Lo cotidiano.119
De
Teresa Ribera y la gran mentira
Fernando
Merodio
24/08/2025
En peculiar/evidente tumulto -el (des)gobierno nació
de aleves pactos y un ilegal confinamiento en 2020, (man)tiene una “ley mordaza”, tiene un trato cada día más
fluido con el capital, ¡ay, la bolsa!,
y los desastres “naturales” nos laceran, pandemia, dana, fuegos,.., mientras nos desplazamos hacia el borde del estribo
del tranvía de Europa- revuelta que irrita a la gente que gerencia, roto,
Sánchez, símil de la alegoría que es “Animal
Farm” -para los traductores, “Rebelión
en la granja”- de George Orwell, donde empiezan mandando dos cerdos, Napoleón y Snowball, Bola de nieve,
el segundo acosado por los fieros perros del primero que, mucho más ansioso, se
impuso, a partir de entonces, como líder único de su -de él- Animal Farm, en la que sus -también de
él- cerdos, con la vital/mortal ayuda de sus -igual suyos- sádicos perros, pasaron
a ser la nueva élite y el resto de los animales… seguidores fieles; con todos
los matices de la “neolengua” aquí actual
-que Orwell, británico nacido en la India tanto denunció- en ello estamos y el
final, siendo fieles al ejemplo de tan afilada alegoría/ficción, lo escribirán,
depende, Mr. Jones, los cerdos o los demás animales.
Un cerdo escribiendo sus “siete
mandamientos”, reducidos/adaptados, en la valla del granero
A
Orwell que personalmente sufrió la censura del perverso lenguaje de Hitler y
Stalin -él era, pienso, troskista- le torturaba la idea de que tal técnica sea
utilizada para, como ha hecho Sánchez, imponerse sin razones con su brigada de
capataces -¿o perros de presa-, Oscar Puente, el otro Oscar, deslavazado y alto
al que es -aún más- difícil ver explicación, la -¡qué dios nos proteja!-
lenguaraz de protección civil, los dóberman regionales, que ya precisa otra
gente como la Teresa Ribera de Bacigalupo, más compleja y perniciosa para el
interés general -y la verdad objetiva- que los rudos de la escuadra soez, no
limitada a tuits -o como se diga- ofensivos,
a la que la biblia/libelo liberal-progresista permite garabatear planas llenas
de publicidad/falacias, la última titulada “Apostar
por la seguridad climática” -y eso, ¿cómo es?- en la que, tras regalar el
territorio rural de los vecinos -no de ella- al capital que reniega de su
nombre, Ana -sin Patricia- Botín, y apellido, Ignacio -no Sánchez- Galán, para sus
negocios de fúnebres artefactos que desertizan, castran y osa imputar por escrito
los males al “abandono de tierras y
actividades tradicionales y respetuosas en los entornos rurales” que, con
dolo ilegal, ella forzó, invita a ”transformar
profundamente nuestro sistema energético”, ¿con esa generación concentrada,
masiva eólica/solar que, superflua, solo interesa a ella y a los Botín/Galán?,
llama a cumplir ese acuerdo de París del que, desde hace 10 años, se ríen todos,…
Experta
en esa perversión del lenguaje que odiaba Orwell y ama Sánchez, artefacto del
peronismo familiar, el pernicioso populismo, hoy solo significante sin
significado que políticos, tertulianos o escribidores usan para designar -igual
que nociones serias como sostenible, renovable, paz, libertad, igualdad,
democracia…- una cosa y la contraria, cualquiera, la nada;… ¿Qué es
populismo,?, ¿Vox?, ¿Maduro?, ¿Le Pen?, ¿Trump? ¿Putin? ¿el Brexit?, ¿el egoísmo independentista?,
¿los amigos no contritos de los del tiro en la nuca?, ¿los perros de presa?, ¿Podemos?,
¿Evita Tocino?, ¿combatir el caos del clima con, más que nunca, madera, carbón,
petróleo, molinos, placas, metales, gasolina, uranio, acero, cemento,…?, ¿todo?.
¿nada?; vino para explicárnoslo- Ernesto Laclau y, tras él, birrias como
Errejón -que vemos donde está- y su gente y, por ósmosis, sin ideología ni
-peor- ideas buenas, la mercantil PSOE
de Sánchez, Ribera y los crispadores, que mejor es no pensar si son carne o
pescado….
El País,
21.08.2025
¡Gracias
Flavita!, por los que, antiguos, conseguimos sobrevivir
Populismo,
hacer de todo una sola categoría política, no impulsa el pensamiento, es “neolengua”, retroceso que desacredita
cualquier voluntad de cambio socioeconómico y político radical del sistema
establecido; para Jacques Rancière, filósofo marxista, tal -falta de- idea se ejerce
solo en torno a, fea retórica, 1) un
pueblo sin representantes, 2) denuncias de corrupción de las élites y 3)
discursos identitarios que son miedo al de al lado, al otro, freno que alea
capacidad e incapacidad, aclarando Alain Badiou que tal concepto de “pueblo” solo puede tener dos
significados, negativos ambos, 1) identidad nacional y 2) clase media
consumista neoliberal con un único objetivo, olvidar la lucha de clases, hacerlo
todo horizontal, arrumbar las fértiles ideas de Marx ahora que el capitalismo
se evidencia incapaz de responder a las
necesidades humanas.
¿Por
qué no trata el “progresismo” al campesino como el Boss Springsteen a Chuck
Berry?
Coda sobre el oxímoron Ribera/Berger y los campesinos
del mundo.- Inteligencia
sensible y solidez ideológica, explica John Berger que parte del campesinado
europeo -¿el nuestro?- no acata el devenir del -cruel- abuso capitalista y, asumiendo
depender de imprevistos, plagas, tormentas, sequías, inundaciones, accidentes,
agotamiento del suelo,... y, en especial, de catástrofes sociales y políticas, no
se somete al capital que extrae plusvalía del producto de su fuerza de duro
trabajo, ni a que le robe también tal plusvalía el sistema -feudal, capitalista,
hasta socialista- con diezmos, impuestos, rentas, aparcerías, trabajos
obligatorios,... o arbitrarias, injustas normas -que dicen europeas- de hoy, afines
al (ab)uso del usurero eterno, obligando a quienes se fatigan hace siglos en el
campo a abandonarlo sin saber, quizás, que “toda
herramienta es, si se la empuña adecuadamente, un arma”; el campesino de
Berger sabe que, antes de comer, siempre tuvo que alimentar a otros, trabajar
primero para sucesivos/diferentes amos y, ya después, para él que, habiendo
sido capaz de superar trances muy duros es -estricto- un superviviente, un ser
cuyo vivir define un alma, pero también un cuerpo que, con poética precisión, describe
en su feroz relato “El valor del dinero”,
al explicar cómo “tenía la cara delgada y
el cuerpo recio. A los sesenta y tres años aún conservaba el pelo negro. Cuando
montaba a Gui-Gui, el caballo de tiro, se percibía un claro parecido entre
ellos: ambos tenían la solidez de un puño cerrado, pero sin codicia”, el mismo
puño cerrado que Dashiell Hammett usa en sus sólidas novelas sobre el mal
urbano como metáfora de lo que desaparece al abrirse, deja de ser lo que era,
se transforma en mano de quien trabaja, sabe que seguridad y futuro nunca están
garantizados para él y los suyos, hoy amenazados por injustas normas comunitarias
que limitan su libertad al exigirle especialización, mecanización,
fertilización intensiva, atacan a la unidad productiva familiar y le imponen
ser sumiso al usurero, al dinero, al que compra,…, exigencias injustas de las
que no le defiende la política, esa Teresa Ribera que le impone industria
eólica y, lenguaje perverso, se queja del “abandono
de las tierras y las actividades tradicionales”, estando de parte del
capital en la lucha en que ya no se ve al viejo socialismo de Marx que, hoy
afiliado a lo que dicen “pogreso”, exige,
a mi al menos, repensar el pasado, la patria de la niñez pegada al río Nansa, la
pobreza del pueblo, la desestructuración social, al maltrato de la cuenca por la
avidez eléctrica, fértil para ella, rácana con la gente a la que robó vida
agrícola y ganadera y, disfrutar el efusivo respeto/reconocimiento del Boss Springsteen hacia el legado de
Chuck Berry y su You Never Can Tell,
Nunca puedes saber, su complicidad cuando finge necesario entonar su
magnífica versión con Steven Van Zandt, actor/guionista en “Soprano”, compañero de la mítica Banda de la calle E, todo ello opuesto
al desdén que la herencia campesina recibe de “pogresistas” como Teresa Ribera, ayuda a entender el fiero grito con
que Berger titula el primer libro de la trilogía “Into Their Labours.·Unos se
fatigaron y vosotros os aprovecháis de sus fatigas”: “¡Puerca tierra!”.
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