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domingo, 5 de enero de 2020

86 Los domingos, cavilar ¡Qué deprisa va todo! Fernando Merodio 05/01/2020

86 Los domingos, cavilar 
¡Qué deprisa va todo! 

Fernando Merodio 
05/01/2020 

"Hay algo que es seguro: estos políticos acabarán siendo derrotados por su propia voluntad de ganar a cualquier precio" (Giorgio Agamben "Medios sin fin. Notas sobre la política"). 

"El innominado animal (topo, raposo o ser humano) que protagoniza el relato -'Der Bau', de Kafka- está obsesionado por construir una guarida inexpugnable que poco a poco resulta ser, por el contrario, una trampa sin salida" (Conversación, en 1966, de Agamben y Heidegger) 

EL ROTO 30/12/2019

Valorar lo que aquí ocurre a la velocidad de vértigo y que, sin duda inquieto, muestra El Roto en su viñeta, me parece fácil y permite, a todos, extraer nuestra personal idea, que en mi caso es la de la perturbadora sensación de estar apresado, desde hace tiempo, en las peligrosas arenas movedizas de lo no razonable, lo ilógico. 

Entiendo razonable lo acorde a la razón que, mediante procesos de juicio, permite cavilar -"reflexionar con preocupación e insistencia, de forma profunda y minuciosa, sobre algo"-, analizar lo que interesa e inferir sobre ello y que, en el ámbito del derecho, orden normativo pactado que prefija las relaciones humanas, exigiendo si se quiere alumbrar lo razonable, acudir a un concepto jurídico tan indeterminado como el "principio de razonabilidad" que, útil para arbitrar bretes entre actos/intereses de grupo o individuales, siendo inteligentes y leales ayuda a buscar el sentido común, el "deber ser" mezclando inteligencia, emociones, tradiciones, experiencias, normas,... que nos vinculan; es uso de criterios lógicos que, partiendo de datos de hecho, permite inferir conclusiones lógicas -no seguridades- que ayudan a separar lo razonable de lo que no lo es; un método humanamente inseguro, manipulable por ineptos, que en manos de desleales poco instruidos puede ser muy peligroso. 

Permanecí el día 1 de enero, íntegro, sin salir ni al portal de mi casa, tal es la desazón que me crea la injustificada prisa en abordar cuestiones serias que, siempre, acaba siendo irrazonable y, tras escuchar relajado el Concierto de Año Nuevo dirigido por un letón, me entregué a una larga y kafkiana, pero divertida, tarea, leer íntegra la pesada broma que Pedro Sánchez Pérez-Castejón (dos apellidos vulgares le exigen un tercero) y Pablo-Manuel Iglesias Turrión, la -empresa familiar- PSOE y el batiburrillo de intereses diversos Unidas Podemos-En Comú Podem-IU-Galicia en Común han llamado Coalición Progresista-Un nuevo acuerdo para España, ¡uf!, en 50 páginas sin "razonabilidad", diseño profesional genérico del logo común en el que empresa familiar y batiburrillo, sin duda también empresa familiar, incluyen dos -sentimentales, dúctiles, manipulables- corazones, uno rojo y otro verdimorado, ¡oh!, que suplantan el cerebro, la Razón, guía de las hoy casi olvidadas Ilustración y revolución francesa con su, dolorosa pero necesaria, guillotina a cuestas, que, más prosaico, pocos años después, Karl Marx acompañó de su preocupación por el trabajo, la hoz y el martillo, para llenar los estómagos; es mal comienzo sustituir cerebro y trabajo por sensiblera demagogia. 



Aparecen además en todas las páginas -de nuevo el diseño- dos puntas de flecha encuadradas que, enérgicas, nos dirigen a la derecha -que, sin duda, asocian a crecimiento, avance, progreso,...- y, al tiempo, recuerdan el logo del caído -y muy corrupto- Banco Popular, referencia a las -¿aún odiosas?- hipotecas, en general precisas para pagar una mínima vivienda social o un lujoso chalet con (in)sostenible piscina llena de -bien escaso- agua. 


Tengo muy repetido lo que, con Agamben, opino de los que, como estos "parvenues" de la izquierda sin riesgo, gustan identificarse como "progresistas" e insisto en que lo mismo que "no hay nada más nauseabundo que la procacidad con que los que han hecho del dinero la única razón de vivir agitan el fantasma de la crisis económica", pasma la obsesión de los "progresistas" por "transigir" en lo esencial, ceder en todo, llegando en la lucha obrera a tolerar el capital más infame, conciliar razón con, ¿eso es el corazón?, televisión, libertad de expresión con El Delirio Montañés & Cía, medio ambiente con el crecimiento sin fin que tan progresista Coalición propone, ciencia con opinión abstrusa, democracia con pequeñas hojas, previamente marcadas, para votar,..., no extrañando, pues, que inicien las 50 vacuas páginas de su "memorial de insultos a la inteligencia", sin conformarse con algo adecuado a la situación actual, sino alardeando de que van a situar "a España -¿eso qué es?- como referente de la protección de los derechos sociales en Europa", para, a continuación, agredirnos con un oxímoron de catálogo, "potenciar el crecimiento sostenible", ignorando lo que ahora ya dicen todos los científicos, difunde con fatigoso valor una niña sueca y, ya en 1977, decía el comunista Enrico Berlinguer en "Austeridad", que nuestro crecimiento sin límite es, sin duda, insostenible, lleva a la desigualdad y destruye el planeta. 

Además, al elegir sus socios, olvidan nuestros ejemplares "progres" que, como tan bien se explica en el libro alemán, Juventud sin Dios, 1937, de Ödön von Horvàt y en la película La cinta blanca, 2009, de Michael Hanecke, nada ocurre por sorpresa, el riesgo del mal avisa y, por ejemplo, en los años previos a la dañina explosión nacionalsocialista -nazionalismo y socialismo compinchados- la semilla del mal había prendido y, además de en los dirigentes, "ya estaba presente en niños, jóvenes y educación", advirtiendo Horvàt de cómo, "desde que existe la sociedad humana, no ha podido renunciar al delito por razones de supervivencia, pero los delitos se silenciaban, se encubrían, se sentía vergüenza. Hoy en día están orgullosos de ellos"; lo escribía, repito, en 1937, previo al desastre nazi, y parecía anunciar Cataluña. 

Alardear desleales, como hacen quienes les aúpan por interés, de repulsa al contrato social firmado por todos es preludio de días muy ásperos, avinagrados, cuya pestilencia acompaña ya al silencio general que rodea a esos que, ufanos, alardean de incumplir las normas y, exigen que se cree -exclusivo para ellos en todo el mundo- un derecho inexistente a la autodeterminación, llegando, matones "curas trabucaires", a, como explica en su libro Horvàt, enfrentarse a su propio Dios diciendo: "Sí, Dios es terrible, pero yo le ajustaré las cuentas. Con mi libre albedrío". Sin normas, olvidando que en un Estado de Derecho para, como pide Sánchez Pérez-Castejón, alejar la "deriva judicial" de la política, es preciso, en primer lugar, que los políticos -inmunes, impunes o mediopensionistas- respeten la ley de todos, dejen de delinquir y dañar ilícita y gravemente el futuro de los no sé cuántos millones que, por convención pactada, llamamos españoles. 

El "Nuevo acuerdo para España" es una tomadura de pelo, inventario de intenciones sin fuste, cosas que, sin explicar cómo, la "coalición progresista" dice que hará, inventario merecedor de inclusión en "las enumeraciones dispares, la brusca solución de continuidad, la reducción de la vida de un hombre a dos o tres escenas" que es la Historia universal de la infamia escrita por Jorge Luis Borges, 1933-1934, lleno de planes, mejoras, cuantiosas inversiones, pensiones, salarios servicios, cientos de nuevas leyes,. 4 párrafos sobre la Justicia, 3 líneas sobre el derecho a la información, y 4 plúmbeas páginas enteras dedicadas a "Políticas -paternalistas, no- feministas- para (des)proteger a las -minusvaloradas- mujeres con más leyes -"proliferación normativa sin precedentes que hace perder la legitimidad"- contra la igualdad, hablan del cambio climático sin siquiera citar al capital que lo causa,..., inane/falso documento para cándidos o socios que me parece producto de una noche de un currante fiel puesto ante el ordenador cargado de anfetas, centraminas o algo más fuerte. 

El Manifiesto comunista, 1847, programa de un partido de lucha, en sus primeras líneas decía que era hora de exponer "a la faz del mundo entero sus conceptos, sus fines y sus tendencias, su universalidad", pues la izquierda, "esquerra" en catalán, es internacional o no es izquierda; parece llegado, de nuevo, el momento de que, quienes saben salgan de la cueva y, con valentía en la lucha por la igualdad, usen su base teórica para la difusión y el debate de sólidas ideas que, para empezar por algo fácil, servirían para explicar a Pedro y Pablo-Manuel cuatro cosas y mandarlos a la esquina, donde no hagan daños, castigados con los brazos en cruz cargados con libros hasta que sepan la práctica socialista para el catastrófico siglo XXI; al tal Rufián, metáfora de lo que hay que soportar, que deje de insultarnos a todos y, por favor, calle un rato. 

Que todos ellos abandonen la caída en vertical y vuelvan a la horizontal o, al menos, lo inclinado un poco, paliando lo que denuncia El Roto: ¡qué deprisa va todo!

domingo, 1 de diciembre de 2019

81 Los domingos, cavilar ¡Joder, qué tropa! Fernando Merodio 01-12-2019

81 Los domingos, cavilar
¡Joder, qué tropa!
Fernando Merodio
01-12-2019

"Cuando el viento sople por todos los lados, desde el Este, desde el Oeste / ¡Señor no quiero morir en una tormenta!" (Dorothy Scarborough. Espiritual negro en "El viento")
"Sí, señorita, cuando salgo a buscar a un hombre regreso con él, vivo o muerto. Mientras yo sea el sheriff de este condado, aquí no se bromea con la ley" (Dorothy Scarborough "El viento")

Álvaro de Figueroa (1863-1950), conde de Romanones, miembro de Partido Liberal de Sagasta y Canalejas, 3 veces presidente del gobierno con Alfonso XIII y, además de presidente del senado, ministro en 17 ocasiones, siendo jefe del gabinete, presentó su candidatura a académico de la lengua, una distinción intelectual que le halagaba y que, como ahora, exigía un contacto previo con los miembros de la docta casa para pedirles su apoyo, un apoyo que, verbal, le dieron unánimes, propiciando el chusco incidente de que el día en que se eligió al nuevo académico, estando en un acto oficial, un compungido secretario le informara en un aparte: "Excelencia, tenemos malas noticias, no hemos salido", a lo que él alegó perplejo, "Pero, ¿cuántos votos hemos tenido?", respondiendo el secretario: con un hilo de voz: "Ninguno, excelencia", lo que provocó que el presidente dejara una irritada y atinada frase , merecedora de ser esculpida en mármol: "¡Joder, que tropa!". Por fiarse.
Tan ejemplar anécdota remite a (des)lealtad, término que, en sus orígenes nos lleva al latín "legalis", "ser legal", forma que cada uno tiene de "respetar la ley" genérica, cumplirla; lo identifico con aquel de quien, sin duda, te puedes fiar por entregado, cumplidor, en especial cuando la circunstancia es adversa hasta el extremo de existir el riesgo de perder algo vital; es cosa de la conciencia, exige ser fiel a lo comprometido con aquello y aquellos en lo que y a quienes te debes, por desgracia hoy se trata de un valor infrecuente.
Lo ocurrido a Romanones se desarrolló en el afectivo terreno de las relaciones privadas y, sin duda, le debió resultar, además de humillante para el elevado concepto que de si mismo tendría, personalmente dañino, pero más grave es el caso de los que, sin que nadie se lo haya pedido ni, en la mayoría de los casos, tengan mérito alguno que lo justifique, se postulan, voluntarios, para -previo y posterior cobro de un buen estipendio... más lo que, en algunos casos, cuelgue- ocupar las principales parcelas del poder político que gestiona lo común, de todos, influyendo además en las vidas y haciendas privadas, o los que sin tener la precisa inteligencia  y formación, ni saber de leyes legislan y encorsetan nuestras vidas con normas condicionadas por intereses espurios, ajenos al bien de todos y a la Justicia o también los que nos juzgan con inhumana impunidad de juez vocacional oculto tras la habilidad de que sabe algo de leyes y circula por el carril de lo políticamente correcto.
Lo que aquí ahora ocurre evidencia lo peor de lo peor, la inadecuada gestión que de los graves problemas de vivir en el siglo XXI, hace lo que llaman democracia, en especial lo que se refiere a delegar en unos cuantos extraños todo el poder político, ¡absolutamente todo!, -poder que no se debe confundir con el de verdad, que ostenta el dinero, el gran capital-, unos pocos que se identifican con las cúpulas, primero ineptas  y, además, corruptas, de empresas familiares que ocupan el importante lugar que ocuparon los viejos, respetables y, para los más débiles, imprescindibles partidos políticos y sindicatos; con tal delegación entramos en un pantanoso terreno, el más viscoso, que afecta a la gestión de la "cosa pública" y hoy genera una deslealtad que daña la confianza, peor que la que hizo mascullar a Romanones: "¡Joder, qué tropa!".
Mientras el planeta Tierra está -más que- amenazado por un estrago total de origen antropogénico y nuestro vecinos más simpáticos, catalanes y vascos, nos anuncian horribles cosas de mano de los CDR, los del tsunami democratic y similares cabestros si no dialogamos con ellos -si no les damos todo lo que quieran-, los llamados progresistas -perfectamente definidos por Giorgio Agamben-, la PSOE y la pareja que no alcanza a convivir honestamente con una hipoteca para pagar su parcela, chalet e insostenible piscina en la sierra rica de Madrid, han firmado, ¡saben firmar!, “unos ejes prioritarios de actuación del gobierno progresista”, escasos dos folios de lugar común buenista que no les obliga a nada, pero nos reconoce -sin garantizarlos- todos los derechos, llegando a explicar, sin rubor, en el apartado 3 con 19 palabras, en qué consistirá para ellos la urgente lucha contra el pavor del cambio climático: "la transición ecológica justa, la protección de nuestra biodiversidad  y la garantía de un trato digno a ¡los animales!"; son tan progres que no gastan ni una sola palabra en identificar -y definir su política frente- a los causantes de la catástrofe; tan eficientes como el simulacro de -nueva y cara- cumbre que la sociedad del espectáculo va a escenificar.
74.146 socios con intereses han aprobado tan acerados "ejes prioritarios", el 41,50% del censo de 178.631 socios que dice tener la PSOE, un número de avalistas que, seguro, es inferior al de "representantes" -presidentes, ministros, consejeros, alcaldes, concejales,... y "designados" -directores generales, asesores, secretarios, técnicos, cargos de confianza,...- con sueldo garantizado en Administraciones y organización, sin que haya que olvidar a los constructores, contratistas, comisionistas, enchufados,... que pululan a su alrededor. Lo de los que dicen poder y, de momento, ya tienen un chalet con piscina, es más difuso -ignoro por qué, hay quienes son invitados a votar en todos los referéndums peronistas-, afirman tener una "bolsa o censo de inscritos", móvil, laxa, de 523.800, casi el triple que socios de la PSOE, de los que 130,150, en esto solo son el doble, apoyaron la firma de su "líder carismático", pareciendo ser que también IU -las "Unidas" de la coalición que puede-votó querer sueldos. Valorar a los progresistas dialogantes independentistas republicanos golpistas leales exigirá, sin duda, más tiempo para saber lo que harán, pues Rufián, su intelectual orgánico público, dosifica y oculta cómo van a vulnerar tanto el espíritu de esas Leyes que Montesquieu, inocente, pretendía no concentradas en las mismas pocas manos, como también su texto para, tras la vulneración, acusar al resto de judicializar la (su) política.
Si no fuera tan serio, me carcajearía con esta muestra de cómo esta "democracia" de -lo que hoy son los- partidos es tan corrupta que sería insensato depositar todo nuestro -escaso- bagaje político en la hucha -el cerdito- de tan desleales grupos, entre los que ejemplifica cual es su gestión como empresa política la PSC-PSOE, obligada  deshacerse de su sede por tener deudas mayores que las de Alemania al terminar la I Guerra Mundial, deudas cuya exigencia dio paso al nazismo y, con éste, a la II, una deuda que aquí se agrava por el hecho, dicen, de que las cuentas no están nada claras y alguien, seguro para repartir, se llevó crudas importantes cantidades, por lo que, habiendo creado esa cosa aparente e ineficaz que es una comisión interna de investigación, los propongo que, para hacerla eficiente, real y útil para regenerar, den un paso más y regresen a 1993, a Construcciones Burcan, S.A, propietaria entonces de lo que hoy es tal sede, al arrendamiento con opción de compra firmado en 1995, a los meses que, en su caso, pagaron de renta, a la compra del inmueble en 1997, a su extraño bajo precio y a las hipotecas de entonces, a los porqués de todo ello y, para tranquilizarnos, en especial a sus exigentes socios que dicen poder, nos lo cuentan.
Esta PSOE y los que, felices populistas, han comenzado su, por ahora, fructífera andadura política multiplicando por mucho -¿quizás hasta por infinito?- su caudal inmobiliario, dos socios aficionados a vincularse a los bancos con "odiosas" hipotecas, ajenos a la exigencia de que no se bromee con la Ley tal como exigía el adusto y -ese sí- radical sheriff de "El viento"; son los mismos desleales que, con al franquista Revilla y otros cuantos, nos engañan con programas y nos tienen indefensos ante la gravísima, inaplazable amenaza del antropogénico cambio climático ¡Joder, qué tropa!