Lo cotidiano 133
De excusatio non petita
Fernando
Merodio
30/11/2025
Ábalos, Cerdán, Koldo y, el próximo, Sánchez
el Malo, lo iluminan, día a día se superan y dan más brillo, si cabe, al gastado
aforismo “excusatio non petita, accusatio
manifesta”, de fácil traducción que, nacido en el derecho romano, indica
sutileza sabia al analizar la -siempre difícil y cargada de significados-
comunicación humana -¡ay!, lenguaje perverso- y, al tiempo, hacen hoy inane
insistir en la excusa no pedida con la cierta, estulta obsesión de todos en ocultar
los dañinos actos de -quienes dicen- poder político, a los que -casi- nadie ha pedido
que se excusen -ni esperado su veracidad- pese a lo cual, hoy y sobre los más
diversos temas, insisten en dar -falaces- disculpas: quien preside el gobierno
de la cosa que -pocos- aún dicen España, mientras las -si algún día tuvieron
crédito- desacreditadas, tullidas rémoras que iban a “asaltar el cielo” le lamen sus pústulas y los egoístas, crueles
comisionistas de los que, con tiros en la nuca, golpes de Estado o robando
nuestra fruta que otros como ellos tiraron al suelo, declaran, sin ocultarla,
su fiera obsesión en dividir -¿disolver?- la “cosa España” -¿y crear millones de -inermes- unidades?- le -nos-
desangran, obseso repite -sabiéndolo falso- que su general fiscal era -quien puede ya le ha dicho que no lo es-
inocente y que su amada Begoña, su “emmano”
-invento de “Arfonso”- David, Àbalos,
Cerdán, Koldo, Leire y la larga ristra de parientes, “apañeros” y amigos que dan forma a la -esa sí, alarmante- pandemia de
“imputados” están sanos o él es
inmune, al tiempo que el bajo nivel -error manifiesto- de la enseñanza para saber/crear
la -esencial- norma justa que dicen “Derecho”,
docencia que manufactura “picapleitos”,
oficinistas tiranos, chupatintas de sexta, el exégeta político de la Constitución
o “altos” jueces que, lo mismo que encarcelan por -casi- nada, sentencian que los
criminales que, sin contar con el resto, unilaterales declaran independiente su
territorio no son rebeldes al resto, no quiebran la norma transada, ni
gramatical, ni penalmente -con violencia física o moral para forzar un acto
jurídico-, fallan ahora que -controlado por el presidente- el general fiscal nos violó, pero -para restarle
peso y no enfadar a nadie- dicen que fue un poco, solo la puntita, obviando
razones fácticas y jurídicas que avalan lo grave que fue, cuando ágrafos
legisladores -dan dentera- que hoy no legislan, solo decretan, se limitan a echarse
en cara -entre ellos- lo obvio/sucio opuesto y responderse ¡y tú más!; excusas ridículas
que -casi- nadie quiso, supo, pudo siquiera pedirlos.
Usan excusas como la banalidad de su mal o lo
cotidiano de su sucio trabajo
Es mortal arma ofensiva de los que se
excusan, que pulió Joseph Goebbels, Ministro
para la Ilustración Pública y la Propaganda del II Reich la manipulación y se
exhibe turbia aquí en los medios más engreídos, por ejemplo el domingo, 22
noviembre, cuando una tal Máriam Martínez-Bascuñán, profesora de Teoría Política, colaboradora de El País, del que fue directora de
opinión, publicaba, al tiempo, dos dictámenes suyos -¿no tiene ya el medio quien
opine imparcial?- que, pese a su dispar apariencia, son reiterativos: “El último pensamiento (clave) de Hannah
Arendt”, tres planas que, con abuso, el papel tintado, ¡vaya cara!,
subtitula “Cuando cada tribu habita su
propia realidad, el poderoso puede fabricar simplemente su verdad”, adulterando,
para avalar su criterio, la teoría de tan ética filósofa sobre el -hasta ella- solo
intuido concepto de la “banalidad del mal”
que Primo Levi, víctima del nazismo y autor de “Si esto es un hombre”, bruñó identificando la maldad de los nazis con
“su sucio trabajo de todos los días”,
haciendo uso Máriam, experta en “dirigir
opiniones”, de tan seria idea en su interés para apalear, lejana piñata del
pim pam pum, a Elon Musk, por -ni nuevo ni único- manipular el juicio político
ajeno o para denunciar, también, la “paralizante”
imparcialidad de la BBC sobre un caso
-que ella ve- obvio y usarlo para avalar su modo de -repito- “dirigir opiniones” ondeando su monopólica
bandera o, en el otro artículo, bajo el -hoy tan gastado- título “Contra el franquismo”, “conmemorar“ -en la liturgia católica, “recordar a un santo”- con una “celebración -aclamación- solipsista” que -dice ella- fueron solo “élites hablando de sí mismas” para “grandes sectores que miran con indiferencia
o retraso”, canto a su propia inepcia, todo ello escrito por quien nació 4
años después de morir Franco, ¡hace ya 50!, o a los 16 de que Arendt alertara -¿no
a ella, que “dirige opiniones”?- frente a la “banalidad del mal”.
El Roto 29.11.2025
Problemas, los suyos, que -nos -han generado
con su egoísta corrupción
Ponía la guinda al pastel el pasado viernes
el mismo -narciso- medio, al “regalar” con el diario panfleto un elegante
libelo/revista patrocinado/escrito/pagado por un selecto grupo de empresas,
creaturas por el capital que nos explota para destruir la vida humana en la
Tierra con el caos climático, titulada -¿idea
de la “dirigente de opinión”?- ESG, acrónimo -oculto en sus 90 páginas-
de “Enviromental -medioambiental-, Social y Gobernanza”, ¡hay que tener
cara! y, al tiempo que, esta vez el Rio del pobre Lula da Silva sufría el -sabido-
ridículo de la ¡COP30!, y en ESG enviromentales, sociales y, única
verdad, mandones, al tiempo que la UE
urge a reducir el trámite de evaluación de los dañinos impactos, mínima
garantía para nuestra seguridad material y jurídica, Banco Santander, REE, Naturgy, Telefónica, Lego, Leroy Merlin,…, el
1%, el sucio capital robado nos decía, desde la “dirigida opinión” que avala El
País, lo qué debemos hacer para que ellos, insisto, además de aniquilar la
vida humana en la Tierra, sigan extrayendo ilícitas, crueles plusvalías de
nuestra, Marx dixit, “fuerza de trabajo”.
El Roto 24.11.2025
Falsas excusas no pedidas suelen asentarse en
la adulteración de la historia
Coda sobre quien intenta repetir la (in)civil
guerra cambiando nombres.- Desde 1972 vivo -con mi historia y hasta hace poco con
Rosa- en la calle General Dávila de Santander -que unos dicen que liberó, otros,
yo mismo, que ocupó tal general- y las rémoras que lamen pústulas han impuesto
-sin consultar a nadie- que, porque ellas quieren, a partir de ahora tal calle se
llame Altamira, como las cuevas que tropezó un campesino y no -es
falso- un abuelo de los Botín o igual que un siniestro “centro de datos” que exigiría un suministro de 500 perversos Mw de
energía eléctrica, para que un bis o tataranieto del tramposo de la cueva, un hijo
de Ana Botín, entre otros similares, además de aniquilar, repito, la vida
humana en la Tierra, siga extrayendo ilícitas, crueles plusvalías de nuestra,
Marx dixit, “fuerza de trabajo”; he pedido por escrito, en insistiré, que el
ayuntamiento declare el cambio nulo de pleno Derecho y, en una cuarto con tres
mesas, dos ordenadores, dos hembras y un varón, Izquierda Unida, él me acusó de “reivindicar la figura del general Dávila”, así que, además de otras
cosas, le dije -y lo ratifico- textual en sentido estricto ¡tonto!; recuerdo
con Carlos Boyero mayo del 68, a Leo Ferrè y su “¡Vota gilipollas!” Pues eso.
El Roto 23.11.2025
Parece que, para tapar sus
miserias, ahora es verdad

















