Lo cotidiano.118
De Oscar Puente y la evolución
Fernando Merodio
17/08/2025
Parece la parodia de una triste historia, pero es mucho peor, una gran vergüenza, el terrorífico síntoma de lo actual y un muy grave problema hoy y mañana, Oscar Puente, la nada de Valladolid, (in)descifrable sujeto equívoco, cuyo único mérito es -lo admito- ser el perdido eslabón entre pithecanthropus erectus y homo -más o menos- sapiens, con una “calota” -receptáculo superior del cráneo- mínima, de simio, dientes y osamenta humana, que permiten considerarle sujeto erguido de los que denominaron, descriptivos, Hombre mono erecto, con un pequeño cráneo con capacidad para albergar un cerebro de 900 cm3 -el humano es de unos 1300- que midió Eugène Dubois en 1892, sin que se hiciera público hasta 1994, cuando ya nadie negaba la existencia de tal Homo intermedio, archivándose el estudio científico que acreditaba el acierto paleontológico en el Instituto Smithionano de los USA como muestra de la expresión de quienes, el abuelo Pitecántropo y el nieto Oscar Puente, boquiabiertos, estupefactos no entienden nada de lo que están (vi)viendo, pero libres a su modo, dañinos, violentos, ignorantes supinos ambos y éste con un peligroso poder vicario dolosamente cedido para utilidad del cedente, Sánchez, habilitándole para actuar sin recato de dolo y, por fortuna, sin cerebro bastante para causar más mal.
Gesto estúpido de quien, no entendiendo nada, por ello,
se cree impune y no calla
Repito, simple
pésimo síntoma de lo que vivimos, es llamativo que, analizadas las épocas de la
evolución del hombre que fijan -presuntos, de los que, lógicos, no debiéramos fiarnos-
sabios, es imposible ubicar temporal o, peor aún, culturalmente o desde un
punto de vista ético a siniestros actores actuales -con total/absurdo poder para
dañar- como Trump, Netanyahu, Putin o, acumulador de corrupciones/tropelías
diversas, Sánchez, con capacidad para generar el mal que quieran, e incluso más,
explicando no hace mucho, Alain Badiou, filósofo marxista, en "El despertar de la historia" que tal
locura, “la crisis, es general, no solo
del Estado-partido del Este, también del Estado-partidos del Oeste”,
banderías más que Estados, negocios que, al servicio de los bandidos, propician
que tipos tan incontrolables, necios como Puente detenten un poder suplente que,
de modo irracional, les ceden, aquí ese tal Sánchez que, incapaz de ganar elecciones,
usa la maldad que denuncia Giorgio Agamben y Milner dice “progresismo” y es que “la
revolución deba transigir con el capital y con el poder”, toda vez que en
la marcha hacia el -(in)alcanzado- poder real, incluso por 7 votos, “es preciso ceder en todo y conciliarlo con
su contrario, el pensar con la publicidad, la clase obrera con el capital, la
libertad de expresión con el Estado espectacular, el medio ambiente con el caos
industrial, la ciencia con la opinión, la democracia con la cosa electoral, la renuncia
con la memoria y la fidelidad (…)”.
El Roto
Lo de aquí ahora es, en versión cutre, la desinformación masiva usada para causar daño
Así, consiguen
que no distingamos zoè y bios, cultura/política y biología y que
sea fácil confundir al pitecántropo con el erecto,
incluso con el sapiens, siendo
sistémicas figuras tan inasumibles como el homo
intermedio Oscar Puente, siendo importante estar en el selecto grupo que
lucha y (de)muestra ser más que el -simple- erectus,
con una capacidad cerebral en torno a los 1.300 cm3, se mire cómo y desde dónde
se mire, Trump, Putin, Netanyahu, Sánchez, sus
orcos -y orcas- o Puente, “muchachito de Valladolid”, no tienen
explicación; por muchas muecas o -plagios de- ideas que esboce la derecha o también
ficticias ideas y zafiedades guerracivilistas de quienes, tras lo del “invicto”, huyeron para regresar a los 40
años, fallidos y nada fiables, con su pactismo “progre” y, en especial, su inculta indigencia política tramposa que
hoy es, frente a los peperos, el otro lado que, uno al otro y viceversa, impulsan,
con Abascal -e Iglesias- generando en el inculto/cómodo, pánico a perder lo
-poco- que posee o, peor incluso, bovino temor en el que, sin nada, también
teme perder su nada, o el ignaro ánimo de quien cree, ¡la fe!, que esto no
puede empeorar y alguien, tan “providencial”
como Franco -u otro cualquiera-, lo arreglará, obviando que sin real cultura,
respeto al otro, hostilidad al 1% y sus policías/ejércitos, sin buena política
y legislación, sin jueces no tan fijos, que usen bien lo -bien- legislado y,
sobre todo, sin lucha, solamente parcheamos, como hizo aquel heroico PCE o, a otro
nivel aquí ahora, solitaria, la Plataforma
anti-atropello eólico/climático, pan para hoy y hambre siempre.
Coda sobre evolución.- Decía el abate Sieyes, revolucionario francés, adelantándose a lo nuestro, que “toda sociedad en la que la garantía de los derechos no está asegurada y la división de poderes no está determinada, no posee Constitución”, aclarando Badiou, dos siglos más tarde, que la noción del hombre sometido a la Constitución varía según el poder, que impone una simple suma de normas que nos alejan de activar el uso del pensamiento, aquí ahora afiliado sumiso a la (i)lógica del capital y la política partidista, separado de la idea griega de la ética como búsqueda de “una buena manera de ser” o una “sabiduría de la acción”, viva, ligada a los actos del hombre y, por ello, su incumbencia individual exclusiva, situando frente a “una ética general”, la de las verdades singulares, las relaciones tramadas y sus resultados, las situaciones concretas, siendo, pues, preciso derribar la idea impuesta de no estar legitimados para criticar la esencia del corrupto sistema, hábil invento que, bunker de ortodoxia insana, con cancerberos tan fieles/fieros como el Homo intermedio, siendo terrible ahora aquí, con regresiones como Puente, que Gobierno central, cateto próximo y sus amos, ataquen al campesino con mil dañinas obras que fingen justificar con falsa necesidad energética, exigente de megalomanías agresivas, corrompidas, inanes, la línea a 400 kV Soto de Ribera-Penagos-Güeñes-Itxaso, que nos parte en dos u otras muchas de cancerígena tensión que cuartean nuestra tierra, pistas, subestaciones en Penagos, Aguayo, Solórzano Labarces, Cicero,…, no planificadas que, de nuevo, no son gigantes sino molinos de viento que, si no nos defendemos, nos devorarán; debiendo luchar contra ellos refugiado en tres hitos, el Rilke que explicó cómo “la única y auténtica patria del hombre es su infancia”, advirtiéndonos, sabio, “no creáis que el destino sea otra cosa que la plenitud de esa infancia”, el grito de Berger, ¡Puerca tierra!, sabiendo que, ya tantos años -y lo que queda- hemos parado el cruel, atropello eólico, sabremos impedir, siempre, cosas peores, apoyados en poemas como Hold Everything Dear, epitafio del británico: “Las palabras, / el pan, / el niño que busca las verdades tras la puerta, / el anhelo de comenzar juntos de nuevo, / animales ávidos dentro del parlamento del mundo, / la gente en el cuarto, la gente en la calle, la gente. / Cuida todo lo que amas” y, también, la música de quienes como Chuck Berry, rockero gigante negro que, cuando Franco y después, hizo danzar a toda clase de blancos y, en “Johnny B. Goode” o “You never can tell“, “Nunca puedes saber”, nos explicó la vida, enseñanza que, hoy -tan viejo como yo- prolonga, blanco, Bruce Springsteen y con todo ello espantar la evolución de los Oscar Puente.
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