sábado, 18 de enero de 2025

Lo cotidiano.87 ¡Acuso! Fernando Merodio 18/01/2025

Lo cotidiano.87

¡Acuso!

Fernando Merodio

18/01/2025

No soy, evidente, Émile Zola, pero ello no me impide acusar como él y por ende, al desconocer un medio que quiera difundir acusaciones severas contra el sistema, como el 13/01/1898, otro tiempo, hizo el diario L’Aurore con sus serios cargos sobre el “caso Dreyfus”, publico en este blog -o como se diga, casi- clandestino una meditada -y vivida- acusación contra algo que -más grave que aquello- sucede aquí en el ahora de Sánchez y me empuja a ello, junto a un áspero y ya largo desaliento que, con fatiga, combato, la lectura de una reflexión sobre “Viejos y jóvenes de la izquierda española” que al filósofo Santiago Alba Rico, 14 años menos viejo que yo, difundía el pasado jueves el panfleto que, a diario, compro solo para recortar a El Roto, reflexión sobre un -casi- imposible debate acerca de si, cuando jóvenes, los viejos de ahora “(…) leíamos más, nos rebelábamos mejor, peleábamos más nuestros derechos, éramos más de izquierdas” que los de ahora y veo que su caso es distinto al mío, pues el nació en 1960 y yo en 1946, ¡hasta entre los viejos hay clases! y, mientras los de su edad necesitaron “al 15-M y al primer Podemos para incorporarnos a un ‘sentido común’ oceánico (…) que nos permitió, por primera vez, hacer política en serio”, quien tras vivir “lo de Franco”, intentó rodear y ocupar el congreso y participó, con fatiga, en las “marchas por la libertad” contra una política que no le representaba- intuía lo que venía, si bien, eso sí, lo mismo que él, siendo -un poco- más antiguo en la “política en serio”, “el batacazo fue luego mayúsculo”, recordando cuan duro fue aquello y lanza una seria pregunta -que no espera respuesta-, ¿el batacazo fue por culpa de Sánchez, Iglesias y demás “siniestros” o, por contra, reputa lo que ellos hacen "política en serio" y solo se queja del cajón de sastre que es la “extrema derecha”? Acaba citando 15 nombres -sólo pongo cara a una- hasta 40 años más jóvenes que él y dice que -esos 15- hacen política “más sensata, horizontal y democrática” que la suya, para concluir su reflexión con un corolario -que parece- brillante, pero no comparto, pues dice que él fue parte de “una minoría bastante fanática en una transición a la democracia” -y mi gente, no fanática, solo necesitaba, no teniendo muy claro lo de “la democracia”-, añadiendo que, hoy “nuestros hijos son una minoría democrática en una transición a la dictadura” y tampoco es eso, he dicho qué pienso sobre esa democracia y la dictadura  -antigua- que espera -dice- a los jóvenes; todo ello, lo explica muy bien, en El diablo y dios, Jean-Paul Sartre y, a partir de ello, ya muy viejo, si se me permite, no juzgo y se lo dejo a los que opositan fácil, se ven capaces y parece gustarles, yo  ¡Acuso!

Emociona, simplemente, pensarlo

Distinto de Zola, mi incriminación no va dirigida, le desprecio, al capo de lo que sea esto, al que, hoy aquí, considero principal agente de los duros hechos que vivimos en manos, siempre, del 1%. ¡tan claro ahora en los USA!, (pre)ocupado solo en usarnos él y su -extraña- familia, no teniendo duda -leí algo a Freud- de que tal sujeto es un claro sociópata que, en el peor sentido, acumula -por vueltas que le dé, no lo entiendo- un enorme poder bastardo sobre una sociedad a la que humilla con saña y sé que va a ser muy difícil librarse de él que, lo veo muy claro, su pulsión suicida no atiende nada que no sea lo suyo, lo de su familia y su siniestra, incomprensible risa boba, hoy clonada en todo el que, en la mercantil PSOE, quiera pintar algo.

El Roto 14.12.2024

Hasta se le parece y, como buen hortera, también le gustan las “cositas” en la solapa

Reproduzco a Zola para explicar por qué ¡Acuso!: “Puesto que ellos osaron, también osaré. Diré la verdad, puesto que prometí decirla, si la Justicia, regularmente sometida, no lo hiciera plena y enteramente. Mi deber es hablar, no puedo ser cómplice. (…)” y, tras narrarlo todo con valor y detalle, acababa diciendo que “la verdad avanza y nada la detendrá”, pues Zola creía, optimista -no existían los serviles medios actuales, ni las redes sociales de Elon Musk y cuatro- que “uno encierra la verdad bajo tierra y amontona allí una fuerza explosiva tal que el día en que estalla hace saltar todo con ella”, y hoy -al menos aquí- todo ello es falso, pese a lo cual, sabiendo con John Berger y Juan, 4.39, que “Otros se fatigaron para que vosotros os aprovechéis de sus fatigas”, me enseñó Unamuno que la fatiga es precisa, en sentido de lucha, desafío, agonía, para, casi siempre, la felicidad de los logros más humanos.

El Roto 29/11/2024

Y mejor, incluso, si se va con los ojos cerrados

Dicho lo dicho, empiezo mi alegato por arriba y a ver dónde acabo:

Acuso, paradigma, a los USA por hacer lo que, henchidos de poder impune, han hecho y hacen con los parias de la Tierra… como con el resto, por sus leyes canallas para elegir un presidente delincuente convicto muy peligroso y porque ello no es lo peor; de China, Rusia, India,… no hablo, pues me caen muy lejos y no sé casi nada.

Acuso a la UE por inactiva inepta, por ser aún más corrupta y cara que España, por haber colocado en no sé qué inane puesto con un sueldo -muy, muy- alto, altísimo y todo el poder que le dejan los lobbys del capital a la delictiva “miembra” de un clan.

Acuso a los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial por -solo- dispensar las migajas que les dejan -cada día más evidentes- los que administran y reparten el poder.

 Acuso a España por no ser -miente la Constitución en su artículo 1- un Estado Social Democrático de Derecho, porque la Soberanía Nacional no resida en el Pueblo, del que no emanan los Poderes del Estado, por no garantizar Libertad, Justicia, Igualdad y Pluralismo Político y porque, a los 46 años de su promulgación -conviene al que manda- ignoremos aún qué son Democracia, Estado, Nación, Soberanía, Pueblo, Poderes, Libertad, Justicia, Igualdad,…

Acuso al Poder Ejecutivo por estar preso de una mercantil -no un partido político-, sometida al capital, que hoy se llama PSOE y ayer y mañana por otra que es -no lo dudo- casi igual que ella en lo esencial..

Acuso al Poder Legislativo por dar vergüenza la simple visión de sus miembros -y miembras-, elegidos en las listas de mercantiles, no partidos políticos, y ver lo que legislan para quienes los mandan… y cómo (res)guardan migajas para su empresa.

Acuso al Poder Judicial por ser vitalicia casta -casi- impune que, tras una selección ilógica, injusta, clasista, endogámica, -casi siempre- política,… que, además olvida, ignora cómo -en lugar de forma para favorecer a la mínima parte que manda- la Ley es única solución de fondo para garantizar a todos Libertad, Igualdad, Justicia,…

Acuso a todos nosotros por dejar -nuestra mejor arma- la Justicia en manos de jueces que -muy- jóvenes y con un -flojo y demediado- título juzgan porque quieren tras aprobar -fácil también- una prueba empollona y, luego, se organizan políticamente

Acuso a mi mismo por poder hacer tanto y ser tan poco activo.

Coda -de momento- final sobre lo concreto, los nombres y apellidos, lo próximo.- Lo echo en falta, dudo y veré si, en el futuro inmediato, se puede hacer algo al respecto.

El Roto 18.01.2025

De hoy, resumen perfecto… de lo que hay que evitar como sea

sábado, 11 de enero de 2025

Lo cotidiano.86 Franco no ha muerto Fernando Merodio 11/01/2025

Lo cotidiano.86

Franco no ha muerto

Fernando Merodio

11/01/2025

22 noviembre 1975, Rosa y yo teníamos un hijo de 2 años, esperábamos otro y, ¡vaya panorama para quienes trataban de iniciar una vida con dialéctica sana!, dos días antes Franco, “dictador” para unos pocos, asaeteado por tubos moría en la cama del hospital, ¡manda…!, La Paz, tras meses de todos los muy graves achaques posibles, un infarto, un fallo multiorgánico, un trombo en una pierna,…, y, además, lógico al ser él tan tóxico, una septicemia, sin duda vírica, bacteriana y micótica al tiempo, infección generalizada, de similar gravedad a la de la horrible situación que, entonces -y después, al menos hasta enero de 1977 y el crimen de Atocha- sentían, por desgracia, muchos menos de los necesarios para haber liquidado antes, rápidos, lógicos, justos, tal situación, un día, aquel 22/11/1975, en que, siempre lenta y mísera, la PSOE, El socialista -o lo que aquello fuera- titulaba con retraso y no sé qué es peor, si con el alivio cobarde de quien, con procaz (des)vergüenza, sale de un asueto de 40 años o con el rencor, odio de quien, aquiescente, ha sido humillado, ¡Al fin; ha muerto!, con punto, coma y una larga pausa que, seguro, entonces era de, ¡uf!, alivio, y lo leí estupefacto, pues las víctimas que -más- sufrieron la represión, daban otro grito: ¡Me cago en…! ¡Qué poco valemos! ¡Ha muerto en la cama!

Inicio del “Franco ha muerto” y última frase de su mensaje escrito a “los españoles”

Ante el lacrimógeno discurso de Arias Navarro, “Carnicerito de Málaga“, último y más inepto presidente de los gobiernos del -cierto y para demasiados- “invicto caudillo“ había ideas diversas, heroicas las de unos pocos, temidos comunistas, auténticos demócratas convencidos de que la “reconciliación” llevaría, derribado el sátrapa, a una sociedad libre, justa, igualitaria en la que triunfarían, lógicas, las -buenas- ideas de Marx y en el otro plato, inclinando el fiel de la balanza, la gran mayoría de silentes, cobardes, fieles,…, que de todo había, ajenos ayer a lo que, tan progresista hoy dice el Sánchez de, junto a cosas aún peores, Begoña y su hermano, haciendo sonrojarse a quienes, como pudieron, vivieron dignos aquello no siendo, además, muy tontos, viendo que lo único que daba color a la España de “los grises” eran, junto a leer -la censura era lerda- y oír música, el Madrid de Di Stéfano, Puskas y Gento, Bahamontes, Timoner, cuyos triunfos exudaban estima y pare usted de contar, alardeando ahora de cómo, valiente menos en Valencia y ante los tribunales, sacó con alharacas unos astillados huesos de donde estaban, bajo una pesada losa y. ahora, tras los hechos de -salvo a Suárez que, fiel a sus promesas, respetó al PCE- González, Aznar, Zapatero, Rajoy y ¡el actual, en caída libre!, selecta evidencia del -aún más- estéril esfuerzo personal hecho para bajar del caballo al gordo general poco (est)ético, ninguno con dotes que no fueran infundada ambición y justificaran lo que -burdos- vendían, todos tan poca cosa que no han dejado un poso personal mínimo que no hieda, una economía que en 50 años ha mejorado nuestra calidad de vida menos de lo que, desde la “república”, hizo el déspota en 40 años, un capitalismo global y un paro estructural rampantes, una educación y una sanidad públicas que decaen famélicas, una vivienda caótica, en alquiler o venta, una justicia penal que se quiere adecuar -aún más- a sus problemas y los familiares, una juventud pegada a maquinitas que destruyen cerebros y traen, amenazante, la I.A., una pareja aniquilada por ricas ”comunistas” antidemocráticas sacadas de… ¿dónde?, una burocracia mayor y peor que la de “vuelva usted mañana”,…; lo dibuja El Roto mostrando, sabio, a un hombre calvo que, arrodillado junta a una mesa con mantel y copas medio vacías, arrastra con la mano, en el suelo hacia un recogedor, virutillas, al tiempo que dice: ”Vamos bien, las migajas ya son mayores”. 

Así de profesional era la “gristapo” de Fraga que, a veces, usaba pistola… Ahora es más sutil

Todos, (in)conscientes, nos debiéramos alimentar del saber estoico del esclavo Epicteto que en su libro “Manual de vida” y con poca querencia a escribir nos dijo: “Fija para ti mismo una fórmula o modelo que mantengas, ya estés solo o acompañado de otros” o “Prescríbete estas cosas como leyes y ten por impiedad el traspasarlas, que no te moleste lo que alguno diga de ti, pues esto no está ya en tu arbitrio” o, igual, lo que el emperador Marco Aurelio, decía en sus “Meditaciones”, por ejemplo, “Es ridículo no tratar de evitar nuestra propia maldad, cosa que es posible, pero sí tratar de evitar la de otros, cosa que es imposible” o “Penetra en el interior de sus facultades rectoras y verás qué jueces temes y que tipo de jueces son para sí mismos

Ignoro quién alimenta a quién -pero sé de dónde se nutren ambos- y el pasado 9 enero me sentí amenazado por Sánchez y la biblia “liberal-progresista” con los fastos de quien “¡Al fin; ha muerto!” para, heroicos, luchar contra el “avance del totalitarismo”, siendo que, ambos malvados, ignoran u ocultan, como explica el libro “El fascismo nunca ha estado muerto”, de Luciano Canfora, historiador emérito italiano, que “la categoría ‘fascismo’ puede ser ampliada indefinidamente hasta hacerla coincidir con otra categoría omnívora, ‘totalitarismo’, es decir, hasta que deje de tener significado alguno”, y lo hacen para no perder los pocos -míseros- votos de ERC, Junts, PNV, Bildu,…, “progresistas” todos que, deduzco a partir del propio Canfora, son parte en realidad del “núcleo del fascismo (…) el supremacismo racista en cuanto punto terminal de la exaltación constante de la propia nación, percibida como ‘comunidad natural’”, explicando, por ejemplo, cómo Mussolini, tan culto, despreciaba a Hitler y su alegada superioridad racial, afirmando que “ellos no conocían la escritura cuando nosotros teníamos a César, Augusto y Virgilio” ¿Qué se puede decir que no sepamos ya todos sobre la superioridad genética pura que, mezclada con unos pocos votos, siempre han tenido -y tienen- sobre el resto los -corruptos como nadie- zorropitecos de territorios próximos? De eso sí convendría debatir en -muy-  largas jornadas, para no olvidar que el peor totalitarismo reciente fue el nazional-sozialismo.

Coda sobre el daño que causa un sociópata.- El psicópata carece de, al menos, partes esenciales del superyó freudiano que, desarrollado en la infancia, es conciencia moral, normas y valores transmitidos, en especial, por la familia, haciendo que un superyó débil o ausente no interiorice las normas sociales, muestre desprecio al resto, carezca de empatía y, sobre todo, de remordimiento, dando forma ello a la sociopatía que, no expresamente tratada por Freud, es profunda falta de respeto a lo que es bien y mal social, egocentrismo salvaje que, ajeno a sentimientos y derechos del resto, llega en su desvarío a, si puede, cosas como pactar -solo por sus votos- con lo peor del nazionalismo, pretender que perdamos un año reinventando a Franco, utilizar y cargarse -aún más- el fútbol, intentar cambiar normas tan sensibles y garantistas como las penales sólo a su interés… o el de su familia.

El Roto 11/01/2025

Colofón de hoy: descripción exacta de la “valentía progresista

sábado, 4 de enero de 2025

Lo cotidiano.85 No es tiempo para correr por correr Fernando Merodio 04/01/2025

Lo cotidiano.85

No es tiempo para correr por correr

Fernando Merodio

04/01/2025

Con envidia sana, he vuelto, como espectador, a la “San Silvestre” del Sardinero siendo que, desde hace años, no corro por correr ni releo con el antiguo placer los libros que sobre por qué y cómo hacerlo escribió George Sheehan, columnista de Runners World, cardiólogo y, en especial, corredor de fondo al que conocí en una maratón de New York a mediados de los pasados ochenta que, nacido en 1918, moría en 1993 de cáncer de, ¡uf!, próstata y gustaba -podía- correr tan  rápido que cumplidos cincuenta hacía los mil seiscientos nueve metros de la milla en 4’ 47” y 6 décimas, récord del mundo para su edad y, casi hasta morir, corrió todos los años, entre otros, los 42.195 metros de Boston y, sabiendo que, en sentido usual, Sheehan no es filósofo sé también que filosofa quien, como él, adulto, se pregunta cosas serias de la infancia, así que, incluso ajeno a ciertas ideas suyas, con un síndrome compartimental en el gastrocnemio, gemelo derecho que me impide correr y a distancia sanitaria de los -que dicen- políticos y de, horrísonos, TV, radio y prensa, vuelvo a aquellos libros que me ayudaron a aclarar dudas de niño, ahora, mareando ideas poso de años, en dura soledad e, insisto, no corriendo como antes por correr, pero aún preocupado por ciertas cosas que interesan a quienes viven la vida como  una carrera de fondo.

Mucho más natural, humano y serio de lo que algunos -cortos- piensan

Aconsejaban esos libros no olvidar que, “cuando hablamos de correr -o de la vida- estamos hablando de juegos”, cosa seria que, ajena a la lógica, debe serlo también a cualquier propuesta utilitaria, egoísta, juegos que existen solo por y para sí mismos y hacen que, “cuando sometemos este aspecto lúdico a la función de promover la buena forma física y evitar los infartos, estamos convirtiendo el oro en ganga”, recordándonos que, tal como (de)muestran muchos cuentos de la infancia, elegir tesoros y éxito en lugar de una verdad esforzada lleva -siempre- al fracaso y para que sea bueno correr, al hacerlo “debemos eliminar todo aquello que sugiera practicidad y utilidad; lo que tengamos que hacer deberá ser divertido, impráctico e inútil o de lo contrario, no lo haremos nunca”; era clave, pues, la idea de jugar, no de correr porque nos parezca práctico sino, al contrario, porque no lo es y no hacerlo porque nos haga sentirnos mejor, sino porque no nos importa cómo nos sintamos, “pues nos interesa y absorbe tanto que ni tan siquiera reparamos en ello”; lo decía Sheehan, corredor filósofo y yo estaba muy de acuerdo, por lo que durante tantos años corrí por correr, a diario, todos los días, sin lesiones y disfrutando, creándome a partir de ello una imperceptible -e impagable- conexión con otras cosas menos lúdicas de la vida, lo que -acaso- es razón para que, casi octogenario, dañado y poco lúdico, haya llegado a la conclusión de que no es éste -el de aquí ahora- un mundo para seguir corriendo -sólo- por correr.

No tuve -ni tengo-, sin duda, físico de corredor de fondo, no soy estrecho sino ancho y el cociente entre mi altura en centímetros y mi peso en kilogramos es muy inferior al 3,18 que Sheehan considera adecuado para ello, pudiendo ser míos, en cambio y con reparos, rasgos del carácter introvertido, solitario, gruñón o soñador del “fondero”, que hicieron que un día, hace muchos años, sucumbiera al mercado y me calzara unas -vitales- zapatillas caras, saliera a la calle y corriera -no solo delante de “los grises”- por correr en compañía de otros o, sobre todo al final, solo, siendo más de 30 años de correr libre, sin reglas ni controles, un correr que, dice Sheehan, me unió “con las fuentes de mi inspiración, mi creatividad y mis ráfagas de comprensión intuitiva”, me permitió vivir, sin buscarlas, reales aventuras de mi cuerpo en el -por decirlo de algún modo- entrenamiento para correr sin otro objetivo ni obligación que no fuera llegar, lo que solo me exigía fijar, de forma libre y voluntaria, mis límites, cumplir las serias reglas de la distancia a recorrer, el tiempo para hacerlo; actividad que me permitió que el resto fuera inane y, en el caso de las muchas decenas de maratones concluidas, compatibilizar el placer del juego con la monotonía, aprender que llegar más de una hora después que el primero era muy compatible con la emoción del triunfo, incluso con el deseo de abrazar a todos, sensaciones habituales antes y después de correr rebosante de adrenalina y endorfinas, sensaciones casi -solo casi- iguales al sexo cuando se cruza, feliz, la línea de llegada exhausto, agónico en el sentido de lucha que Unamuno daba al término.


El Roto 31.12.2024 y 01/02.01.2025

Anima a no correr por correr y hacerlo por otras cosas

Si se corre por correr, la maratón es una carrera larga, dura, agónica que, sin duda, genera un cansancio hondo, denso, húmedo, dolorosa hasta el tuétano; una carrera que, pese a ello, es soportable; mientras correr para ganar, pienso, será otra cosa, muy exigente, con reglas demasiado exactas, objetivas, prefijadas, cronometradas, medidas por árbitros con precisión máxima, entrenadores que hacen útil el esfuerzo o patrocinadores que, pues pagan, exigen y que no corriendo por correr obliga a una preparación seria, disciplina, extenuante esfuerzo máximo, siendo prueba típo los 1.500 metros, equivalencia olímpica a esa británica milla que, cuando no corría por correr, tan rápido hacía Sheehan, carrera de medio fondo a cuyo final las piernas están tan rígidas que sólo de forma refleja atienden órdenes del cerebro, sin oxígeno, con las sienes doloridas, la sangre latiendo deseosa de escapar por lo más alto del dolorido cuerpo, el pecho, a punto de estallar, ansioso del aire que no llega al ritmo que los pulmones piden, adrenalina y endorfinas que, otras veces placenteras, generan un sabor de boca amargo, seco, insatisfecho y anhelante, una carrera que, hermosa, me remite a obligación y amor propio.

Es, por ello, la idea del -ajeno a mí- 1.500, no lúdico ni placentero, que no es juego sino esfuerzo, exigencia fiera, competir, eliminar todos los kilos de -en cantidad lógica, útil- grasa, elevar en exceso el cociente altura/peso, aflorar los abdominales que el joven ocultó corriendo por correr la que hace que un -casi- octogenario, aún fuerte, aproveche que puede ser bueno dejar el juego, utilizar la fuerza y fondo adquiridos con él para competir de nuevo, volver a la pista del circo, intentar ganar a algunos… y ganarlos, pugnar con disciplina y esfuerzo hasta hacer mutis por el foro en un final agónico y, al tiempo que lo pienso, la bella poesía de Bruce Springsteen me dice Born to run y me recuerda la obligada fatiga previa a lograr los sueños: “Algún día, no sé cuándo, / alcanzaremos ese lugar / al que deseamos llegar, / y caminaremos hacia el sol. / Hasta entonces, cariño, vagabundea con nosotros. / Hemos nacido para correr”. Llueve lento, sudo el esfuerzo de no correr, escucho al boss y llego a la convicción de que, acompañado por la escritura, la lectura y la música, tras haber corrido con Sheehan y perdido la compañía de Rosa, todo acaba siendo coherente ayuda para generar la eficaz, radical cotidianeidad de, nacidos -yo, al menos- para correr, ser conscientes de que se puede -y debe- hacer de muy diversos modos, hasta llegar al dulce final que pudiera simbolizarse en el aria de Pearl Fishers, Pescadores de perlas, cantada por Dave Gilmour, Pink Floid.