viernes, 29 de diciembre de 2023

Lo cotidiano. 32 Que no cunda el pánico… hay acuerdo (Cuento chino) Fernando Merodio 29/12/2023


Lo cotidiano.32

Que no cunda el pánico... hay acuerdo

(Cuento chino)

Fernando Merodio

29/12/2023

Ha vuelto a contarnos otro cuento chino apoyado en -el diablo de los- números que tan bien manipula las -muy pocas- veces que se digna a -desde su inaccesible púlpito en las ondas- dirigirse a una masa sin posibilidad de, tras el hagiográfico, plúmbeo, populista sermón de autobombo, pedirle rectificación o, al menos, aclaración al bochorno que aquí hoy sufre quien, ajeno a la élite del 1%, no es funcionario de las mercantiles-partidos que usurpan lo que -él dice- democracia y, dada la gravedad objetiva de la situación, para que no cunda el pánico nos insulta con su ridículo cuento sobre un acuerdo en que, mercantiles insisto, PSOE, PP, Evita y sus acólitos -con lenguaje perverso- evitan que a quien “ha perdido fuerzas o aptitudes, o las posea en grado menor a lo normal" se le llame en la Constitución, como hace la RAE, “discapacitado” o “disminuido”, sino, ¡atentos niños!, “persona con discapacidad”, hito “progresista” que cohabita con -y trata de ocultar- el abandono que sufre quien “perdió fuerza o aptitud”, ¡si Rosa hablara!, mientras ellos cocinan, ¡Montesquieu ha muerto!, su receta para más control partidista de lo judicial, o la impar ley de la paridad, o la del populismo peronista de fútiles subsidios para mansos mendigos, o la de auto-amnistía con desigualdad para el resto, logrando así, primordial, que desatendamos el dañino avance del cruel capital; todo ello es, por supuesto, la base del sucio tinglado de Sánchez el Malo.

EL ROTO 02/03/2004
"Y, aún así, seguirían votando"

Al tiempo, en la misma página de “opinión” de El País que acoge, con pródiga -pero útil- reiteración, a un Ignacio Sánchez Cuenca, ofensa al pensamiento que, obcecado, insulta al ajeno a la secta y firma su artículo como catedrático de, oxímoron, Ciencia Política mientras, con los datos que da Internet, sería, solo, profesor, ha aparecido una lúcida y culta reflexión que Monika Zgustova titulaba “¿Por qué somos kafkianos?” que, en el polo opuesto al sermón eufórico, nos identifica -casi- con máquinas, burócratas como Josef K. o Gregor Samsa, “huraños y solitarios a su pesar”, arquetipos de la sociedad actual, “cada día más autista, más tiempo mirando las pantallas de los móviles que conversando con las personas reales”, en la “época nerviosa y caótica” que aquí ahora pastorea Sánchez y “las cámaras acechan en el metro y los supermercados, en las autopistas y las calles, los ojos de los móviles nos apuntan en cualquier lugar, en los aeropuertos hay control de huellas digitales (…)”, lo que nos ha convertido en teóricos culpables en un mundo en que, siendo útil para el “progresismo” que -lo dejó claro con el abuso de la Covid19- no derogará la -ayer execrada- “ley mordaza”, eficaz para que la ministra de Sanidad, ascendida tras sufrir palizas de Ayuso en varias elecciones, impida -al que quiera- fumar en las terrazas.

 "Aunque me apliquen con saña la ley mordaza"

El día de Navidad estuvieron con Rosa -y conmigo- nuestros hijos, el pequeño, pragmático de 47 años, nos trajo una paleta de Guijuelo que no sé cortar o deshuesar y preparar al vacío, mientras el mayor, filósofo de 50 años que algo conoce de mis inquietudes, me regaló un libro ya viejo, de 1994, útil hoy, cuyo título es “El enemigo interior. La guerra secreta contra los mineros”, de Seumas Milne, sobre las muy sucias tramas del “sistema” cuando Margarett Thatcher contra el -ayer poderoso- NUM, National Union of Mineworkers, Sindicato Nacional de Mineros, crueles tramas sociopolíticas aquí ahora evidentes, entre otros, contra quienes, sociedad civil, se entrometen para condicionar el futuro de -vitales, en el más estricto sentido- la generación y gestión de la energía, libro el inglés que un antiguo portavoz laborista introduce advirtiendo: “Nunca hay que subestimar la implacable determinación de la clase dirigente británica -o de aquí, añado-  para destruir a sus enemigos”, en lo que son eficaz -y sumiso- utensilio, siempre y en todo lugar, los medios de comunicación, su lenguaje perverso -o solo falaz, que genera personas y hechos falsos-, simbolizados allí por, rival de Rupert Murdoch, aún vivo, el checo Robert Maxwell, ya muerto, y aquí por quienes sabemos.

Coda farisaica.- La PSOE de Sánchez, mercantil con la peligrosa ética que estudió Max Weber, dice que no gobierna con EH Bildu porque le da grima que aún luzca algo del pelo de la dehesa que le creció al convivir años -¿lo hace aún?- con ETA, asesinos curiles con txapela de su tierra y -¡vital!- el mismo ADN, lo que no le impide, sin encomendarse a dios e ignoro si tras consultar al diablo cambiar, entre otras cosas, sus 4 votos en Pamplona por 6 para que Sánchez siga haciendo el mal, y entrega la ciudad que no ganaron en las elecciones a esa Euskalerría insana -dicen “progresista”- que, con su ayuda, junto a una “independenzia” inventada y hasta hace cuatro días exigida a tiros contra el pueblo, igual que el capital, pretende robar, lo explica muy bien Lenin, territorio comunal de otros.

"Muy habitual, el jueves, entre los de EH Bildu"

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