domingo, 27 de enero de 2019

36 Los domingos, cavilar Tartufo, la sartén y el cazo Fernando Merodio 27-01-2019

36 Los domingos, cavilar

Tartufo, la sartén y el cazo

Fernando Merodio 

27-01-2019

Jean-Baptiste Poquelin, Molière (1622-1673), dramaturgo francés, fustigó en su obra toda clase de supercherías, sobre el saber de una ciencia, la cultura, la riqueza propia,... y con el célebre Tartufo centró su ataque en la hipocresía con fin egoísta, un reproche que en la inestable sociedad española de 1969, no la ñoña de hoy, vivió para gozo de la frágil izquierda cultural la incisiva versión de Enrique Llovet y Adolfo Marsillach, que dejó en la pequeña historia el certero estribillo de la poetisa argentina María Elena Walsh, valorado como una crítica al Opus Dei y la tecnocracia que entonces mandaba junto a su enemigo Fraga Iribarne, cancerbero importante de la dictadura, motivo, quizás, de que éste desde (in)Cultura y Gobernación, mirara hacia otro lado y permitiera la que parecía inocente canción, “¡Ay! ¡qué vivos son los ejecutivos!, qué vivos que son, del sillón al avión, del avión al salón, del harén al edén siempre tienen razón y además tienen la sartén, la sartén por el mango y el mango también”, cancioncilla que entonces sonó a poco menos que la revolución, estribillo actual, aplicable, con mucho más alcance y enjundia, a la guardia de corps del gran capital, abogados del Estado, ingenieros de caminos, altos magistrados,... y, en especial, a la dirigencia de los 35 del Ibex. 

Del resto, de nosotros, escribió Galeano que “sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen”, pues para los nadies solo hay buena suerte cuando se pelea con fatiga; miro, veo, estoy, canjeo ideas, leo, oigo música, ahora hablo poco, selecciono, dudo en exceso y, a mis muchos años de desasosiego por haber vivido, me cargo de cabreo.

Eso que ocurre a casi todos nosotros, los nadies, que con tal precisión describe Galeano, no es mero azar o combinación de hechos o causas imprevisibles sin propósito previo ni vínculo causa efecto o intervención humana que lo determine, nos lo estamos ganando a pulso; tampoco lo es que los alguien, unos pocos -en apariencia- difusos y neutros, no sueñen ni esperen que les llueva buena suerte pues, procaces y altivos, saben -creen cierto- que todo lo que puedan querer en cualquier momento ya les pertenece... aunque lo esté usando otro o sea de todos, se sienten seguros, tienen experiencia; nos los merecemos.

Obscena exhibición de la Gran Mentira, asistimos atónitos a lo cool que resulta alardear de qué es tener la sartén por el mango y el mango también; una alta empleada de Banco Santander que, ¡oh casualidad!, se apellida Botín y se llama Ana, con descaro impune, quiere mantener vivo uno de los indecentes culebrones generado por los suyos que avergonzaría -casi impediría salir de casa- a los nadies e impugna públicamente que el juzgado de lo mercantil nº 9 de Madrid haya adjudicado la freudiana Ciudad Financiera del banco por 282,3 millones de euros a Sorlinda Investment, sociedad de otros alguien que realizaron la mayor oferta en el concurso de la arruinada Marme a la que en 2008 la tal Ana Botín, que hace negocio con dinero de otros, lo había vendido por 1900 millones, ¡plusvalías!, tras haberlo construido en terreno rústico con la impagable -pero bien pagada- gestión de Leopoldo Arnaiz, arquitecto tramposo de Boadilla del Monte, Madrid, el ayuntamiento del "albondiguilla", epicentro de Gürtel; a la alta empleada del banco con sociedades offshore en paraísos fiscales como Nort Star Overseas Enterprises, Swissindependent Trustee, Tinre Stablisssement, diversas Santander Investment y Abbeys, Cherokee Bay Limited,... decenas o cientos de nombres extraños y un sinfín de fundaciones y trusts en paraísos fiscales como islas de Jersey, Liechtenstein, Luxemburgo, Bahamas, Bermudas, Panamá,..., testaferros y "conseguidores" habituales,..., le parece ¿ilegal?, ¿injusta?, ¿inmoral, acaso?, ¿poco ejemplar? tal adjudicación a una sociedad, ¡escándalo!, de las islas Vírgenes, paraíso fiscal, en lugar de ser para ella -mucho más barato- lo que construyó con trampas "su banco", vendió por 1.900 millones, mantiene arrendado, le es insoportable que no la permitan prolongar el momio por 232,2 millones; gráfico ejemplo de pringosa sartén que reprocha a un cazo que se acerque y la tizne.

Urge investigar -¿quizás los fiscales y la policía?- qué hace en la Cantabria del lenguaraz y líquido Revilla, PP, PSOE, Podemos,...., tramitando las dos modificaciones -urbanística y de usos- y la concesión ilegalmente aprobadas en el muelle Albareda a fin de calzarnos la mole que pierde costra cerámica o jugando peligrosamente con el PGOU de Valderrebible -Val de ripa Iberi, valle de la ribera del Ebro-, paraíso -hoy más que del arte rupestre- del apetitoso y sucio negocio del fracking, lo eólico que el sagaz arquitecto revuelve,..., y otras actuaciones de similar sospechoso pelaje que ha desarrollado -y aun desarrolla- el ubicuo Arnaiz.

La que fue ejecutiva desde casi niña, hoy quizás con problemas, se queja además del trato fiscal que se da a sus nuevos y duros rivales, las empresas tecnológicas, y en el discurso inaugural de la Conferencia Internacional de la -pobrecita- Banca, ante directivos, fondos de inversión, reguladores financieros,..., igualitaria y altruista, exigía "normas fiscales justas (¡) para que cada actor pague de forma equitativa (¡) los impuestos según la actividad que lleva a cabo y dónde genera sus beneficios (...)"; imborrable e infame momento.

Al tiempo que eso pasa y el banco, la usura, ofende desde su abusiva libertad de expresión y muestra lo útil que es tener la sartén por el mango y el mango también, un grupo de los nadies más nadies, ocho ninguneados, despedidos, hoy inexistentes,... mineros nos daban ejemplo de lo que es importante, se jugaban la vida y ponían todo su valor y conocimiento para ayudar, echaban, no una, todas sus manos a un desdichado niño y sus aturdidos padres, a todos nosotros, el resto de los nadies; ignoro -y no me importa- si han cobrado por ello, pero si lo han hecho, sea lo que sea, ha sido muy poco para la lección, acaso estéril y vana, que nos han regalado y, mientras otros solo piensan en atesorar el sucio y maldito dinero que ganan haciendo uso de mango y sartén, esos nadies tan ninguneados, despedidos, inexistentes ya hoy,..., esos ocho mineros, han hecho lo que había que hacer, trabajar largo y duro con fatiga y riesgo, en una humana tarea que ha explicitado en que hay que gastar lo que sea preciso del dinero de todos, en lugar de tirarlo rescatando bancos.

Una bella historia de dolor humano, esfuerzo, sacrificio y solidaridad, con un grupo de gente muy valiosa donde, como casi siempre, ha sobrado el exceso de ruido de algunos medios, con su ofensivo espectáculo al servicio del morbo y su negocio; pediría que, ya hecho lo mal hecho, nos ahorren sus tan llamativas como inanes elucubraciones y no hagan sangre buscando mediáticos culpables de lo que fue fruto de la mala suerte y el sistema que ellos patrocinan.

Mientras escribo esto, escucho que un tal Sánchez, presidente accidental con caché de buen encargado de la planta de señoras en una gran superficie, que tiene acreditada, es bien conocido, compulsión alérgica a unas elecciones que justifiquen por qué nos mangonea tanto, socio del Podemos del chalet y la piscina, tumba de la izquierda hasta no sé cuándo, cobista arrastrado de la insana e ignorante codicia por la independencia de no se sabe qué y que ahora oye a lo peor del peor norteamericano, a Trump, y hasta a Bolsonaro, se pliega a ellos y a Felipe González, Aznar y otros que tenían -y quieren volver a tener- sus sucias manos puestas en lo que es solo cosa de los venezolanos, se mete, ignaro, en su vida y no en la de otros más necesitados y, para intentar hacerse una foto en el espectáculo, agarrado al mango de una pringosa sartén, fija, ¡él! un plazo a Maduro para convocar nuevas elecciones. ¡Será ...! 

Muerto Franco hace ya 43 años, quienes tienen como gran tarea, además de ofender al pueblo venezolano, sacar al dictador difunto de su sepultura para depositarlo no saben dónde e ignoran cómo hacerlo, con su tóxica ignorancia inconsciente y sectaria nos están devolviendo a los viejos tiempos de Tartufo, la sartén, el cazo y el mango de ambos.

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