Lo cotidiano136
De acabar con -muy peligrosos- psicópatas
Fernando Merodio
21/12/2025
Definitorias imágenes de lo que sigue a los psicópatas: Franco, Ceaucescu y Mussolinni
Del PP ni hablo, pero lo de hoy es muy serio, más serio de lo -serio- que parece, se trata de dónde nos llevan y el futuro que anuncia la saña con que -ahora- nos trata Sánchez el Malo, heredero de los que, con el cuento de Suresnes y el dinero de la CIA y Brandt acosaban a -su envidiada conciencia- el PCE y crearon los GAL, la cal viva, Filesa, Malesa, Time-Export,…, o del viscoso de la Z, la ceja o lo que le cuelga, degradado psicópata hereditario clínico -quien al ver su última rueda de prensa no lo haya percibido en su físico, sus gestos,… está ciego- causante de un muy grave daño cierto en su ámbito de (ab)uso durante años -lo que, illo témpore, decían España- hasta el punto de que esa sociedad precise, para (sobre)vivir sana, el psicoanalítico diván que -lúcido- acreditó Sigmund Freud, convertida hoy en irracional masa líquida que, enferma, no define ni olvida, solo lucubra sobre lo que pasó -y no conoce-, tiros en la nuca y crueles cunetas -de todos y no siempre políticas- de antes y después de la (in)civil guerra promovida, además de -como siempre todas- por el capital en sus muchas -siempre- codiciosas formas, por salvajes odios, a la que siguieron 36 inicuos años en que, para vergüenza de todos, nos dictó un ridículo militar bajito, rechoncho, de voz fina -al que, sin que yo nunca lo entendiera, se acató-, falto de gracia o apoyo exterior tras que “los suyos” perdieran la II guerra europea, con la respetable actitud de -solo- los -muy pocos- que -de un u otro modo- se opusieron al orondo chusquero en su inverosímil, dictatorial periplo, concluido en1975 cuando, ayudado por la crueldad de sus (in)fieles, moría -fotografiado- en la inhóspita cama de su -de él- tétrico hospital público -que, pues igual que hoy todo era posible, decían- La Paz, apoyado en un gris silencio global -que ahora tiñen de cobarde rencor-, una irracional falta de ideas sanas, ese capital que apoya todo lo que -le- conviene y el fétido -siempre- aliento del céfiro egoísta de su -así se decía- familia, de sangre y política, sumado a la -perenne- (in)Justicia judicial, la ley que hacían -y hacen- tenderos ágrafos, el gobierno de corruptas empresas-partidos, cuando aquél solo una, y, ¡siempre!, la servil milicia de barras y estrellas, la eterna policía gris -hoy azul-, o verde que, visto como instruye denuncias, no anima a creer en lo que dicen UCO, o del color que sean los maderos de caciques locales,… y, mortal, su -del psicópata- ley ad hoc, que dicen “mordaza”; siempre parecido, acaso igual, cambiando, eso sí, de psicópata.
El Roto 13.01.2024
Aunque lo diga, no es exageración, magnífica imagen, incluso se parece al nuestro
La psiquiatría -y el mejor cine negro- han definido/descrito al psicópata -distinto del sociópata- como peligrosa/dañina persona/personaje esencialmente afectado por la muy grave carencia del -sedante- sentimiento de culpa en la interrelación, que avisa si te desvías de lo personalmente ético o socialmente correcto, déficit cuyos efectos en el enfermo -y, tras él, en el resto- alegoriza el viejo mito de Tántalo, subiendo y volviendo a subir la roca, gráfica muestra de las secuelas de -una forma de psicopatía- la fijación y deseo obsesivo por lo éticamente indebido o socialmente inasible; una anomalía psicológica que daña importantes funciones mentales y, también, la conducta social del dañado, al que priva de afecto, remordimiento o capacidad para identificarse con algo/alguien y le anima al uso de malsana seducción, asentada en el enfermizo narcisismo de quien, sin razón, se cree más de lo -nada- que es, ¡ay, su suave bamboleo camino del atril y sus juntas rodillas al sentarse!, hasta el punto de ver lógico apartarse de las normas sociales y adoptar rasgos de enfermo/anómalo como el cruel desprecio a los sentimientos ajenos, las reglas/obligaciones sociales, la nula tolerancia a la frustración, que descarga con agresividad violenta, ineptitud para entender, sentir culpa y, así, siempre, culpar al otro; sin más otro comentario, es lo que tenemos.
El Roto 07.06.2025
Con el chusquero bastaba con (in)cultura, el placer -solo pensarlo- era pecado,… ahora peor
Para Freud, la cultura -forma en que los individuos se organizan y, en base a ella, actúan en sociedad- y el placer -fuerza que identifica a las personas y cubre sus carencias básicas, haciendo que, desde niños, vivir sea satisfacer y evitar “displacer”- están intrínsecamente unidos, de modo que juntos, no son solo individual gozo, sino creativa felicidad y bienestar social, una relación dialéctica que, enfermo, distorsiona el psicópata y, al no admitir al resto/persona, fija sus vínculos en forma 1) asociativa, “alianza” apoyada en, “narcisista/ególatra”, verse superior y buscar solo su utilidad, 2) tangencial, relación con una víctima ocasional, puntual, a la que aplica coerción temporal o 3) adicional, que aprovecha la debilidad de neuróticos o depresivos para -sin la sana unión entre placer y cultura que justifica la vida- (ab)usar del daño ajeno o de una seducción psicopática, hábil en detectar necesidades del otro, mostrarse necesario y asegurar -ficticias, inexistentes- soluciones; dicho ello, el peligro de un psicópata -real, como en este caso- se agiganta cuando sus actos repercuten de forma grave en la sociedad, porque, uno, el daño social es, cuantitativamente, mayor que el personal o individual y dos, porque dicho daño nace de algo/alguien a quien una cierta parte de la sociedad, con evidente error -personal, sistémico o ambos- in eligendo, ha errado al dotar al psicópata de poder que le posibilita dañarnos, evidencia de que la seducción enfermiza exige que el otro esté de acuerdo con la persuasión/encanto, lo que la convierte en bidireccional, consentida, no agresiva desde posición de fuerza, debido -quizás- a que los psicópatas son conscientes de la responsabilidad, incluso judicial, de sus actos, haciendo que tal anomalía sea difícil -por uno y otro lado- de tratar, en especial cuando, por edad y experiencia, la dañina enfermedad se ha hecho sólida, siendo, por contra, su terapia factible si su nivel es bajo, el psicópata menor de 30 años, admite tratamiento prolongado, afecta a delincuentes convictos,…, casi nada de lo cual concurre aquí, lo que exige bisturí, cirugía radical.
El Roto 15.12.2025
¿Estaremos como estamos, además de por el psicópata, por ser eso lo que pasó en 1978?
Coda candorosa -tanto como Lenin/Marx- sobre ¿qué hacer?.- Visto lo visto de “lo de1978” -para algunos un éxito, para mí lo otro-, vistos los (in)cumplimientos -salvo del primero- de los viejos presidentes, visto el desigual/injusto sistema socio-económico y vista la (in)acción de la masa líquida antes y después de la fecha bisagra, hay que hacer cosas, empezando por crear -si hay base, metódica duda- la vanguardia ética, sin vínculos -ni ambición- de poder económico o político, que elabore una -sencilla- teoría sobre lo -elemental, que sabemos- necesario y, tajante, la difunda/imponga; ¿cómo?, empezando por, sin rollos, hacerlo, sin gatopardismo, partiendo de cero.





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