miércoles, 20 de marzo de 2019

Deconstruir el procés (10) Trapero, el mito Fernando Merodio ALERTA 20-03-2019

Deconstruir el procés (10)
Trapero, el mito
Fernando Merodio
ALERTA 20-03-2019
A José Luis -así en castellano se identificó él en el juicio- Trapero, al que la mitología independentista llamó en algún momento Trap-Hero, mayor de los mossos d'Esquadra, máximo grado de la policía catalana en el procés, le asistía la posibilidad legal de evitar el riesgo de perjudicarse al tener pendiente un juicio por rebelión en la Audiencia Nacional, pudiendo eludir la obligación de testificar, pese a lo cual y por razones solo suyas, declaró -ignoro si se benefició- y, como dicen los medios, pasó de héroe/mito a villano independentista en una sola jornada, tal como resumía en un tuit Mireia Boia, de la CUP, "Bé, acaba de caure l'heroi de Catalunya", "Bien, acaba de caer el héroe de Cataluña"; así construyen/destruyen sus héroes/mitos los iluminados.
Inició su declaración poniendo el "respeto a la convivencia" por encima incluso de la obediencia debida a la orden judicial de desalojar y cerrar los centros de votación, con lo que forzó a suplirle en el cumplimiento de esa obligación -mal y a destiempo- a las fuerzas de seguridad del Estado, "fuerzas de ocupación" para sus superiores políticos, superiores a los que, según dijo en el juicio, planeó detener, pues el Gobern conocía el riesgo de que la ilegalidad aumentara la violencia y veía a los mossos d'Esquadra como una policía que, bajo órdenes políticas, podría proteger con coacción (i)legal el plan delictivo; reforzaba con ello lo declarado por sus subordinados, que esos políticos sabían que al promover la consulta vulneraban la ley y se servían de la población llevándola a votar algo ilegal, inviable y forzado.
A preguntas del presidente Marchena, asistido del derecho y la obligación de pedir las aclaraciones que entienda precisas sobre los hechos en que basará el fallo, el jefe de los mossos amplió que él había advertido a los políticos -Puigdemont, Junqueras y Forn- del riesgo de que crecería la violencia si seguían incumpliendo la ley.
Se construye día a día la sentencia sobre una prueba con garantías legales e inusual transparencia -se televisa el juicio-, mientras se desmorona el mito levantado sin base en torno al valioso viaje a Itaca que, con letra de Cavafis, cantó el hoy envejecido/enloquecido Lluis Llach, el mismo que ayuda a prostituir el rebelde canto de "L'estaca", que no le pertenece, pues ahora es, de pleno derecho, de los que -con razón, pundonor y riesgo- la entonaron como arma en contra del franquismo.

Fuera del solemne salón del juicio, refuerzan a España como democracia -a lo que, hoy por hoy, no le veo mérito- la latosa plaga de ilegales banderas estrelladas que, atónita, siguió por Madrid la "policía del Estado opresor", un viaje a no sé donde para no sé qué que pagamos todos, en el que no intervinieron ni los municipales, ¿notarían el desdén? Las banderas son nocivas, en especial éstas por ajenas al contrato social, querer imponerse y dar más la tabarra que las rojigualdas legales.

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