sábado, 11 de febrero de 2023

258 Los domingos cavilar Ciencias sociales, cáncer y (con)sentimiento Fernando Merodio 11/02/2023

258 Los domingos cavilar

Ciencias sociales, cáncer y (con)sentimiento

Fernando Merodio

12/02/2023

La pregunta es si la modificación de la ley cambiará algo y, si algo cambia, para que todo siga igual. El cambio profundo no lo trae la norma penal, sino la conciencia social del respeto a la igualdad y la dignidad” (El gatopardismo y la reforma del ‘solo sí es sí. Paz Lloria García)

 “15 de los 16 jueces del Supremo han bajado las penas con la ‘ley del solo sí es sí’. Progresista y conservadores coinciden en la interpretación de la ley” (Titular de El País. 10.02.2023, página 17).

Resulta peligroso, letal incluso que una recua de jóvenes -y jóvenas- poco hechos, de extracción -y gusto- burgués, (des)ocupados en ciencias como psicología, política y sociología, estudios universitarios de -dicen-ciencias sociales, centradas igual que historia, economía, antropología, geografía, incluso derecho en lo etéreo complejo, pero peor que ellas al no codificar y mostrarse hoy ajenas a asuntos tan serios como que bancos y petroleras, ¡ay, sistema y caos climático!, tengan los mayores beneficios de la historia y, al contrario de cómo opinaban Max Weber, Engels, Marx o los muy pocos que saben de qué hablan y se atreven con ello, nuestrosnuevos políticos, verrugas de tal ciencia, succionan, nos desangran y, pésimos analistas de la realidad, indoctos alevines que dicen poder, gorronean en la pocilga de la nueva socialdemocracia liberal-progresista y, muy bien pagaos, ayudan a sostener la desigual, muy injusta estructura capitalista, asentada a caballo de los siglos XIX y XX en la acaparadora industria colonial de los USA y la Europa occidental, para constituir lo que el imperio llamó welfare state y, realmente, es estertor final de tanta falta de ideas… y honestidad, que solo fue buena para un 1% y otros ventajistas de los 8.000 millones que saturan la Tierra, pese a lo cual, las (in)exactas ciencias sociales, egoístas y brutales, ornan de universal benéfico interés la -dañina- trayectoria histórica europea y la posterior, incluso más nefasta norteamericana.

 
"Grundisse, Marx y Anti-Dhüring, Engels. auténtica "ciencia social"

Las estructuras complejas, y la de los seres humanos lo es mucho, son difíciles y resulta peligroso que jóvenes indoctos con solo ambición, burgueses, nuevos políticos quieran categorizar serios aspectos de nuestra vieja, defectuosa, resiliente organización y, más aún, que lo pretendan hacer a partir de escraches de su -siempre- caduco, poco fiable sistema “social” universitario que, en demente expansión, incluye, lo he visto, disciplinas tan pasmosas como “Estudios sobre los ‘pueblos olvidados’, las mujeres y otros marginados”, evidente germen de aberraciones medievales como penalizar a quien ataca la honestidad y no a quien se opone a la real libertad sexual

Son muy poca cosa y los empequeñece aún más su afición al ruido y el daño social que causan al desnortar a los débiles, algo ahora evidente en la irracional agresión al varón con el código penal -y el civil, en beneficio de su economía- de las que decían poder, privando a medio país de la garantistas presunción de inocencia y el in dubio pro reo en electoral, enloquecida carrera para -totalitarias- imponer igualdad entre diferentes, cuando un superficial vistazo corrobora la natural distancia seria entre hombres y mujeres que exige abandonar la brocha gorda tan del gusto de -ineptos- los nuevos políticosque decían -¿lo creían?- poder, logrando que -aquí ahora- sea, por ejemplo, imposible imaginar que una venerable hembra o un malvado varón se jueguen ser encarcelados -lapidados incluso- por ejercer, en público, su elemental derecho a expresarse libre tratando a una víctima del -publicitado- cáncer de mama con el cruel desdén, ¿envidia acaso?, con que Antonio Muñoz Molina se refería al descontrol celular prostático de Philip Roth, vigoroso y serio novelista norteamericano, del que valoro su sentida descripción, en Patrimonio, de su reacción -“estaba bien y era lo que tenía que ser”- cuando, discreto, lavó y vistió, con filial cariño, de arriba abajo a su, antes autoritario, anciano padre, al encontrarlo tirado en su cuarto de baño, cubierto por los excrementos naturales de una cruel incontinencia senil; otra muestra de la desigualdad que denuncio arriba es que, siendo la tasa de mortalidad por cáncer un 30% mayor en hombres que en mujeres y, por contra, -ligeramente- inferior los casos cáncer de mama/año al de los de próstata, no sé de ningún psicópata, ni siquiera de alguien de Vox, que lo considere penalmente punible y pretenda, de modo arbitrario, igualar al repulsivo hombre con las sufridas mujeres que, tras vivir alejadas del trabajo como mineras, pescadoras, albañilas,…, mueren más viejas que él.

EL ROTO 08/02/2023
"Ayuda psicológica y locura"

Sobre el cáncer masculino, de segundo nivel, las enciclopedias dicen que la próstata es glándula de secreción externa del sexo masculino, del tamaño de una castaña y forma de cono de vértice superior, situada en la pelvis detrás de la sínfisis púbica, delante del recto, bajo la vejiga de la orina y, a partir de ser púberes, elabora y vierte el jugo prostático, que al eyacular, ¡pecado, delito!, se une a espermatozoides generados por las vesículas seminales, lo que, incluso no entendido bien, suena serio, en especial si se sabe que, con una cierta edad, tiene riesgo real de cáncer, desórdenes celulares; cuando, hace ya casi 7 años, alarmantes retenciones urinarias alteraban mi vida y me llevaban a urgencias hospitalarias, a la benéfica sonda que desatascó el acceso a esas cañerías, a exploraciones, análisis, informes, pruebas,…, experiencias, sensaciones nuevas para el Fernando nieto que concluían en un diagnóstico duro:adeno carcinoma de próstata cT2 N0-1 M0 bilateral, Gleason 4+3 PSA 9.59 ng/ml, que, pese a mi apariencia sana, recomendó/exigió someterme el 29/06/2016, con 70 años, 2 meses y 15 días, a una Prostatectomía + linfadenectomía laparoscópica, recordé al abuelo Fernando, faldero dicen, muerto del masculino mal entre quejas, dolores pena, según mi madre, su hija -las mujeres no siempre son venerables- por sus pecados; todo me fue bien, salvo un maldito síndrome compartimental, por mala posición, en la pierna derecha, ahora acorchada, que no me impide andar, pero sí correr, ¡uf!, las viejas maratones; del hospital recordaré siempre a Rosa, amorosa día y noche al pie de mi cama, asustada pero, delante mío, sin una lágrima y no olvidaré tampoco que, casi al tiempo y con el mismo diagnóstico de abuelo y nieto Fernando, fallecía mi hermano menor, José Manuel, ni que los sanitarios, pues no me quejaba, me hablaban de un umbral de dolor alto y cómo sin ningún homenaje social, ni un lazo solidario ni una palmada al salir -mi cáncer no era de mama-, el maldito síndrome, no el cáncer me había impedido ir, a los -muy- pocos días de operarme, a informar en Bruselas al pleno de la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo, en nombre de la Plataforma, contra el fracking que, diciendo no saber qué era, había autorizado el sinvergüenza de Revilla, yendo Miguel, presidente de la asociación, que informó muy bien y recibió parabienes pero, como era previsible y pese a que la torpe masa piense otra cosa, aún está ahí, sobrevolándonos, el cruel riesgo de la fractura hidráulica.

QUINO "Crecimiento y progreso"

Siendo habitual criticar -en teoría- el abuso del fuerte, olvidan las nuevas políticas que, con consentimiento, no hay –salvo pocos casos- abuso y delito, así como que, por duro que lo vean, la que denuncie deberá probar que no consintió y al criminalizar, porque sí, al hombre las de la ley mordaza son crueles, injustas y reaccionarias, responden al miedo que Manuel Cruz, filósofo que se desorientó en la PSOE, identifica no con el temor al otro, sino con “lo que de nosotros mismos vemos en ese otro y el tumor maligno, genético, no debido a hábitos pecaminosos, con las células enfermas creciendo descontroladas ajenas al orden previo para, codiciosas, invadir otros tejidos y adueñarse del cuerpo es metáfora de la mala/nueva política que invade la vida y, so pretexto de falsa seguridad, la ocupa, olvidando que, como en Tractatus Políticus explica Spinoza, la única virtud del Estado es la seguridad y “la libertad de espíritu o fortaleza de ánimo es, sin duda, una virtud privada, debiendo, pues, cultivarla.

Coda.- Lo de Revilla, deslenguado, viejo fascista que se evidencia al gritar, sea por lo que sea,¡Quiero que rueden cabezas!, merece una inmediata cavilación sobre su ineptitud y su tétrica, patética imitación, ¡ya quisiera él!, de Maximilien Robespierre, incorruptible revolucionario y el limpio instrumento de cambio que fue la guillotina.

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