Romanones, miembro de Partido Liberal de Sagasta y Canalejas, 3 veces presidente del gobierno con Alfonso XIII y, además de presidente del senado, ministro en 17 ocasiones, siendo jefe del gabinete, presentó su candidatura a académico de la lengua, una distinción intelectual que le halagaba y que, como ahora, exigía un contacto previo con los miembros de la docta casa para pedirles su apoyo, un apoyo que, verbal, le dieron unánimes, propiciando el chusco incidente de que el día en que se eligió al nuevo académico, estando en un acto oficial, un compungido secretario le informara en un aparte: "Excelencia, tenemos malas noticias, no hemos salido", a lo que él alegó perplejo, "Pero, ¿cuántos votos hemos tenido?", respondiendo el secretario: con un hilo de voz: "Ninguno, excelencia", lo que provocó que el presidente dejara una irritada y atinada frase , merecedora de ser esculpida en mármol: "¡Joder, que tropa!". Por fiarse.
Tan ejemplar anécdota remite a (des)lealtad, término que, en sus orígenes nos lleva al latín "legalis", "ser legal", forma que cada uno tiene de "respetar la ley" genérica, cumplirla; lo identifico con aquel de quien, sin duda, te puedes fiar por entregado, cumplidor, en especial cuando la circunstancia es adversa hasta el extremo de existir el riesgo de perder algo vital; es cosa de la conciencia, exige ser fiel a lo comprometido con aquello y aquellos en lo que y a quienes te debes, por desgracia hoy se trata de un valor infrecuente.
Lo ocurrido a Romanones se desarrolló en el afectivo terreno de las relaciones privadas y, sin duda, le debió resultar, además de humillante para el elevado concepto que de si mismo tendría, personalmente dañino, pero más grave es el caso de los que, sin que nadie se lo haya pedido ni, en la mayoría de los casos, tengan mérito alguno que lo justifique, se postulan, voluntarios, para -previo y posterior cobro de un buen estipendio... más lo que, en algunos casos, cuelgue- ocupar las principales parcelas del poder político que gestiona lo común, de todos, influyendo además en las vidas y haciendas privadas, o los que sin tener la precisa inteligencia  y formación, ni saber de leyes legislan y encorsetan nuestras vidas con normas condicionadas por intereses espurios, ajenos al bien de todos y a la Justicia o también los que nos juzgan con inhumana impunidad de juez vocacional oculto tras la habilidad de que sabe algo de leyes y circula por el carril de lo políticamente correcto.
Lo que aquí ahora ocurre evidencia lo peor de lo peor, la inadecuada gestión que de los graves problemas de vivir en el siglo XXI, hace lo que llaman democracia, en especial lo que se refiere a delegar en unos cuantos extraños todo el poder político, ¡absolutamente todo!, -poder que no se debe confundir con el de verdad, que ostenta el dinero, el gran capital-, unos pocos que se identifican con las cúpulas, primero ineptas  y, además, corruptas, de empresas familiares que ocupan el importante lugar que ocuparon los viejos, respetables y, para los más débiles, imprescindibles partidos políticos y sindicatos; con tal delegación entramos en un pantanoso terreno, el más viscoso, que afecta a la gestión de la "cosa pública" y hoy genera una deslealtad que daña la confianza, peor que la que hizo mascullar a Romanones: "¡Joder, qué tropa!".
Mientras el planeta Tierra está -más que- amenazado por un estrago total de origen antropogénico y nuestro vecinos más simpáticos, catalanes y vascos, nos anuncian horribles cosas de mano de los CDR, los del tsunami democratic y similares cabestros si no dialogamos con ellos -si no les damos todo lo que quieran-, los llamados progresistas -perfectamente definidos por Giorgio Agamben-, la PSOE y la pareja que no alcanza a convivir honestamente con una hipoteca para pagar su parcela, chalet e insostenible piscina en la sierra rica de Madrid, han firmado, ¡saben firmar!, “unos ejes prioritarios de actuación del gobierno progresista”, escasos dos folios de lugar común buenista que no les obliga a nada, pero nos reconoce -sin garantizarlos- todos los derechos, llegando a explicar, sin rubor, en el apartado 3 con 19 palabras, en qué consistirá para ellos la urgente lucha contra el pavor del cambio climático: "la transición ecológica justa, la protección de nuestra biodiversidad  y la garantía de un trato digno a ¡los animales!"; son tan progres que no gastan ni una sola palabra en identificar -y definir su política frente- a los causantes de la catástrofe; tan eficientes como el simulacro de -nueva y cara- cumbre que la sociedad del espectáculo va a escenificar.
74.146 socios con intereses han aprobado tan acerados "ejes prioritarios", el 41,50% del censo de 178.631 socios que dice tener la PSOE, un número de avalistas que, seguro, es inferior al de "representantes" -presidentes, ministros, consejeros, alcaldes, concejales,... y "designados" -directores generales, asesores, secretarios, técnicos, cargos de confianza,...- con sueldo garantizado en Administraciones y organización, sin que haya que olvidar a los constructores, contratistas, comisionistas, enchufados,... que pululan a su alrededor. Lo de los que dicen poder y, de momento, ya tienen un chalet con piscina, es más difuso -ignoro por qué, hay quienes son invitados a votar en todos los referéndums peronistas-, afirman tener una "bolsa o censo de inscritos", móvil, laxa, de 523.800, casi el triple que socios de la PSOE, de los que 130,150, en esto solo son el doble, apoyaron la firma de su "líder carismático", pareciendo ser que también IU -las "Unidas" de la coalición que puede-votó querer sueldos. Valorar a los progresistas dialogantes independentistas republicanos golpistas leales exigirá, sin duda, más tiempo para saber lo que harán, pues Rufián, su intelectual orgánico público, dosifica y oculta cómo van a vulnerar tanto el espíritu de esas Leyes que Montesquieu, inocente, pretendía no concentradas en las mismas pocas manos, como también su texto para, tras la vulneración, acusar al resto de judicializar la (su) política.
Si no fuera tan serio, me carcajearía con esta muestra de cómo esta "democracia" de -lo que hoy son los- partidos es tan corrupta que sería insensato depositar todo nuestro -escaso- bagaje político en la hucha -el cerdito- de tan desleales grupos, entre los que ejemplifica cual es su gestión como empresa política la PSC-PSOE, obligada  deshacerse de su sede por tener deudas mayores que las de Alemania al terminar la I Guerra Mundial, deudas cuya exigencia dio paso al nazismo y, con éste, a la II, una deuda que aquí se agrava por el hecho, dicen, de que las cuentas no están nada claras y alguien, seguro para repartir, se llevó crudas importantes cantidades, por lo que, habiendo creado esa cosa aparente e ineficaz que es una comisión interna de investigación, los propongo que, para hacerla eficiente, real y útil para regenerar, den un paso más y regresen a 1993, a Construcciones Burcan, S.A, propietaria entonces de lo que hoy es tal sede, al arrendamiento con opción de compra firmado en 1995, a los meses que, en su caso, pagaron de renta, a la compra del inmueble en 1997, a su extraño bajo precio y a las hipotecas de entonces, a los porqués de todo ello y, para tranquilizarnos, en especial a sus exigentes socios que dicen poder, nos lo cuentan.
Esta PSOE y los que, felices populistas, han comenzado su, por ahora, fructífera andadura política multiplicando por mucho -¿quizás hasta por infinito?- su caudal inmobiliario, dos socios aficionados a vincularse a los bancos con "odiosas" hipotecas, ajenos a la exigencia de que no se bromee con la Ley tal como exigía el adusto y -ese sí- radical sheriff de "El viento"; son los mismos desleales que, con al franquista Revilla y otros cuantos, nos engañan con programas y nos tienen indefensos ante la gravísima, inaplazable amenaza del antropogénico cambio climático ¡Joder, qué tropa!

domingo, 24 de noviembre de 2019

80 Los domingos, cavilar Delirio de autoconsumo Fernando Merodio 24-11-2019

80 Los domingos, cavilar
Delirio de autoconsumo
Fernando Merodio
24-11-2019

"El delirio tiene como primera función reconstruir la significación del mundo con ideas del tipo 'hay una explicación a todo esto que está pasando' y, además, asegura al sujeto una cierta identificación con el lugar que le dan en el mundo" (Sobre Sigmund Freud)

El delirio es una alteración generadora de ideas que afectan a nuestra conciencia sobre el entorno; por diversas causas, articula de modo atípico el juicio e impide discriminar entre él y lo definido como realidad, desconecta palabra y objeto; en lo individual, es una peculiaridad, por diversos causas, de mentes ajenas a lo que se dice común, una vida distinta a lo que se considera normal.
En el ámbito de lo general la cosa varía, el delirio colectivo daña al mundo y exige vigilar a quien lo causa con interés espurio; caso obvio fue Hitler y sus exabruptos que dañaron al mundo o, a otro nivel, aquí está, dañino insano, El Delirio Montañés, primero hoja parroquial del obispado franquista, luego regalado trebejo de prohombres del "régimen", entonces devenidos a UCD y ahora juguete roto -además de "negocio"- en manos del capital vasco, entre otros de la muy dañina y falaz Iberdrola del Galán que, en su avaricia, usó -como BBVA, ¡moderno y desleal nacionalismo, en este caso vasco!- al comisario Villarejo incluso contra su colega Florentino Pérez, capital vasco que elimina el adjetivo "Español" de "El Correo", pero sortea a "Corocota" Revilluca y deja "El Delirio" como "montañés", no "cántabro".
Ejemplo de delirio que pretende enajenar a los despistados es el modo en que el pasado martes un redactor de deportes, parece que de bolos, sin siquiera ir a la rueda de prensa, deformaba lo dicho por la Plataforma para la Defensa del Sur de Cantabria sobre los engaños, ocultaciones, agresión,... que el gobierno de Revilla y el capital eléctrico quieren perpetrar en nuestro territorio tramitando lúgubres al menos 43 parques eólicos, más de 500 molinos de hasta 200 metros de altura y 1500 Mw, al equiparar, sin más, los datos contrastados de aquella -que, titule como titule El Delirio, no es ecologista, sino radical defensora sin subvención del territorio de todos- con los inventos exprés de Francisco Martín, "el Incumplidor", que habla de, "más o menos" 20 ó 22, -ni sabe cuántos-, asegurando que el consejero actúa con "rigor en la evaluación ambiental" estratégica... que ni siquiera tramita; de un lado están la denuncia de la Plataforma, la lista detallada de Parques industriales eólicos y el mapa de Cantabria en el que se recogen los agresivos parques que la Consejería pretende ocultar y del otro Martín y su ilegal nada lobbysta cuajada de fracasos.

También es delirio pretender que agresivos, dañinos, gigantescos parques eólicos industriales, molinos de hasta 200 metros, líneas de altísima tensión, subestaciones, pistas de rodadura, toneladas de acero, lantánidos, miles de metros cúbicos de hormigón armado,... para generar energía eléctrica a cientos, miles de kms. de donde será consumida son ecológicos, cuando ni siquiera -salvo su fuente, el viento- son sostenibles, y que colaborarán a frenar el cambio climático; en realidad, todo ello es el mejor camino hacia la evidente e inmediata destrucción del planeta que habitamos si, como ellos y la política pretenden, dejamos la generación eléctrica en manos de Viesgo, Iberdrola, Endesa, Gas Natural, Florentino Pérez,..., nuestros benefactores.
Ahora, dan un paso más y -pésimos- legisladores intentan que cuaje la simiente de un nuevo delirio que llaman autoconsumo energético y algún optimista publicita como poco menos que revolucionaria oportunidad alternativa al caos actual en el consumo y -sobre todo- la generación de energía eléctrica; una alternativa que, en realidad, hoy es un oxímoron, posibilidad imposible a tenor de la -falta de- voluntad de quienes tienen el poder económico y de los que, al servicio de estos, administran el político y legislan; todos ellos, incluidos los que, perennes adolescentes fósiles con coleta, se hipotecan -esa cosa tan capitalista- para comprar una gran parcela con insolidario chalet e insostenible piscina individual. Sin voluntad política y económica -que, nadie dude, habría que imponer por lo civil o por lo criminal-, el autoconsumo renovable pasará muy poco de ser lo que hoy es, los ridículos 350/400 Mw/año previstos para 2019, un 0,66 % de los 60.000 Mw/año (eólicos, hidroeléctricos y fotovoltaicos) que, según el gran negocio que es REE, genera en dañina masa el oligopolio. Con tal dato, ¿qué es el autoconsumo, revolucionaria alternativa o simple acompañante ridículo?
Detengámonos un momento en el oxímoron de la -hoy- imposible posibilidad del autoconsumo como revolucionaria alternativa al injusto caos que tenemos y partamos de que tal concepto es el uso por un agente económico -el consumidor de electricidad en este caso- de servicios o bienes que él mismo ha generado, utilizándolos, total o parcialmente, para su subsistencia, cediendo en diversas formas, como es lógico, el sobrante de lo producido; sería, en efecto, revolucionario luchar de tal modo contra el destructivo cambio climático causado por el actual sistema de generación -dañino todo él y no renovable- y llegar a que, ajenos al oligopolio eléctrico, el resto produzcamos, no en pequeños porcentajes, de forma masiva, a escala humana y por medios de verdad renovables toda la energía que -nosotros- decidamos consumir y que, además, el sistema eléctrico que todos hemos financiado y opera REE nos facilite la venta a un precio justo de los excedentes, limitando la intervención del actual oligopolio a complementar las carencias y deficiencias que, en su caso, se pudieran producir en las necesidades de suministro global. Eso sí sería eficazmente revolucionario.
Constituyen otro delirio que nos desvía del camino hacia la justicia energética tanto las falacias de la "transición ecológica", inane invento de la empresa familiar que es la PSOE, como el precio más barato que reivindica, queriendo engañarnos, la populista demagogia impotente de Podemos y, salvo alguna excepción, las cooperativas de consumo eléctrico, que compran -lo más barata posible- energía a las grandes empresas que concentran la generación en sus manos, fijan los precios y agravan los impactos de sus infraestructuras de generación en lugares muy alejados de los de consumo con dañinas líneas, subestaciones,..., lo que, sea cual sea la fuente de generación -sol, viento, agua,...- no resuelve la injusticia energética, ni tampoco el más urgente problema de nuestro planeta: lograr el equilibrio que frene su destrucción.
Salvo casos necesarios concretos, procuro no señalar, pero como mejor se explica es con ejemplos, aquí tenemos ahora el de una publicitada cooperativa de consumo eléctrico que, con irreal jactancia, afirma en sus anuncios estar constituida "con la finalidad de cambiar el actual modelo energético por otro más democrático, social, distribuido y sostenible", lo que es inexacto, pues su excesiva vinculación al -solo formalmente- denostado oligopolio, a través, por ejemplo, de su relación con Agustín Valcarce, ignoro a qué nivel "su mejor y último fichaje", que es -o al menos fue- presidente de la Asociación Eólica de Cantabria, pull de todas las grandes eléctricas implicadas en la ilegalidad salvaje del anulado "Concurso Eólico", representante también de Biocantaber (Iberdrola y Ocyener), promotora del monstruoso parque del Escudo, 36 molinos y 151,2 Mw, y de Teycan, empresa de energía solar, todas ellas, como la cooperativa, con igual domicilio en Boo de Piélagos, es ilógico sostener que la generación súper-concentrada de la Asociación Eólica, Iberdrola, Biocantaber,..., el actual insostenible y, en especial, injusto modelo energético nos lleve a  otro "más social, democrático, distribuido y sostenible", siendo que a lo más, entiendo, que puede aspirar tal cooperativa, si es bien gerenciada, es a conseguir para sus socios buenos precios dentro del actual e irrespirable mercado.
No hay que delirar, no habrá cambio "revolucionario" de modelo energético con unas décimas porcentuales de autoconsumo en el del enorme y pútrido pastel que es la generación eólica, hidráulica, solar,... actual, ni tampoco con cooperativas que compren la dañina energía que genera el oligopolio, será precisa, sin duda, una activa, dura lucha  social que rompa las ataduras económicas que ligan a política y capital.

domingo, 17 de noviembre de 2019

79 Los domingos, cavilar Amor Fernando Merodio 17-11-2019

79 Los domingos, cavilar 
Amor 
Fernando Merodio 
17-11-2019 

"Tu madre y yo hemos pasado por mucho, pero esto es nuevo"
(Jean Louis Trintignant en "Amour" de Michael Haneke) 

Michael Hanecke, que me desazonó en "Das Weibe Band -La cinta blanca- Una historia alemana para niños", al explicar con crudeza que, aniquilando toda posible inocencia, el germen del mal se asienta en cualquier lugar, incluso, entre las dos guerras, en un grupo de niños de un pequeño pueblo alemán, al tiempo que se incubaba el huevo de la serpiente nazi, me emocionó con "Amour" -Amor- la más real, hermosa y terrible película que recuerde sobre tan humano -y gratificante- sentimiento. 

Es la austera historia de una pareja, un culto matrimonio de ancianos, profesores de música jubilados al que, al tiempo de la inevitable vejez, golpea el no inhabitual padecimiento que acompaña a la enfermedad, que en el film toma forma de hemiplejia en la mujer (Emmanuelle Riva) y hace que el hombre (Jean Louis Trintignant) se queje conmovido a la hija de ambos, "tu madre y yo hemos pasado por mucho, pero esto es nuevo" y permite a los espectadores visitar los hermosos, recurrentes y, a veces, tenebrosos rincones en que se concentra el perfume del amor que Haneke extrae del hondo roce humano de dos seres a los que el tiempo ha permitido conocerse de un modo sólido y profundo, muy alejado del de los juveniles, fugaces y veleidosos deseos y enamoramientos. 

A quien valore el tiempo como germen del amor le habrá repelido una reciente y llamativa escena padecida por todos, el ridículo y desparejado abrazo de Pedro, inexpresivo por estar de espaldas, y Pablo, colgado y, como la canción de Gloria Trevi, con los ojos cerrados, dos hombres con ideales pintiparados para lo que hacen y los peores estigmas de jovenzuelos latosos sin otro mérito que escasos saberes, dosis importantes de labia adquirida en escuelas ad hoc e insoportable ambición de poder, per se en estado puro la del primero y para pagar un chalet con piscina -o algo más- el otro y su inherente -émula de Elena Ceaucescu- mujer; mientras Haneke nos muestra el profundo amor de dos ancianos que andando juntos han hecho el camino que, con dificultad y dolor, están acabando, Pedro y Pablo, dos mozuelos travestidos apóstoles con las llaves de nuestro futuro, dicen -en falso- querer andar también juntos, con la inquietante peculiaridad de que -si llegan a andar algo, Marx lo impida- el camino que hagan llevará al resto -excepto a quienes no sigan a los dos flautistas- al corazón de unas muy densas tinieblas; vivimos tiempos que demandan hombres, no diletantes. 


La muy publicada imagen era, cierto, ridícula, ¿qué celebraban dos indigentes que se odian y, además, pierden votos? En mi primer, lógico enojo, lo atribuí a un súbito y emocionado ataque de pasajero juvenil amor, pero pensé en Riva y Trintignant y, avergonzado, lo cambié de inmediato por sucedáneo de fogoso sexo y no era ni eso, siendo El Roto, siempre, quien el día 14, con cuatro gráficos trazos y ocho palabras, me abría los ojos: "Parecía que se abrazaban, pero era para no caerse". 


La degradación permite que los dos tambaleantes encabecen lo que ahora dicen "izquierda" o, lenguaje perverso, "progresismo", "progresista" o "progreso", conceptos que la nueva pareja repite hasta provocar nauseas, abducidos por los dueños de los medios censores que, sin significado preciso, los utilizan como cajón de sastre en el que guardan -para sacarlo cuándo y cómo les conviene- lo que para ellos es positivo, un avance, olvidando -para hacerlo, tendrían que leer- lo que en gente seria genera la sustitución de la izquierda y sus organizaciones sociales por "progresistas" partidos burocráticos y organizaciones subvencionadas que solo transigen, pactan, ceden,..., la clase obrera ante el capital, el contrato social ante la avaricia del terruño egoísta, la libertad de expresión ante la dictadura de los medios de comunicación, la ciencia ante la opinión insolvente, el medio ambiente ante el "crecimiento" sin control,..., y, por ser así, quien conozca un poco la historia rechazará que se quiera insultar al más cutre y populista de la nueva pareja diciendo que es comunista, con lo que se insulta a la más respetable parte de quienes en la historia han luchado por la libertad igualitaria. 

Vamos a situarnos, en 1750 se expandían las ideas de la Ilustración, plasmadas en 1775 en la Encyclopédie por Diderot, d'Alembert, Voltaire, Rousseau,... con el estallido que, cuando concluía el siglo, fue la Revolución francesa, Robespierre, Danton, Marat, Desmoulins,..., el triunfo de la Razón republicana sobre el irracional Ancien Régime, y en 1848, cien años después, cuando se tambaleaba la parte igualitaria de aquella revolución, Marx y Engels daban un nuevo paso en dirección contraria a la explotación del hombre por el hombre con el, aún vigente, Manifiesto Comunista, sólida base política, filosófica y económica del comunismo/socialismo -no pensar en la PSOE- para hacer frente a la clase que, contraria al igualitarismo francés, pretendía sustituir -y sustituiría- a la nobleza en la explotación del resto; pasados más de ciento setenta años desde el Manifiesto, los hechos -muchos de ellos heroicos- de quienes, más o menos fieles a aquellas teorías, dieron cuerpo físico, político y social al viejo fantasma, están en los libros, en la historia, vituperados o ensalzados; que cada cual los valore. 

Aquí ahora no corren buenos tiempos para ellos, sus errores, unidos a los abusivos ataques -especialmente virulentos e interesados desde, lógico, el capital-, han provocado su casi total desaparición; Eric Hobsbawm, historiador marxista fallecido hace poco, escribía que “hoy el comunismo está muerto; la URSS y la mayoría de Estados y sociedades construidos sobre su modelo, hijos de la Revolución de Octubre de 1917 (...) se han derrumbado, dejando tras sí un paisaje de ruina económica y moral, (...) resulta evidente que el fracaso formaba parte de esa empresa desde un principio”, si bien advierte que “el comunismo está vigente como motivación y como utopía“, debiendo mantenerse viva su búsqueda, pues la humanidad no puede prescindir de los ideales de igualdad, libertad y justicia, ni puede ignorar a los que dedicaron -y dedican- su vida a esa pelea; hay que hacer camino al andar, avanzar y tras las equivocaciones, retroceder, buscar y volver a andar, como dice Hobsbawm. 

Sabido que aquí solo estamos un rato, es humano y lógico el interés por no dejarse engañar, ni perder el tiempo escaso y posición inicial correcta buscar la igualdad en una sociedad sin clases, algo que, evidente, nos enfrenta a los -muy pocos- que mandan y se benefician de las diferencias, conviniendo reseñar que Marx no propone utopías, sino teoría científica con razonables posibilidades prácticas, por lo que antes luchaba "el partido" con su mezcla de disciplina, eficiencia en la tarea, identificación emocional y dedicación total y el añadido, para Hobsbawm, de "llevar a cabo lo que otros no hacían”, por lo que si, con Alain Badiou, aceptamos que se ha agotado la identificación de política y Estado, que la caída del Estado-partido del Este, como la más reciente del Estado-partidos del Oeste, por su casi nula eficacia emancipadora, uno desde un punto de vista revolucionario y el otro desde el de la mera utilización del Derecho, nos lleva a que, “tanto en los países del Este como en los del Oeste, la historia de la política comienza apenas y la ruina de toda presentación estatal de la verdad inaugura este comienzo”. No aceptarlo sería creer que los dos del tambaleante ridículo abrazo -¿alguien los ve personalmente fiables?- van arreglarnos lo de que Europa no nos entregue ni un solo político delincuente -quizás el TS debiera explicar qué pasa-, el calentamiento global, la desigualdad y el paro, el informe PISA, que el más alto haya vaciado la hucha de las pensiones, la corrupción rampante,... 

Coda final de "amor progresista".- El concejal en Santander de UP -en femenino, ajeno al PCE-, cuyos planteamientos de fondo son homologables a los de PP, PSOE, Cs, PRC,... ofrece -política- a los dos de Cs que, si "recapacitan", "reflexionan", "se replantean",... y traicionan -¡ay, IU!- sus pactos, él -¿solo?- les garantiza, "mayor margen de actuación" y "proyectos propios" ¿Qué vale el compromiso político previo, el contrato social comparado con el muy moderno "amor progresista"?

domingo, 10 de noviembre de 2019

78 Los domingos, cavilar ¿Y si esto no es una democracia? Fernando Merodio 10-11-2019

78 Los domingos, cavilar 

¿Y si esto no es una democracia? 

Fernando Merodio 

10-11-2019 

“(..) una vez que los ambiciosos fueron atraídos por las ventajas de estar por encima de sus semejantes, trataron de darse una reputación fingiendo ser amigos de los dioses invisibles que el vulgo temía” (Panfleto s. XVII "Tratado de los tres impostores"

“(...) se está instalando un neofascismo en relación con el cual el antiguo quedará reducido a una forma folklórica” (Gilles Deleuze) 

Democracia, palabra tomada del griego -démos, ‘pueblo’, y krátos, 'poder’-, remite a forma de gobierno en que el poder lo ejerce el pueblo, un sistema político en el que imperarían los derechos del hombre-ciudadano, la libertad individual, la discrepancia política, la libre asociación, el sufragio universal, la libertad de información y opinión, la limitación del poder,... y, por encima de todo, el respeto a la Ley justa, al contrato social, base del Estado de Derecho. Muy exigente. 

Lo actual era avanzado por Gilles Deleuze al publicar el 18 de febrero de 1977 en Le Monde un texto incorrecto, El judío rico, en el que explicaba cómo, mediante una inane acusación de antisemitismo, se pretendía prohibir -y de hecho se prohibía- la bella película de Daniel Schmid, L’Ombre des anges (La sombra de los ángeles) y, aun peor, se destruía su espíritu; decía Deleuze que, “se está instalando un neofascismo (...) organización coordinada de pequeños miedos, de pequeñas angustias que hacen de nosotros microfascistas encargados de sofocar el menor gesto, la menor cosa, la menor palabra discordante en nuestras calles, en nuestros barrios (...)” y advertía de las limitaciones que impone tal miedo personal, individual, un miedo y unas secuelas hoy evidentes; explicaba sus mecanismos el Nobel nigeriano Wole Soyinka, en 2004, en cinco conferencias recopiladas con el título Clima de miedo, señalando que son pilares del mismo, de un lado la humillación, verdugo de la dignidad, que es dique frente al horror y las amenazas, y de otro la seducción que sobre los más majaderos ejerce el “poder puro”, una seducción que se evidencia en la satisfacción, visible aquí ahora, con que el poder nos mira y piensa: “Os tengo en mis manos y voy a decidir vuestra suerte”, con esa odiosa sonrisa que, mientras jugábamos niños, veíamos en el patio del colegio y nos debiera preocupar. 

Humillación, falta de dignidad y sumisión al poder, son causas de ese miedo, también origen de la etérea unión líquida, casi metafísica, entre quien paga y quien cobra, el que vota y el votado, y, además, dan forma a esa cosa maleable y viscosa que llaman política, propiedad privada de una casta “sin habilidad laboral, ni saber específico o maestría valorable en el mercado, que no sea parasitar (...); una casta que hace de su (in)actividad “fuente de vida y perenne privilegio”, por lo que a aquel joven yo que, con dieciséis años ajenos a miedos extraños, dejaba el bovino calor de creencias venales y premios lejanos, sustituyendo el plácido opiáceo del hogar familiar por una política que entonces era seria, para descubrir, mérito solo del tiempo que, tras años de firmes creencias -casi- nada es cierto y manda el egoísmo, el dinero, lo que me invitó a blindarme en lo raro y así vivir, más o menos, en paz, al tiempo que olvidar las certezas “que se fueron quedando entre las hojas gastadas de los libros” y seguir fatigándome en vivir mientras viva, sabiendo que lo tendré que hacer de otro modo, pues -si existió- murió la izquierda, aplastada por buenismo, progresismo y progreso, inventos mediáticos, monstruos plutocráticos, herencia postrer del viejo fascio del que se aprovechan los que alientan el miedo. 

Ahora se busca una inane paz, propia de los cementerios, ignorando que Spinoza, en su “Tractatus politicus” (6/4), decía que paz no es “carencia de guerra; es virtud de la fortaleza de ánimo” y que de no actuar en consonancia con ello, solo habrá miedo, servidumbre, humillación, ellos. 

Botín, ¡simbólico apellido!, guerrea contra nosotros y gana, gana, gana, gana,... sin que a nadie importen ni el cómo ni el cuánto, ni si roba o engaña, ni si negocia ilegal, sucio con el arte, ni si, aún peor, como desde Iberdrola Galán -el que oculta el paterno Sánchez-, pretende imponer qué es belleza, arte, cultura,... y nos amenaza, abusa de nuestro miedo, pretendiendo que sean ellos, los de siempre, y no nosotros, sus víctimas, quienes además ahora abanderen la lucha contra el calentamiento global, el cambio climático la destrucción de nuestro único planeta; ellos son los que, certero, desnudó el filósofo diciendo que “ni siquiera recuerdan donde han dejado la ética”. 

Me irrita ser tomado por idiota, que me roben los deseos y los cambien por placeres falsos, que me lo den todo (mal) hecho y pues me sé limitado, regreso al filósofo, al Deleuze que habla de Foucault, del análisis de la oscura crueldad del poder y sus mecanismos actuales, “en lugar de represión o de ideología, configuran el concepto de normalización y de disciplina”, y veo claro que ya no necesitan los viejos aparatos de Estado y les bastan los medios, prensa, radio, televisión, el dinero que les “infunde confianza”, es el peligroso fascismo actual que se apoya en nuestros miedos. En Deleuze el deseo es un proceso completo en cada uno, individual, personal, es afecto, acontecer variable, asunto de un día, de un rato, “cuerpo sin órganos, definido por zonas de intensidad, umbrales, gradientes y flujos”, sea personal, colectivo, político,..., pues, desde Sacher-Masoch, quien quiere sabe que el placer regalado anula el deseo, desnuda sus carencias y niega la posibilidad de intentar conseguirlo. 

¡Pásalo!, desoye el mensaje de quien usa la técnica fácil, siempre arcana, hoy oculta en móviles y ordenadores, sin esfuerzo ni conciencia, que sigue órdenes de quien manda e inventa placeres, como ahora en Santander pretende el banco, inquisidor, represor, asesino, definir y manejar nuestros deseos, afectos, gradientes y flujos; son impunes y, frente a ello nos queda solo ser radicales, pensar y repensar la libertad, luchar contra el totalitario capital, regresar al barro de la política contra la economía canalla, abandonar la institucional, no pararse en teorías, pasar a la práctica empezando por no regalar nuestro voto, que no es nada, a nadie. No me oculto. 

Vuelvo a lo del principio, la idea de democracia, y la identifico con algo que tiene la apariencia provocativa de las cosas que aconsejan reflexionar un rato sobre ellas. Hagámoslo y reconozcamos que venimos de una sociedad que, salvo excepciones, convivió plácida con Franco y que la llamada transición, en cierta forma provechosa y útil, fue hecha por franquistas confesos, gentes de buena fe, trileros de la PSOE y otros que fracasaron queriendo cambiar -de verdad- las cosas, entre los que me cuento, por lo que, quizás, nos cueste tanto intuir siquiera qué es la democracia. A partir de ello y si analizamos en concreto la forma esencial de lo que aquí llamamos Estado social de Derecho tendremos la evidencia de que en realidad es un ente oligárquico en el que mangonean dos minorías, una política, burocracia de partidos, sindicatos y subvencionados diversos y, por encima de ella, otra económica encarnada en el soberano y más corrupto poder, el del capital; son oligarquías sobre las que pretende ejercer contrapeso la apariencia de un respeto formal a la soberanía popular, a los derechos de la mayoría, al poder del pueblo, limitado a la esperpéntica forma que hoy tiene el voto -hemos podido ver unos horribles debates televisivos- y las capitisdiminuidas libertades individuales; es el viejo capitalismo, desigualdad, hoy, lenguaje pervertido, oculto tras voces como democracia, progreso, liberalismo, Estado de derecho,... Si pensamos que la política es el arte de vivir juntos buscando el bien común y aceptamos una idea de democracia -que Platón y los antiguos griegos veían nefasta- vinculada a la libertad que niega cualquier título (de nacimiento, conquista, mayor conocimiento, religioso,...) legitimador del derecho a gobernar al resto y si en momentos tan duros como los que, en caída libre, se avecinan, coincidimos con la niña sueca en que la única solución frente a la catástrofe es, urgente, "cambiar el sistema", debiéramos detenernos, reflexionar y hacernos la pregunta del título ¿y si esto no es una democracia?, para responderla y, rápidamente, actuar con energía.

domingo, 3 de noviembre de 2019

77 Los domingos, cavilar Santander no es, solo, un banco Fernando Merodio 03-11-2019

77 Los domingos, cavilar
Santander no es, solo, un banco
Fernando Merodio
03-11-2019
“Estamos en el firmamento / entre billones y billones de galaxias / y billones y billones de estrellas / (...) / millones con la misma evolución / nacidos de las cenizas de estrellas muertas” (Ernesto Cardenal. "Estamos en el firmamento")
(...) producto de un turbo-capitalismo llevado al extremo (...), mientras el país está deshecho y la economía por los suelos (...), todos estamos en el psicoanálisis de la identidad”. (Eduardo Mendoza, refiriéndose a su país, Cataluña).
Está de moda y voy a cavilar un rato sobre mi identidad vinculada al territorio, a un borde de la ciudad que dicen la marinera, la del viento sur, borde suburbano/rural en que hace 73 años yo nacía, a los 15 justos de ser proclamada la II República un 14 de abril, el martes siguiente al domingo 12 de unas elecciones locales en que, con menos votos totales, en las urbes se imponían candidatos republicanos, ¡floja victoria!; iniciaba mi andadura en ese borde urbano -rural entonces-, cuando, como hice yo luego hasta los 7 años, mis padres vivían laborando en Rozadío, asidos al río Nansa, daba mis primeros gritos en la casa con huerta de Fernando, mi abuelo, en la Fuente de la Salud, barrio -casi pueblo- de Cajo, junto a la finca psiquiátrica del Dr. Morales, al oeste de Valdecilla, Sur de Cazoña, este de Campogiro, y, en línea recta, a un corto agradable paseo de los juncos y arenales del Barrio Pesquero; casa familiar con huerta, conejos, gallinas,... que mi abuelo, ferroviario, usó con cariño y que, muerto él, fue expoliada a mi abuela -por lo que costaba la entrada de un piso en Fernando Ateca- para construir, decía el "régimen", viviendas para adeptos -de la vida de mi abuelo y la mía propia se aprovechó una cooperativa de alféreces provisionales, familias numerosas o algo así-, para iniciar lo que hoy es chapuza dormitorio: Cazoña.
A partir de ello y de que la identidad puede ser un conjunto de notas que ayudan a distinguir a una persona o grupo del resto, la personal me define, con hechos, idéntico solo a mí mismo y me marca como hombre, rústico-urbano, proletario por ancestros, burguesito por economía paterna y (de)formación "escolapia", apátrida social por ideas y, pese a nacer en un borde, entonces rural, ciudadano de Santander, adornado, eso sí, por lo mucho que, en siete importantísimos años de infancia, me regaló Rozadío.
Más complejo es fijar mi identidad cultural como miembro burgués ¡de Santander!, algo que, casualmente, fui, cruzado por tradiciones, creencias, valores, economía, clima, paisaje,..., hasta manías claramente condicionadas por la asfixia de un entorno ciudadano que, ¡vaya Ud. a saber por qué!, se imagina más, mucho más, de lo que es; salvo el natural, sin mérito personal alguno, paisaje que por norte, oeste, este y sur nos rodea y el privilegio del clima, lo cierto es que en lo que en tal entorno afecta, quizás culpa de un devastador incendio y la rapiña de quienes abusaron del daño del fuego y los negros tiempos, sólo encuentro, con muy leves rarezas, incomodidad, falta de juicio, fealdad y signos de malas pautas de vida social; Eduardo Mendoza, catalán, triste coyuntural, decía hace días que "Barcelona es un producto turístico, diseñado para pasar cinco días, no más" y aquí es aún peor, excepto lo natural aún no destrozado, Santander no ha pensado, así de inútiles somos, ni siquiera su diseño.
La revillesca Cantabria del lábaru facha, pese a mi cariño a una infancia vinculada a la u, avergüenza, aparte corrupción, altos sueldos para adeptos y el bochorno de la TV, quisiera saber una cosa, una sola, que haya hecho Revilluca en los años que, desde que vivía Franco, lleva amorrado a la fuente de la que mana el dinero público.
Mi identidad personal/cultural me define idéntico sólo a mí mismo y es, pues, urbana con sedimento rústico, de burguesito por economía paterna y (de)formación escolapia devenido a proletario y social/culturalmente desclasado por convicción.
Me gusta ir al Muelle y tras disfrutar su belleza a ras de mar, doy la espalda a la bahía y su verde montañoso fondo, pierdo de vista la vergüenza Botín/Piano y paso a ver las pretenciosas mansardas del Paseo Pereda que tapan el poco habitable, caótico mogollón que hay detrás, sin alcanzar a ver, por fortuna, la ladera norte del lomo de la ciudad, en el que vivo desde hace casi 50 años -¿cuándo será Paseo del Alta en vez de, "liberador liberticida", General Dávila?-, hiriendo mi vista, siempre, la abusiva e ilegal apropiación en primer plano del vuelo/cielo que, en vida del dictador exhumado, perpetró, ¡uf!, el banco que, una vez robado el nombre de la ciudad, ahora quiere, con, al menos, la complicidad de políticos, funcionarios, burgueses,..., eliminar el derecho a debatir, ¡algo que odian!, y decidir qué es cultura, progreso, arte,...
Es cuestión mayor, no solo de estética opinable o influencia cultural infame, quiebra del Estado de Derecho, humillación a una ciudad dormida que obliga a poner sobre la mesa, si es preciso violentos, el peso que Max Weber atribuía a los valores, sabiendo que, escribió Claudio Magris, no es preciso “hacer alarde de ellos", basta que sean visibles en el día a día, pues no es lógico ni ético que sociedad, cultura, arte,... los acalde el capital, botín de pocos, ocultando que él no habla de valores, solo es precio, lo que exige recordar que, como escribió George Steiner, agitador intelectual: "Si no encontramos otro ideal, el dinero acabará con todo".

Ya lo he escrito antes, Enrico Berlinguer fue secretario general del PCI y defendió "definir una política de austeridad con contenido de clase, transformadora y por tanto revolucionaria, que genere una dinámica tal de cambios que, a medio plazo, resulte inasequible al propio capitalismo”; austeridad, idea muy rica a la que, ya, la quiebra provocada del planeta exige dar vida y, ajeno a ello, el banco que robó el nombre a la ciudad nos exhibe un despilfarro que lave su sucia imagen y, en lugar de destruirlo, troque en museo propio un edificio que es gráfico símbolo de la usura y, sin informar ni debatirlo de verdad antes, incrementar la rapiña de cielo y vuelo en la calle Martillo, cegar a los de detrás, para exhibir -lo que él dice que es- arte y fingir, el capital, que recuperará para todos el planeta que -en su solo beneficio- él ha destruido.

Es un poder acatado como absoluto que, en el mejor territorio, nuestro patrimonio, tiró dos contenedores, túmulo, pirámide -digan lo que digan los más laxos tribunales- radicalmente ilegales, con su apellido inscrito en el frontis para recordar quien manda y allí cerca ahora también desde el banco con nombre de ciudad y feo arco franquista, una pesadilla, ilegal/alegal, difundir su ponzoñosa idea falsa de que "cultura" es lo que -en su solo beneficio- decide el capital.
El contenedor/túmulo, su plan, trámites complejos y fin único eran lo que El Roto explica en una viñeta en la que, en penumbra, una figura entrega un papel a otra y ordena: “Páseme a legal este atropello”, dotar de apariencia lícita lo que el 31 de julio de 2010 anunciaba en seis páginas El Delirio Montañés, que 1) modificarían los usos públicos del Muelle Albareda, 2) implantarían un edificio ilegal/ilógico y 3) regalarían espacio y uso, con un sucio pacto previo del dinero y tres Administraciones, con elementos de los tipos delictivos de la prevaricación, cohecho, omisión del deber de perseguirlos, tráfico de influencias, fraudes y exacciones ilegales, desobediencia, negociaciones y actividades prohibidas a los funcionarios, alteración de concursos y subastas,..., que, como ocurrió en el juicio del procés con la rebelión, no vio inteligente Marchena; ahora se está iniciando, donde el arco facha, igual fraudulento trámite.
Sabido lo de su Ciudad Financiera, los 2.000 millones de euros evadidos en la guerra, los trapicheos en paraísos fiscales y con obras de arte,..., en medio de un estentóreo y totalitario silencio mediático, fiscales y parlamentarios europeos, Urtasun, Urbán,... -mientras aquí lo callan los de Pablo Iglesias- investigan desde 2013 al omnipresente banco y otros por "el mayor fraude fiscal en la historia de Europa", ¡55.200 millones de euros!; está claro, pues, que quien se opone a su abuso no se enfrenta solo a cuestiones de identidad.