martes, 28 de mayo de 2019

Deconstruir el procés (29) Nulidades e inmunidades Fernando Merodio ALERTA 29-05-2019

Deconstruir el procés (29)
Nulidades e inmunidades
Fernando Merodio
ALERTA 29-05-2019
Atravesamos la árida fase procesal de practicar la prueba de documentos, que algunos periodistas, difusores parciales del espectáculo que mezcla justicia y política, ven tediosa, siendo en realidad fase complicada, capital para, además de evitar excesos y acumulaciones innecesarias, impedir que un mínimo error en su práctica, mechado en el futuro con legalismos que pueda tejer a su favor el interés de parte, dé lugar a recursos, solicitudes de nulidad y, lo peor, graves daños en el interés general; es obligado, pues, y de agradecer el prolijo afán que muestra el juez Marchena al practicar tal prueba, aunque con ello aburra a acelerados y amantes, no de la justicia, de las emociones fuertes que dan titulares.
En el feroz y feraz siglo XVIII, Montesquieu, poético, ilustrado y racional, decía que, dada la tremenda concentración de fuerza en los tres poderes -hoy, más que ellos, manda el capital-, para el sano ejercicio de lo público es preciso que, como por ahora, y espero que hasta el final, está haciendo Marchena, "por la disposición de las cosas, el poder contrarreste al poder", lo que, experto, sin retórica pero muy didáctico, en el mismo tiempo revolucionario, el abad de Sieyès expresaba diciendo que "toda sociedad en la que la garantía de los derechos no esté asegurada y la división de poderes no esté determinada, no posee constitución", por lo que, el trámite de juicio y, especialmente, su fallo nos darán la medida de la fiabilidad del -útil para el débil- vilipendiado Estado español.
Tiempos de cambio, peligrosos, y Daniel Innerarity, filósofo que se dice tan vasco como europeísta, colaborador habitual de El País, número uno a Bruselas de Geroa Bai, integrada en la coalición Europa Solidaria, se muestra -bonita teoría y, para la mayoría, peligrosa práctica- tan "reacio al independentismo mágico como al poder anacrónico de los Estados", lo que hace muy difícil entender, aún leyéndole atento, qué poder extraño será el que, en estos momentos, mantenga a Europa unida en la sociedad que él ve -tan aparentemente idílica en teoría como falsa y sin base en la práctica- "de ciudades, de regiones, de universidades, de redes", que hace que su conclusión sea que "el Estado español soberano ya no existe" y que "sin fronteras, moneda propia y ejército, es un anacronismo hablar de indisolubilidad" ¿No debemos pues, pregunto al filósofo, cumplir ya las normas del contrato social que aún nos vincula para convivir?

La dura realidad es que el juicio avanza mientras, por ejemplo, Oriol Junqueras, elegido ahora parlamentario europeo, pretende lograr inmunidad frente a la ley española, pero Diego López Garrido, constitucionalista poco sospechoso para él, explica que, a tenor del artículo 9 del protocolo sobre Privilegios e Inmunidades de la Unión Europea, único aplicable, su inmunidad desplegaría sus efectos el 2 de julio a las 10 horas, cuando él ya tendría suspendidas sus funciones como europarlamentario por la norma española, para Europa única aplicable al caso. Eso es lo que hay.

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