sábado, 11 de marzo de 2023

262 Los domingos cavilar Interés público Fernando Merodio 12/03/2023

262 Los domingos cavilar

Interés público

Fernando Merodio

12/03/2023

“El gobierno cántabro declara el ‘interés general’ del proyecto para esquivar la oposición de parte de las juntas vecinales, que se oponían a la instalación de molinos en fincas de su propiedad. (El Delirio Montañés, P.E. El Escudo, 03.03.2023).

”¡Pedimos el librecambio en interés de la clase obrera! ¡En interés de la clase obrera pedimos aranceles protectores! ¡Pedimos prisiones celulares en interés de la clase trabajadora! Hemos dado, por fin, con la única y seria aspiración del socialismo burgués. Todo el socialismo de la burguesía se reduce, en efecto, a una tesis, y es que los burgueses lo son y deben seguir siéndolo… en interés de la clase trabajadora”  (Marx-Engels. “El manifiesto comunista”)

Oculto tras un ladino uso de la fácilmente maleable idea del “interés público”, el poco fiable gobierno del viejo fascista Revilla pretende regalar -¿a cambio de qué?- a Iberdrola, agresivo gigante ahora disfrazado de molino, lo mejor de nuestras familiares, vividas montañas, muy protegido bien demanial propiedad de los Concejos Abiertos.

EL ROTO 06/03/2023
"Versión actualizada de El Quijote"

Razona el “Manifiesto comunista” que los primitivos solo producían lo preciso para sobrevivir, que la propiedad del territorio y los -escasos- medios de producción era colectiva y la relación entre los miembros de la sociedad era de colaboración, siendo causa del reparto justo, igualitario que, simplificando, defiende la teoría socialista, comunista desde Marx y Engels, cuyos escritos analizan la realidad de 1847, su tiempo, preguntándose cómo es posible que, siendo tantos los que utilizan la fuerza de su trabajo para arrancar riqueza de la naturaleza y, con ella, generar más riqueza, hoy, casi todo lo generado esté en las manos, bolsillos, bancos,… de unos pocos, no los que la generan, otros, razonando en su respuesta que la causa está en que la propiedad de los medios de producción es privada, no colectiva y el trabajador no es propietario de la fuerza de su trabajo, que explotan unos pocos, los capitalistas.

Aclaran Marx y Engels que capital no es lo mismo que dinero y no es capitalista quien simplemente ha acumulado una cantidad de aquel, pues solo es capital el dinero que se emplea para comprar medios de producción y fuerza de trabajo ajena, siendo capitalista quien, ilícito poseedor de ello, lo usa con el fin de apropiarse de la odiosa, abusiva plusvalía, que es diferencia entre el dinero empleado en la compra de medios de producción y fuerza de trabajo, repito que ajena, y el valor de lo que generan esos medios y fuerza al desarrollar trabajo, intentando, además hacer lo mismo de modo permanente, reproducirlo, dinero, más dinero, compra de medios y más medios de producción y fuerza de trabajo, más plusvalía,… una espiral eterna, un voraz, obsesivo proceso de explotación de lo ajeno, que perpetra el hombre contra otros hombres, tan agobiante que acaba generando enfrentamientos, lucha entre los explotadores capitalistas y los explotados trabajadores asalariados, dos clases en lucha, abierta o latente, siendo innegable que acabar con explotación y necesidad de lucha exige, además de liberar del abuso a los trabajadores, emancipar -para siempre- a la sociedad entera, a todos.; son datos innegables, ciertos que, analizados y bien explicados, pueden ayudar a que incluso niños pequeños piensen en ello, simplificado y esquemático, sin duda, pero muy próximo a la realidad inmensamente compleja.

Frente a la explotación, generada siempre por la fuerza, la emancipación solo se logrará en debida forma si, además de ayudarnos de ella -por mucho que muchas veces la violencia sea imprescindible-, nunca es suficiente y la emancipación real, firme y profunda solo llegará cuando, sólida, se funde en la razón, la justicia, la igualdad, la cultura,.., algo de lo que aquí ahora el -que dicen- progresismo socialista nos aleja con vacuas (pre)ocupaciones, la mayoría transversales, ajenas a lo urgente real y lo agravan apoyándose en, divisores sociales, entes identitarios que, para fascinar, engañar a ilusos -dicen- pluriculturales, cuyo paradigma personal ayer fueron Arzallus y Pujol, hoy Otegui y Rufián y, ridículo cutre, siempre Revilla.

Ni su interés partidista, la seguridad –solo- de ellos, las migajas de poder que, mercantiles, gerencian desde la oscura caverna evita que aquí afuera estemos el resto, las dudas del pensamiento, las luces y las sombras, el animal complejo,… y ahora, situados a la derecha de la derecha, han puesto de moda estudiar, igual que ellos, materias tan dúctiles como el “interés general”, que llaman economía, sicología, sociología, mercadotecnia, marketing, dirección de empresas,…., reductos de un capitalismo de bolsillo para elucubrar sin pensar, pues Descartes no tenía razón, ni la pancarta de algunos filósofos, “Pienso, luego molesto”, soy un estorbo, no existo, logrando que Eugenio Trías se llegara a preguntar si el “progresista” partido que se dice socialista odia la filosofía, pues le gusta un peligroso pensamiento cautivo.

"Ferrovial y BS, gigantes impulsando nuestra tierra... hacia ellos"

Los que aseguraban poder tienen un concepto procesal, normativa, represora de la democracia, opuesta a Max Gallo, autor de la hace años muy leída “Historia de la España franquista”, que alentaba una oposición republicana a la Constitución Europea y a que una democracia “de apariencia, oligárquica que aprueba y acepta pasiva no poder decir no”, nos niegue la capacidad de pensar, al tiempo que una rigurosa encuesta de Gallup, realizada entre cincuenta mil ciudadanos de sesenta países, evidenciaba que solamente uno de cada diez encuestados pensaba que su país está gobernado por la voluntad del pueblo, siendo dudoso que ahora aquí haya alguno; casi al tiempo, Francisco Umbral, nada sospechoso y casi olvidado, definía a Rodríguez Zapatero -anuncio del disolvente desastre que es el ridículo actual jefe de planta- como “socialista convencional, chico de los frailes, traidor por indecisión, ambicioso que secretea en la sombra, eterno adolescente de la política, líder ligeramente cursi” e, igual que su sociedad, toda, un “parlamentario de peluquería”, periodística, exacta definición del de la ceja o la zeta, loado entonces en un vomitivo reportaje en papel couché por Juan José Millás; tesis la de Umbral que hoy suscribo y actualizo salvo en lo de socialista, que incluso adjetivado de traidor, ambicioso, cursi,…, no les aplico.

Cierro la simplificación del inicio viendo cómo hoy el capitalismo es (con)fusión del capital industrial, propietario privado de los medios de producción y explotador de la fuerza del trabajo ajeno con el capital financiero, dinero que engendra más dinero, la oligarquía financiera, núcleo duro del 1% que lo exprime todo, dos formas que, contradictorias, parecen enfrentadas pero se entrelazan para macerar el capital y a las que, por la puerta de servicio se unen ahorradores mínimos, asalariados con la vana, desleal pretensión de sorber -lo poco que les dejen de- la plusvalía que ellos mismos generan, afiliándose a esa cosa rara que dicen “Bolsa” y en España no tiene nada que ver con la de 1831, que facilitaba al Gobierno un instrumento adecuado con la Deuda pública, hoy solo especulación, oscuras finanzas que enriquecer -más- al capitalismo del 1%, un poco al mediano y pequeño y -con migajas- a esos lóbregos traidores a su clase que, tétrica imitación, sueñan enriquecerse a costa de otros… sin hacer nada

Coda a un -supuesto- “interés público”.- Revilla es continua ofensa a la autoestima de los ciudadanos próximos, incluso a la de los que, ignaros, le oyen bovinos en la televisión -redundemos- basura y, tras el turbador circo de la corrupción rampante que lastima las -siempre golosas- carreteras, lejos de dimitir, marcharse de una vez por todas, rinde pleitesía al -cuando menos- inepto/corrupto que -de modo voluntario y con un buen estipendio- las debía gestionar con eficacia legal y en “interés público”, el mismo interés que, zafio, sigue intentando manipular al servicio, aquí ahora, de eso que dicen molinos y, al contrario de los del ingenioso hidalgo, son codiciosos, dañinos gigantes capitalistas a los que, en nuestra vieja onda, un guiño de El Roto adhiere esta semana un aclaratorio adjetivo, “financieros”, adoptando el purriego, alumno de Girón de Velasco, el totalitario, ilegal, nulo de total nulidad acuerdo de declarar tan capital atropello de “interés público” y, sin consultar, decir defender lo sólo alcanzable en un proceso libre con toda la información y participación de los afectados. ¡Váyase a la…!    

EL ROTO 07/03/2023
"Revilla lo tiene claro, clarísimo"

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